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Este miércoles 21 de febrero, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres pidió un cese al fuego inmediato en Guta Oriental, un enclave rebelde situado a pocos kilómetros de la capital y que desde 2013 está sitiado por las fuerzas gubernamentales.
El domingo pasado los bombardeos que usualmente afectan la zona se han intensificado en lo que Guterres describió como "infierno en la tierra".
"Esta es una tragedia humana que ocurre frente a nuestros ojos, y creo que no podemos dejar pasar las cosas de este modo horrendo", agregó Guterres, que se unió en su condena a varios dirigentes.
"Lo que pasa hoy en Guta Oriental es claramente, enérgicamente condenado por Francia", anunció desde París Emmanuel Macron. Sobre los hechos también se pronunció la primera ministra británica, Theresa May: “Estamos horrorizados por la escalda de los ataques aéreos en el este de Guta y son profundamente preocupantes las informaciones que llegan de que los civiles son blancos deliberados”.
A la fecha se estima que los bombardeos han dejado cerca de 300 víctimas mortales y más de 1.4000 heridos.
Aunque existen fotografías que muestran que gobierno sirio está utilizando aeronaves rusas para la operación, desde Moscú, el portavoz del gobierno Dmitri Peskov ha dicho que dichas acusaciones “son infundadas. No se entiende en qué se basan. No aportan ningún dato concreto. No estamos de acuerdo con ellas".
Rusia pidió hoy que el Consejo de Seguridad de la ONU se reúna mañana para abordar la situación en Guta Oriental, sin embargo, en varias ocasiones ha calificado de "poco realista" la petición de decretar una tergua humanitaria durante un mes en todo el territorio sirio.
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Por su parte, la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, hizo un llamado para que los aliados del régimen de Bachar al Asad suspendan su apoyo al gobierno sirio y aseguró que existeuna gran preocupación por las tácticas empleadas por sirios y rusos.
Los ataques en Guta han tenido como blanco deliberado varios centros médicos, algo que el coordinador para Siria de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Panos Moumtzis, calificó como “inaceptable”.