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Desde su remota isla de Necker, en las Islas Vírgenes Británicas, en el Mar Caribe, el multimillonario inglés Richard Branson sorprendió al mundo anunciando que realizaría en Cúcuta un concierto en beneficio de la situación social y política que se vive en Venezuela.
Sin dar mayores detalles, el británico de 68 años, conocido internacionalmente por sus excentricidades, afirmó que el evento contaría con la presencia de artistas de talla mundial, con el que busca recaudar más de US$100 millones y presionar el ingreso de las donaciones estadounidenses que están desde hace dos semanas en el puente Tienditas de Cúcuta.
“Juan Guaidó, quien ha sido reconocido como el legítimo presidente de Venezuela por más de cuarenta naciones, y la UE, y Leopoldo López, un líder de la oposición actualmente en arresto domiciliario en Caracas, nos pidieron que ayude a organizar un hermoso concierto para ayudar a atraer la atención mundial a esta crisis inaceptable y evitable”, dijo Branson en un video en sus redes sociales.
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Es un viejo conocido de la industria musical. Su fortuna fue amasada en principio por su trabajo en este negocio y, aprovechando sus relaciones, respaldó a los opositores venezolanos que pusieron como límite el 23 de febrero para “cruzar” las donaciones hacia Venezuela.
“Como sé una o dos cosas sobre el negocio de la música, y tengo la edad suficiente para recordar cómo los conciertos de George Harrison para Bangladesh y el Live Aid de Bob Geldof llevaron el mundo a la acción, me ofrecí a organizar el Aid Live Venezuela”, explicó Branson al justificar la decisión de hacer el evento.
En efecto, Branson sabe mucho del negocio de la música, pues a ella le debe gran parte de su imperio multimillonario. Nacido en Londres e hijo de un abogado y una auxiliar de vuelo, abandonó la escuela a los 16 años para apostarle a diferentes emprendimientos. El primero fue una revista de música y luego estableció una tienda de discos en el centro de la ciudad.
El primer pensamiento de Branson fue nombrar al negocio, Slipped Disc. En cambio, una chica que trabajaba en la oficina le dijo: “¡Lo sé! ¿Qué pasa con Virgin? Somos completos vírgenes en los negocios”. Y así fue como el bachiller desertor convertido en empresario fundó una marca que se ha convertido en un negocio global, que se ocupa de todo.
El éxito de la tienda fue tal que, en 1972, a sus 22 años, Branson reunió dinero suficiente para fundar su propio sello discográfico: Virgin Records. La disquera se especializó en el reclutamiento de jóvenes talentos que eran ignorados por otras más reconocidas como EMI o Parlophone, como fue el caso de la banda de punk The Sex Pistols, cuyo éxito catapultó a Virgin como marca e hizo que el sello les apostara a movimientos musicales alternativos como el new wave, la electrónica, el rock progresivo y el punk.
En los años 70 y 80, Branson firmó artistas emergentes como Culture Club, UB-40 y The Human League, y luego convenció a pesos pesados de la industria como Genesis y The Rolling Stones. Virgin pasó de ser una simple disquera independiente a la más importante de su tipo en Europa.
Pero no solo la música movía las fibras (y la billetera) de Branson. A partir de su negocio discográfico, el magnate creó Virgin Group, un conglomerado de más de 300 empresas con operaciones en todo el mundo. Branson se define como un hombre inquieto y en su carrera le ha apostado a negocios que para otros empresarios pueden ser considerados riesgosos o excéntricos. Su empresa creció tan vertiginosamente que hoy , quien fue condecorado como caballero en 1999, posee la octava fortuna más grande del Reino Unido y Forbes le calcula una riqueza de US$5.000 millones.
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De hecho, una de las razones por las que Branson terminaría cediendo el negocio de la música tiene que ver con uno de sus emprendimientos más ambiciosos: las aerolíneas. Según cuenta en su autobiografía, un vuelo que no pudo tomar en Puerto Rico le hizo querer tener vuelos “a su manera”, una idea similar a la que tuvo cuando fundó Virgin Records para que los artistas se salieran de los moldes de los sellos tradicionales.
Fue tanto su interés en este sector que terminó vendiendo Virgin Records , la empresa con la que forjó su imperio, para impulsar económicamente las aerolíneas de Virgin, una apuesta que le ha dado frutos, pues gran parte de sus ingresos provienen de las filiales que tiene el grupo Virgin en el sector aéreo.
De espíritu emprendedor y aventurero, Branson también es mundialmente conocido por sus excentricidades, que ha sabido llevar al plano de los negocios. A emprendimientos tradicionales como Virgin Mobile, enfocada en el negocio de los celulares, o Virgin Megastores, de tiendas de entretenimiento, el británico le ha apostado a iniciativas como Virgin Balloon Flights, para vuelos en globo y Virgin Galactic, con la que busca llevar turistas al espacio. Según Branson, las pruebas van bien y él mismo planea volar este verano.
Romper récords mundiales también es uno de sus pasatiempos. En 1986, el magnate formó parte de un equipo de dos hombres que estableció el mejor registro de un viaje en barco por el Océano Atlántico. En 1987, él y el aeronauta sueco Per Lindstrand se convirtieron en la primera pareja en cruzar el Atlántico en un globo aerostático y en 1991 fue el primero en hacerlo en el Océano Pacífico. Branson también fue miembro de grupos que hicieron tres intentos fallidos en vuelos en globo alrededor del mundo.
El trabajo caritativo es otra de las partes importantes de su vida. En 2006 el magnate anunció que do naría US$3.000 millones para financiar la investigación de combustibles amigables con el medio ambiente. En 2007, en honor a su apoyo a causas humanitarias y ambientales, recibió el Premio al Ciudadano del Año de la Asociación de Corresponsales de las Naciones Unidas (UNCA). Además, hace parte de The Elders, un prestigioso grupo de líderes mundiales que trabajan por la paz y los derechos humanos.
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Con Venezuela Aid Live, Branson, quien nunca le ha huido a la fama, planea ponerse en la misma categoría de gigantes de la industria como George Harrison y Bob Geldof, pioneros en el tema de la música para beneficencia. Pero a diferencia de estos dos, cuyos conciertos fueron celebrados y promovidos por unanimidad en el planeta, el evento del fundador de Virgin en Cúcuta tiene sus detractores, entre ellos Roger Waters, exintegrante de Pink Floyd, quien hizo parte de las dos ediciones de Live Aid.
Y mientras los ojos del mundo estarán pendientes de lo que suceda el sábado con las donaciones que reposan en el puente de Tienditas, Branson sabe que el 22 de febrero tendrá su oportunidad de mostrarse como un millonario generoso e interesado en las causas sociales. “Tiene que ver con Richard Branson”, dijo Waters en su crítica al concierto. Puede que tenga razón.