Tanques israelíes cercan el martes el mayor hospital de Gaza y el presidente estadounidense, Joe Biden, presiona a su aliado para que proteja a los miles de civiles atrapados en ese centro, que Israel considera una guarida estratégica de Hamás.
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Después de días de bombardeos y combates alrededor del hospital Al Shifa, de la Ciudad de Gaza, testigos aseguran que tanques y vehículos armados se encuentran a las puertas del asediado complejo, que se ha convertido en uno de los centros de los enfrentamientos que estallaron hace más de cinco semanas.
Naciones Unidas cree que dentro del hospital hay más de 10.000 personas, entre pacientes, personal y desplazados, incapaces de escapar por los combates de los alrededores. Un cirujano de Médicos Sin Fronteras dijo que la situación en el hospital es “inhumana”. A través de un comunicado de la entidad, afirmó: “No tenemos electricidad, ni comida, ni agua”.
El ejército israelí acusa al movimiento islamista palestino de usar una red de túneles bajo el hospital como un “nódulo” de mando, convirtiendo a enfermos y refugiados en “escudos humanos”, algo que Hamás niega. El viceministro de Salud del gobierno de Gaza, Yusef Abu Rish, dijo a la AFP el lunes que “siete bebés prematuros” y “27 pacientes en cuidados intensivos” habían muerto desde el sábado debido a la falta de electricidad en ese hospital.
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Biden instó a Israel a emplear “acciones menos intrusivas con relación al hospital”. Frente a unos periodistas, desde el Despacho Oval de la Casa Blanca, agregó: “El hospital debe estar protegido”. Por su parte, un portavoz del ejército israelí, Peter Lerner, reiteró el martes que Al Shifa era “central en las capacidades de mando y control de Hamás”, pero que sus tropas estaban en situación de espera. “La idea es intentar evacuar a la gente, evacuar a tantos como sea posible”, afirmó.
“Ventana de legitimidad”, según Israel
Israel golpea la Franja de Gaza sin tregua desde el ataque lanzado en su suelo por comandos de Hamás el 7 de octubre, que mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 240 más. Desde el 27 de octubre también lleva a cabo una operación terrestre con el objetivo de “aniquilar” al movimiento islamista, en la que hasta el lunes habían muerto 44 soldados israelíes.
En Gaza, el Ministerio de Salud, controlado por Hamás, cifra en 11.240 personas, entre ellos 4.630 niños, los muertos por la ofensiva de Israel en este territorio asediado, sin acceso a agua, comida, electricidad o medicinas. Las agencias de la ONU y organizaciones internacionales hablan de cientos de miles de personas desplazadas y de una catástrofe humanitaria.
El canciller israelí, Eli Cohen, dijo el lunes que su país aún dispone de “dos o tres semanas hasta que la presión internacional aumente realmente”, pero que su ministerio “está trabajando para ampliar la ventana de legitimidad”. Citado por un portavoz, agregó: “La lucha continuará el tiempo que sea necesario”. Su homólogo de Defensa, Yoav Gallant, afirmó, por su parte, que Hamás “ha perdido el control en Gaza” y que sus combatientes estaban “huyendo hacia el sur” del territorio.
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Negociación por los rehenes
Ante la creciente presión internacional, Israel aceptó establecer pausas diarias en sus operaciones militares alrededor de “corredores” humanitarios para permitir la huida de los gazatíes atrapados por los combates. Sin embargo, los dirigentes del país insistieron en varias ocasiones que no habrá un alto el fuego más amplio hasta la liberación de los rehenes tomados por Hamás. Catar está mediando en las negociaciones sobre esta cuestión.
Abu Obeida, portavoz del brazo militar de Hamás, dijo el lunes que un posible acuerdo podía implicar la liberación de cien rehenes israelíes a cambio de 200 niños y 75 mujeres palestinos retenidos en prisiones del Estado judío. “Informamos a los mediadores que podíamos liberar rehenes si obtenemos cinco días de tregua (...) y el paso de ayuda a toda nuestra población”, afirmó.
En medio de estas negociaciones, el movimiento palestino difundió el video de una joven rehén que después fue identificada por Israel como una soldado suya secuestrada. “Estamos usando todos nuestros medios, tanto de inteligencia como de operativos, para llevar a los rehenes a casa”, dijo el ejército israelí.
La guerra en Gaza desató las hostilidades en otros frentes, como Cisjordania, Líbano o Siria, donde bombardeos estadounidenses mataron a ocho combatientes proiraníes, dijo una oenegé de monitorización de la guerra. En el norte de Cisjordania, cinco palestinos murieron en enfrentamientos contra tropas israelíes en el sector de Tulkarem, dijo a la AFP el director del hospital local el martes. Desde el estallido de los enfrentamientos en Gaza, alrededor de 180 palestinos han muerto en Cisjordania por disparos de soldados o colonos israelíes, según el Ministerio de Salud.
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