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El terremoto de magnitud 5,6 que sacudió el lunes 21 de noviembre a Indonesia dejó 271 muertos, 40 desaparecidos y más de 2.000 heridos, según el último balance dado por Suharyanto, jefe de la Agencia Nacional de Mitigación de Desastres. Las lluvias y las diferentes réplicas han dificultado las labores de rescate, mientras que algunas de las críticas ante lo sucedido se han centrado en los estándares de seguridad para los edificios escolares.
Las autoridades comentaron que más de un tercio de las víctimas son niños, dado que varias escuelas fueron derrumbadas por el movimiento telúrico. De acuerdo con las declaraciones a The Guardian por parte de Widjojo Prakoso, profesor de ingeniería de la Universidad de Indonesia, el desastre puso de relieve la falta de garantía de que estos edificios sean lo suficientemente seguros en caso de que ocurra un desastre de este tipo. “Los edificios escolares deben recibir atención especial porque no solo deben resistir terremotos, sino que también deben actuar como un refugio temporal durante los desastres”, advirtió el docente.
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Y es que, según datos del gobierno, hasta 142 edificios escolares resultaron dañados, además de 22.000 viviendas, lo que provocó el desplazamiento de casi 60.000 personas. La agencia nacional de desastres, BNPB, creó pautas para las viviendas a prueba de terremotos, pero los contratistas a menudo las ignoran, agregó Prakoso al diario británico. “Los contratistas eligen el beneficio económico sobre la seguridad. Quieren construir más rápido y más barato”, concluyó.
Las estimaciones sobre el número de edificios escolares vulnerables a los terremotos varían. Según el Ministerio de Educación, casi 53.000 escuelas están ubicadas en regiones propensas a este tipo de desastre. En el 2019, la BNPB registró que el 75 % de más de 200.000 edificios escolares en Indonesia estaban en sitios propensos a sufrir terremotos, con alrededor de 60 millones de estudiantes en riesgo.
Abdul Muhari, jefe de comunicaciones de la BNPB, no comentó por qué tantos edificios escolares fueron destruidos durante el terremoto del lunes, pero dijo que la agencia se concentrará en reconstruir instalaciones estructuralmente mejores. “Nos hemos coordinado con el ministerio”, dijo Muhari a The Guardian. “También hemos emitido pautas para los estudiantes sobre cómo prepararse para los desastres”, refiriéndose a una guía elaborada en el 2019. Esto, teniendo en cuenta que, según el Ministerio de Educación, entre 2009 y 2018, hasta 62.687 escuelas y 12 millones de estudiantes se vieron afectados por desastres naturales.
Más de 12.000 efectivos del Ejército fueron desplegados el miércoles para fortalecer los esfuerzos de búsqueda que llevan a cabo más de 2.000 policías, rescatistas y voluntarios, afirmó Suharyanto. Sin embargo, las necesidades son enormes. Mustafa, un habitante de 23 años del pueblo de Gasol, le comentó a la AFP: “Tenemos ayuda alimentaria, pero no es suficiente. Tenemos arroz, fideos instantáneos y agua mineral, pero no alcanza. No tenemos ropa y no nos hemos cambiado desde hace días”.
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Las dificultades en las labores de rescate en Indonesia
Las fuertes lluvias y las nuevas réplicas del terremoto han ralentizado las labores de rescate, con las cuales se siguen buscando sobrevivientes en una decena de pueblos, donde más de 20.000 casas quedaron destruidas. Incluso, según lo presenciaron unos periodistas de la AFP, una réplica de magnitud 3,9 desencadenó el pánico de varias personas desplazadas, que huyeron de sus refugios el miércoles por la mañana.
Además, según comentó Henri Alfiandi, jefe del servicio de socorro, en un video publicado en las redes sociales, los pueblos más lejanos siguen aislados. “La gente allí ni siquiera puede pedir ayuda”, precisó, agregando que tres helicópteros fueron enviados hasta allí. De acuerdo con su declaración, los aldeanos siguen atrapados, sin agua y electricidad.
Por otro lado, las autoridades advirtieron del riesgo de una nueva catástrofe natural, pues durante la temporada de lluvias, que culminará en diciembre, el archipiélago es propenso a deslizamientos de tierra e inundaciones repentinas. Los servicios meteorológicos anunciaron tormentas, que son potencialmente peligrosas después de un terremoto.
Con información de AFP
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