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Convertida en "capital" del narcotráfico en Argentina, la ciudad de Rosario arrastra en los últimos años cientos de muertos por la violencia entre bandas de traficantes, que captan entre los más jóvenes a los "soldaditos" que venden la droga y empuñan las armas. La violencia ligada al narcotráfico se ha cobrado 73 víctimas en la ciudad sólo en lo que va de año y la cifra aumentará en medio de enfrentamientos entre bandas que compiten por el control de un negocio que genera anualmente unos 2.000 millones de pesos (unos 250 millones de dólares) en Rosario, unos 300 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Las cifras se mencionan en el documental interactivo "Calles perdidas", galardonado en la última edición de los premios de periodismo Rey de España, que analiza el fenómeno.
Las víctimas de la "guerra" que se libra en las calles de Rosario tienen, en su mayoría, entre 15 y 35 años, y el "modus operandi" de las bandas se repite: jóvenes armados asesinan a quemarropa en plena calle.
"El rostro más doloroso de este sistema productivo y delictivo es, quizás, el de los adolescentes reclutados como "soldaditos" y trabajadores de búnkers y kioscos (centros de distribución de droga)", denuncia el documental.
“Sobre ellos descarga su violencia represiva, excluyente y criminalizadora el aparato que pretende combatir el narcotráfico", continúa este trabajo de investigación de la Universidad Nacional de Rosario. "Los Monos", la banda que domina la actividad del narcotráfico en la ciudad, emulan al cártel de Medellín que comandó el fallecido Pablo Escobar, que goza en estos días de una extraordinaria popularidad en Argentina de la mano del éxito de una serie televisiva sobre su vida programada en un canal local.
Aunque aún distan mucho de llegar al nivel del cártel colombiano, especialmente por su volumen de negocio, "Los Monos" mantienen algunos rasgos en común. Desde finales de la década de los años 90, cuando se impusieron a las bandas rivales por el control del mercado de la marihuana, han alternado guerras y alianzas con otros narcos locales.
De la mano de la familia Cantero, "Los Monos" extendieron su actividad a la cocaína y al "paco" (residuo de pasta base), multiplicaron sus nexos con la policía y diversificaron los mecanismos de distribución de droga. La investigación del crimen de uno de sus jefes, Claudio "Pájaro" Cantero, el pasado mayo, destapó la envergadura de un negocio que el diario Clarín cifra en 100.000 pesos (unos 10.000 dólares) de ganancias netas diarias.
La policía decomisó autos de lujo y lanchas utilizados para el traslado de la droga, se allanaron mansiones y fincas, una de ella con caballeriza y caballos pura sangre que han competido en los mejores hipódromos argentinos, habitaciones con jacuzzi y una piscina en forma de ratón Mickey.
La banda amplió su actividad con una pequeña flota de taxis y, según medios locales, se interesó también por el fútbol.
El reciente descubrimiento de túneles en dos viviendas utilizadas por "Los Monos" en una villa de la periferia rosarina derivó en amenazas de muerte para el ministro de Seguridad de la provincia de Santa Fe, Raúl Lamberto, y uno de sus colaboradores.
"Lo que van a encontrar bajo tierra van a ser sus cuerpos", advertía uno de los mensajes enviados a los celulares de ambos, que habían sido amenazados ya el pasado año, cuando comenzó la investigación de los nexos de la policía con el narcotráfico en la zona.
Además, las últimas amenazas coinciden con una renovación en la Justicia y la cúpula policial tras la detención del exjefe a la policía provincial Hugo Tognoli por su presunta vinculación con el narco.
Aunque Rosario no es la única ciudad en la que se mueve el narcotráfico en Argentina.
En San Luis (centro), fue detenida Yaquelina Vargas, "La Yaqui", supuesta líder de una banda que opera en la vecina Mendoza sospechosa de amenazas a periodistas.
Su marido, Cristian Gelvez, condenado a 18 años por asesinato, fue acribillado a balazos en enero durante un permiso carcelario y uno de sus sobrinos está detenido por dos homicidios.
El avance del narcotráfico ha encendido las alertas en distintos sectores de la sociedad. La Iglesia y la oposición piden medidas para combatirlo y en el Gobierno el tema levanta ampollas por los comentarios de algunos gobernadores a favor de la involucrar al ejército en la lucha contra el narcotráfico. El Departamento de Estado de Estados Unidos alertó hace unas semanas del avance del narcotráfico y el lavado de dinero en Argentina y apuntó que, aunque es todavía un "país de tránsito", es preocupante la "creciente producción de cocaína".