Sirios buscan a sus familiares en morgues de Damasco.
Foto: EFE - ANTONIO PEDRO SANTOS
Miles de personas acudieron al día siguiente de la llegada de los rebeldes a Damasco, corriendo por el antaño desolado tramo de carretera, subiendo por un sendero irregular excavado en la ladera de piedra caliza y atravesando las imponentes puertas metálicas de la prisión más tristemente célebre de Siria. Inundaron los pasillos repletos de celdas, en busca de seres queridos que habían desaparecido en el agujero negro de las prisiones de tortura bajo el gobierno de Bashar al Asad.
Algunos revolvieron las oficinas de