TikTok, caja de resonancia de las tensiones entre Estados Unidos y China
La red social está en medio de los conflictos entre Washington y Beijing. Hay escepticismo sobre el uso de TikTok por, según alegan, cuestiones de seguridad nacional. Esta retórica ha sido adoptada también en la Unión Europea, donde, al igual que en Estados Unidos y Canadá, se busca que los funcionarios públicos eliminen la aplicación de los dispositivos oficiales. Algunos abogan por borrarla de los celulares de la gente del común.
En cuestión de días, TikTok ha sido vetado de las instancias gubernamentales en varias zonas del mundo: Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. En países como Dinamarca y en los organismos rectores del bloque, como el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y el Consejo Europeo, se ha optado por esa disposición, al igual que en dichos países norteamericanos. Parece que la retórica de ser una amenaza a la seguridad nacional, impulsada desde Washington, ha pegado más allá de las fronteras nacionales, pues no solo el FBI lo ha catalogado como tal, sino que Ted Cruz, senador de Texas, lo denunció como “un caballo de Troya que el Partido Comunista Chino puede usar para influir en lo que los estadounidenses ven, escuchan y, en última instancia, piensan”. Además, más de 27 estados lo han bloqueado, afectando las dinámicas de varias escuelas y universidades locales.
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En cuestión de días, TikTok ha sido vetado de las instancias gubernamentales en varias zonas del mundo: Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. En países como Dinamarca y en los organismos rectores del bloque, como el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y el Consejo Europeo, se ha optado por esa disposición, al igual que en dichos países norteamericanos. Parece que la retórica de ser una amenaza a la seguridad nacional, impulsada desde Washington, ha pegado más allá de las fronteras nacionales, pues no solo el FBI lo ha catalogado como tal, sino que Ted Cruz, senador de Texas, lo denunció como “un caballo de Troya que el Partido Comunista Chino puede usar para influir en lo que los estadounidenses ven, escuchan y, en última instancia, piensan”. Además, más de 27 estados lo han bloqueado, afectando las dinámicas de varias escuelas y universidades locales.
El lunes pasado, la Casa Blanca ordenó a las instancias federales eliminar TikTok en un plazo de 30 días. Por su parte, Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, y Alessandro Chiocchetti, secretario general, decidieron que TikTok no se debe usar ni permanecer instalado en celulares, tabletas ni computadores portátiles a partir del 20 de marzo. En consecuencia, la Dirección General de Innovación y Apoyo Tecnológico del Parlamento informó que “el acceso web a TikTok a través de nuestra red corporativa (...) también estará bloqueado”. Su recomendación, incluso, es que los eurodiputados y su personal también lo eliminen de sus dispositivos personales.
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A esto se sumó Canadá, que también dispuso vetarlo de los dispositivos móviles emitidos por el Gobierno. Justin Trudeau, primer ministro, fue más allá en sus declaraciones: “Sospecho que a medida que el Gobierno da el paso significativo de decirles a todos los empleados federales que ya no pueden usar TikTok en sus teléfonos de trabajo, muchos canadienses, desde empresas hasta particulares, reflexionarán sobre la seguridad de sus propios datos y tal vez tomen decisiones”. Incluso, Estados Unidos, su vecino, avanza en una propuesta para impedir el uso general de esta red social. El próximo martes, un comité de la Cámara de Representantes votará un proyecto de ley, apoyado por los republicanos, que le otorgaría a Joe Biden la autoridad para prohibir por completo la red social en el país.
Lo cierto es que el escepticismo se ha regado por varias partes del mundo: se ha llegado a creer que TikTok podría entregar datos de usuarios a las autoridades chinas o ser utilizado como una herramienta de propaganda para el gobierno en Beijing. Hasta ahora, eso no ha sido probado, pero sí han ocurrido algunos hechos preocupantes que involucran a la red social. Hace apenas dos meses, en Navidad, se supo que algunos miembros del personal de ByteDance, la empresa matriz, estaban espiando a algunos reporteros que cubrían la empresa, obteniendo acceso indebido a sus direcciones IP y a los datos de usuario, en un intento por identificar si habían estado en los mismos lugares que los empleados de la organización.
Así lo reportó “Forbes”, que afirmó, en el artículo “TikTok espió a periodistas de ‘Forbes’”, que ByteDance rastreó a varios de sus redactores como parte de una campaña de vigilancia encubierta, diseñada para descubrir la fuente de las filtraciones dentro de la empresa, tras una serie de historias que exponen los vínculos de la empresa con China. De hecho, una de las reporteras afectadas fue Emily Baker-White, que en octubre de 2022 publicó un texto sobre cómo el equipo de ByteDance con sede en China dirigió múltiples auditorías e investigaciones sobre el exdirector de seguridad global de TikTok en Estados Unidos, quien a su vez había sido responsable de supervisar los esfuerzos para minimizar el acceso de los empleados con sede en China a los datos de los usuarios estadounidenses.
“Esta historia empezó en octubre, cuando publicamos un artículo diciendo que sabíamos que un equipo de ByteDance llamado Auditoría y Control de Riesgos había rastreado la ubicación específica de ciudadanos estadounidenses con propósitos que no tenían que ver con publicidad ni con contenido de la aplicación. Desde entonces, nosotros sabíamos que estábamos siendo rastreados, pero no lo podíamos decir porque estábamos protegiendo a una fuente”, comentó Baker-White, periodista de tecnología, en una entrevista a “Forbes”. Según se lee en ese mismo portal, aunque ByteDance y TikTok no negaron dicha vigilancia, en Twitter escribieron que la red social “nunca se ha utilizado para ‘atacar’ a ningún miembro del Gobierno de Estados Unidos, activistas, figuras públicas ni periodistas”.
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Sin embargo, en diciembre pasado, la empresa reconoció lo sucedido. Rubo Liang, CEO de la compañía, escribió un correo interno compartido con “Forbes” en el que se lee: “La confianza pública en la que hemos invertido grandes esfuerzos en construir se verá significativamente socavada por la mala conducta de algunas personas (…). Creo que esta situación nos servirá de lección a todos”. Por su parte, Erich Andersen, abogado general de TikTok, envió un correo que decía: “Es una práctica estándar que las empresas tengan un grupo de auditoría interna autorizado para investigar las violaciones del código de conducta (...). Sin embargo, en este caso, las personas abusaron de su autoridad para obtener acceso a los datos de los usuarios de TikTok”. Para Baker-White, este reconocimiento de los hechos fue un alivio.
El Centro de Seguridad en Internet, organización sin ánimo de lucro que impulsa prácticas para proteger los sistemas y datos de las tecnologías de la información (TI), establece que TikTok obtuvo una ventaja gracias a su capacidad para recopilar datos confidenciales sobre los usuarios, incluso cuando esos usuarios no guardan ni comparten su contenido. Según se lee en el artículo “Por qué TikTok es la última amenaza de seguridad”, publicado en el portal de la entidad, los datos que TikTok recopila de los usuarios contienen información confidencial y, a menudo, se toman sin el conocimiento explícito del usuario. Estos datos incluyen la marca y el modelo del dispositivo, la versión del sistema operativo (SO), el operador de telefonía móvil, el historial de navegación, los nombres y tipos de aplicaciones y archivos, los patrones o ritmos de pulsación de teclas, las conexiones inalámbricas y la geolocalización.
Con respecto a la preocupación que hay sobre el lugar del almacenamiento de la información, los responsables de la aplicación han dicho que los datos no se almacenan en China, sino en sus centros en Estados Unidos y Singapur, donde los trabajadores cuentan con un “modelo de acceso con menos privilegios”, se lee en “Business Insider” España. “De hecho, TikTok ni siquiera está disponible en China”, le aseguró a dicho medio Roland Cloutier, director global de Seguridad (CSO). Ahora bien, si bien la red social admitió, en noviembre pasado, que parte del personal en Beijing podía acceder a los datos de los usuarios europeos, recientemente afirmó que se está ajustando a las normas de funcionamiento de los gigantes digitales en el espacio de la Unión Europea.
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