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Varios partidos opositores israelíes que alegan un conflicto de intereses, pidieron este viernes al Tribunal Supremo que frene la destitución ordenada por el Gobierno del jefe de la inteligencia interior (Shin Bet), Ronen Bar.
El jefe de la formación opositora Yesh Atid, Yair Lapid, indicó en X que su partido, junto con Unidad Nacional, Israel Beiteinu y los Demócratas, presentaron la petición al considerar el conflicto de interés por la investigación del Shin Bet a miembros del gabinete del primer ministro, Benjamín Netanyahu, por supuestos vínculos con Catar.
La destitución
El Gobierno de Israel destituyó en la madrugada de este viernes al jefe del Shin Bet después de que el Gobierno de Netanyahu votara por unanimidad a favor del despido, que se hará efectivo el 10 de abril.
Esta es la primera vez en la historia de Israel que un Gobierno despide al líder del Shin Bet.
Según su oficina, Netanyahu dijo que decidió la destitución de Bar porque lo considera “blando” en el cargo y que “no es la persona adecuada para rehabilitar la organización (Shin Bet)”.
¿Qué es el “Catargate” en Israel?
Las horas previas a la destitución de Bar estuvieron marcadas por las protestas de miles de israelíes que salieron a las calles de Jerusalén y de Tel Aviv para mostrar su rechazo al despido de Bar, justo cuando este organismo investiga el escándalo del “Catargate”.
Este escándalo ha surgido en torno a los supuestos pagos de Catar, país acusado internacionalmente de ser aliado de Hamás, a exasesores del círculo cercano de Netanyahu para crear una campaña para favorecer los intereses de esa potencia del golfo.
El ahora saliente jefe del servicio de inteligencia israelí relaciona su cese con la investigación que hace el Shin Bet sobre los vínculos de la oficina de Netanyahu con Catar.
“Huele a intereses extranjeros y a un conflicto de intereses sin precedentes”, añadió Bar en la carta reproducida por los medios israelíes.
Años antes, el Shin Bet, precisamente, investigó cómo Catar financió durante años a Hamás sin que Israel lo impidiera.
Ahora van por la fiscal general
La fiscal general de Israel, Gali Baharav-Miara, quien estuvo presente en la reunión en la que se votó la destitución, expresó su oposición a la medida, y ahora ella misma enfrentará también una moción de remoción. La oficina de la fiscal le había informado a Netanyahu que el Gobierno debía obtener la recomendación de un comité asesor antes de considerar la destitución de Bar.
Lapid, de la oposición, por su parte, también se refirió a la investigación de la agencia de los ataques de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023, en la que responsabilizaron en parte al Gobierno israelí.
Previamente, el Movimiento para la Calidad del Gobierno, una organización civil, también pidió al Alto Tribunal que paralizara la destitución del saliente jefe del Shin Bet.
La reacción de Hamás: “manipulación” en las negociaciones de tregua
La reunión para aprobar la destitución duró cerca de tres horas y media y a la misma no acudió Bar, quien a sabiendas de que sería despedido envió una carta dirigida a los ministros del ejecutivo israelí en la que advirtió que su salida estaba “totalmente contaminada por conflictos de intereses” y constituía un intento “fundamentalmente inválido” de socavar al Shin Bet.
El grupo palestino que controla la Franja de Gaza y que libra una guerra con Israel dijo este viernes que las afirmaciones del destituido jefe del Shin Bet en la carta revelan la “manipulación deliberada” del primer ministro Netanyahu en las negociaciones del acuerdo de alto el fuego y que actuó para frustrarlo “por intereses políticos”.
“Los intentos de Netanyahu de excluir a figuras influyentes de seguridad en las negociaciones reflejan su crisis interna y la profundización del déficit de confianza entre él y su aparato de seguridad, y revelan su falta de seriedad para alcanzar un acuerdo efectivo”, señala un comunicado de Hamás.
En la misiva que Bar envió a los ministros del Gobierno israelí de cara a la votación de su destitución, el saliente jefe del Shin Bet insinuaba que las intenciones del primer ministro de Israel podrían haber sido “llevar a cabo negociaciones (sobre Gaza) sin llegar a un acuerdo real”.
Hamás, por su parte, aseguró a este respecto que las afirmaciones de Bar confirman que Netanyahu trató de diseñar unas negociaciones aparentemente formales “para comprar tiempo, sin lograr resultados efectivos”.
“En la práctica, la retirada del director del Mosad (la agencia de inteligencia exterior) y de mí mismo de la dirección de las negociaciones perjudicó al equipo y no hizo avanzar la liberación de los rehenes”, decía Bar sobre los 59 cautivos a los que Hamás y otras milicias, como la Yihad Islámica Palestina, retienen aún en Gaza.
El grupo islamista apeló a los altos funcionarios estadounidenses a dejar de culpar a Hamás del final del alto el fuego a la luz de estas declaraciones, haciendo a Netanyahu “directamente responsable del sufrimiento continuo de los prisioneros (los rehenes) y sus familias”.
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