Sin mediación posible: la ONU en el conflicto por el territorio palestino-israelí
Desde 1948, las Naciones Unidos han tratado de lograr una solución para el conflicto por el territorio de Israel y Palestina. Sus resoluciones no han sido suficientes para un conflicto que se inició el siglo pasado y que cada vez se vuelve más crítico.
“En el conflicto, los civiles siempre pagan el precio más alto. La guerra no es la respuesta. Necesitamos paz”, publicó la ONU este lunes. Este fue el llamado de las Naciones Unidas sobre la reciente escalada en el conflicto en el territorio palestino e israelí, que se inició el sábado. Al menos 1.400 palestinos y 1.300 israelíes han sido asesinados en los eventos posteriores. Frente al llamado de la ONU, el mundo entero se pregunta si las acciones de las organizaciones multilaterales pueden servir de algo para detener el conflicto.
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“En el conflicto, los civiles siempre pagan el precio más alto. La guerra no es la respuesta. Necesitamos paz”, publicó la ONU este lunes. Este fue el llamado de las Naciones Unidas sobre la reciente escalada en el conflicto en el territorio palestino e israelí, que se inició el sábado. Al menos 1.400 palestinos y 1.300 israelíes han sido asesinados en los eventos posteriores. Frente al llamado de la ONU, el mundo entero se pregunta si las acciones de las organizaciones multilaterales pueden servir de algo para detener el conflicto.
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La ONU y las soluciones fracasadas
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, se crearon las Naciones Unidas. El 24 de octubre de 1945, la organización nació oficialmente, después de haber sido ratificada por China, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Soviética, además de otros signatarios.
“La ONU se estrenó con ese conflicto, en 1948″, explica Nofret Hernández, experta en Medio Oriente e investigadora de la División de Historia del CIDE (Centro de Investigacion y Docencia Economicas). El 14 de mayo de ese año, Israel se declaró como independiente y ocurrió la Nakba, cuando las fuerzas militares sionistas tomaron el 78 % del territorio de Palestina.
La organización asumió el manejo de la situación después de que Reino Unido cediera el control, en medio de un enfrentamiento entre la población árabe y la población judía. Ahí nació la primera decisión de la ONU en su intento de mediación: la resolución 181 del 29 de noviembre de 1947, en la que recomienda partir a Palestina en dos Estados. Poco tiempo después de la resolución, estallaría otro conflicto.
“Es una partición un poco extraña, no hay una continuidad muy clara”, dice la experta. “Los sionistas lo aceptan, los palestinos y los árabes no. Ellos aceptan que fue un error, pero, en el contexto, no iban a aceptar la partición de un territorio que era suyo”.
En 1949, la ONU logró el armisticio árabe-israelí, entre Israel y sus vecinos árabes: Egipto, Jordania, Líbano y Siria. Con este, estableció que los territorios que había tomado Israel se quedarían como territorio israelí, pero se debería respetar la línea verde que lo separaba con territorio palestino.
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Para acoger a aquellos palestinos que quedaron como desplazados nació la Agencia de las Naciones Unidas para Refugiados Palestinos (UNRWA, en inglés), que, hasta la actualidad, sigue trabajando por el bienestar de los habitantes de Palestina. Esta ha sido una de las únicas instancias en las que la ONU ha prosperado. Sin embargo, su trabajo se concentra en la atención médica y humanitaria, no en la concertación política o la negociación interestatal.
Por otro lado, el Consejo de Seguridad, un órgano de la ONU que sí puede implementar sanciones o embargos a Estados y autorizar el uso de la fuerza, publicó en 1967 la resolución 242, en la que hacía un llamado para entablar negociaciones sobre un acuerdo de “fronteras definitivas, seguras y reconocidas”. En ella, pedía el retiro de las fuerzas armadas israelíes de los territorios ocupados y la terminación de todas las situaciones de beligerancia, además de establecer la necesidad de “lograr una solución justa del problema de los refugiados” y “garantizar la inviolabilidad territorial e independencia política”. Pero esta nunca ha sido respetada.
“Casi todas las resoluciones del Consejo de Seguridad en 1970, luego con la Intifada y así, regresan a esta 242 de 1967, que Israel ha violado sistemáticamente”, indica Hernández.
La llegada del nuevo siglo, con los mismos problemas
“La ONU no ha podido resolver ese problema desde 1948, que es uno de los que la estrena. Sinceramente pienso que como se ha dado la situación, la ONU ha sido bastante desprestigiada a causa de Estados Unidos, sobre todo con George Bush Jr., que en 2003 invadió Irak”, afirma la experta. “Al menos en el mundo árabe-islámico se piensa que la ONU es el brazo derecho de Estados Unidos y no es cierto”.
El Consejo de Seguridad sigue siendo uno de los mayores causantes de esta percepción. Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido, que son sus miembros permanentes, no pudieron llegar a un acuerdo para sacar una declaración conjunta sobre lo que ocurre en territorio israelí y palestino. Los líderes de Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Estados Unidos se unieron para apoyar a Israel y condenar las acciones de Hamás, afirmando que se asegurarán de que el gobierno israelí pueda seguirse defendiendo de los ataques. La posición de Rusia, por el contrario, fue la de enfatizar una negociación.
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“Mi mensaje fue que cesaran los combates inmediatamente y que se llegara a un alto al fuego y a negociaciones significativas, lo que se ha dicho [en el Consejo de Seguridad] durante décadas”, afirmó Vassily Nebenzia, el embajador ruso en la ONU, que tampoco ha logrado avanzar en una solución para la invasión a Ucrania debido al bloqueo en el Consejo de Seguridad por parte de Rusia (por tratarse, esta vez sí, de su propia guerra).
La posibilidad de que pueda haber una negociación entre Hamás e Israel es muy reducida. Hernández asegura que es una cuestión de disposición y poder encontrar un mediador que sea “creíble para ambas partes”. Estados Unidos no sería considerado por Hamás, mientras que un gobierno latinoamericano no tendría suficiente credibilidad para Israel, explica la experta. Añadido a eso, algunos Estados no participarían como mediadores al ser Hamás una organización terrorista.
“Todos los conflictos tienen sus particularidades, pero este es el mejor ejemplo de todo lo que falla en nuestro sistema internacional. Las fallas que encontramos en este conflicto se repiten en otros”, concluye la experta.
A pesar de sus constantes intentos, los fallos de la ONU han sido más catastróficos que sus aciertos. Sin mediación a la vista entre los palestinos y los israelíes, las decisiones de los órganos de la ONU, especialmente de sus Estados miembros, pueden, sencillamente, no ser respetadas.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha pedido el cese inmediato de los ataques de Hamás y expresado su preocupación por la retaliación de Israel. Sus llamados llegan a oídos sordos y la paz negociada está cada vez más lejos, con ninguna de las partes estando dispuesta a ceder.
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