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Luego de 13 años, la guerra en Siria ha vuelto a cobrar protagonismo. Las tropas rebeldes sirias, en un avance sólido y sorpresivo, han entrado en la ciudad de Alepo por primera vez desde 2016. Le explicamos qué es lo que está ocurriendo y por qué debería importarnos.
¿Por qué hay guerra en Siria?
A modo de resumen, el conflicto estalló en 2011 tras la ola de protestas en la región que se conoció como la Primavera Árabe. Miles de sirios salieron a las calles exigiendo reformas democráticas al régimen autoritario del presidente Bashar al-Assad, quien llevaba más de una década en el poder.
La represión de al-Assad intentó aplacar las protestas con arrestos y torturas, pero estas medidas solo condujeron a la movilización de facciones armadas de opositores moderados, extremistas islámicos y fuerzas kurdas (originarios de la región de Kurdistán en el norte sirio). Así se produjo el enfrentamiento entre las fuerzas estatales del presidente y los grupos rebeldes.
Es importante destacar que aunque persiguen un objetivo común (derrocar al gobierno de Assad), los kurdos y los extremistas islámicos no están alineados en el mismo bando. Los kurdos buscan autonomía y un sistema político inclusivo y secular, mientras que los extremistas promueven un Estado islamista basado en la sharía.
Tras cinco años de enfrentamientos, la guerra se estancó en 2016 debido a la intervención de actores internacionales, como Irán y Rusia, que le ayudaron a al-Assad a consolidar el control de la mayoría del territorio, y a la incapacidad de las fuerzas rebeldes de hacerle frente a esas fuerzas estatales. Sin embargo, las tensiones continuaron.
Los rebeldes kurdos, por otro lado, recibían apoyo de Estados Unidos para luchar contra el Estado Islámico, pero a la vez eran vistos por Turquía como una amenaza. En 2019, la relación entre Estados Unidos y los kurdos sufrió un golpe significativo cuando el presidente Donald Trump anunció la retirada de las fuerzas estadounidenses del noreste de Siria, dejando a los kurdos vulnerables a un ataque turco. A pesar de ello, los kurdos siguen siendo aliados de los Estados Unidos, aunque la relación ahora está marcada por la incertidumbre.
Estados Unidos sigue apoyando a las fuerzas kurdas, específicamente a las Unidades de Protección Popular (YPG), que forman parte de las SDF (Fuerzas Democráticas Sirias), pues le ayudan a combatir el Estado Islámico en la zona. Esto ha generado tensiones entre Washington y Turquía, otro miembro de la OTAN, ya que Turquía ve a las SDF como un “grupo terrorista”.
Esto nos expone la complejidad de los actores involucrados en el conflicto y la tensión que se vivía en la zona desde entonces, pese al aparente control de al-Assad.
¿Qué pasa en Alepo?
Alepo es una de las ciudades más importantes de Siria, con una rica historia como centro comercial y cultural en Oriente Medio. Durante los primeros años del conflicto, los insurgentes capturaron la zona oriental de Alepo en 2012, convirtiéndola en un bastión de la oposición. Pero desde 2016, Alepo quedó bajo el control del gobierno de Bashar al-Assad tras una cruenta batalla que devastó la ciudad, en una operación apoyada por bombardeos rusos. A partir de entonces, Assad consolidó el control sobre el 70 % del país.
¿Qué está pasando ahora?
Esta semana, fuerzas rebeldes encabezadas por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS) y otras facciones lograron tomar la mayoría de la ciudad en una operación sorpresa. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR), las fuerzas leales a Assad se retiraron estratégicamente, dejando amplias zonas sin resistencia significativa, según reveló el director del SOHR, Rami Abdel Rahman, a la agencia de noticias AFP a primera hora del sábado.
El ejército de Siria admitió que insurgentes penetraron en “amplias partes” de Alepo y que la operación rebelde que ha dejado más de 300 muertos. También señaló que Rusia salió en defensa de Assad. Aviones sirios y rusos llevaron a cabo 23 ataques aéreos el viernes, algo que no ocurría desde 2016.
¿Por qué ahora?
La primera respuesta es que esta ofensiva ocurre mientras Assad y sus aliados están ocupados con otros conflictos en la región. En la vecina Líbano, Israel ha intensificado sus ataques contra Hezbolá, aliado clave de Siria. A su vez, el Ejército de Israel también ataca objetivos vinculados a Irán en territorio sirio. Es un momento en el que Assad tiene “mucho en su plato”.
“(Los rebeldes) tienen el potencial de ser realmente bastante significativos y con posibilidad de modificar radicalmente la situación (si las fuerzas gubernamentales sirias no logran mantener su posición)”, le dijo Charles Lister, un analista de Siria de larga data en el Instituto de Oriente Medio, a The Independent.
Ahora, hay que devolvernos al actor clave: el HTS. Ese es un antiguo afiliado de Al Qaeda, el cual lidera esta campaña junto a la alianza Al Fath Al Mubin, que agrupa facciones rebeldes y yihadistas respaldadas por Turquía. Aunque HTS insiste en que ya no está vinculado a organizaciones terroristas, Estados Unidos y Naciones Unidas aún lo clasifican como tal. Su motivación principal es responder a las agresiones del gobierno sirio y reclamar un lugar estratégico antes de futuras negociaciones.
¿Por qué debería importarnos?
Desde 2011, este conflicto ha tenido un impacto significativo en el mundo. No solo porque más de medio millón de personas han muerto desde 2011, sino porque esta crisis ha elevado la tensión sobre las políticas migratorias de Europa y otras partes del mundo, pues más de 6 millones de personas han tenido que huir del país.
Además, Siria se ha convertido en un tablero geopolítico donde potencias como Rusia, Turquía, Irán y Estados Unidos miden fuerzas. Alepo es una zona fundamental en el tablero geopolítico, muy importante para Rusia y Turquía, ya que el desenlace de esta ofensiva puede redefinir su influencia en Siria y en Oriente Medio.
¿Y ahora qué sigue en la guerra?
El gobierno sirio ha prometido una contraofensiva para retomar Alepo, lo que podría intensificar aún más los combates. Entretanto, la comunidad internacional observa de cerca, pero con una participación limitada en las negociaciones.
Como en muchas etapas de esta guerra, los civiles son los más afectados. En los últimos días, al menos 27 personas, incluidos niños, han perdido la vida, según Naciones Unidas. Familias enteras están siendo desplazadas de sus hogares en Alepo y otras zonas de conflicto, sumándose a las 53,000 personas ya sin hogar en Siria.
“Por primera vez desde hace cerca de cinco años, escuchamos cohetes y artillería todo el tiempo y a veces aviones”, contó Sarmad, un habitante de Alepo, de 51 años, a la AFP. “Tenemos miedo de que se repita el escenario de la guerra y que nos veamos obligados a huir”, añadió.
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