Tropas de EE. UU. y de la OTAN se retiran de la base aérea afgana de Bagram
Desde Bagram, las tropas extranjeras llevaron a cabo los bombardeos contra los talibanes y sus aliados de Al Qaida, y organizaron el abastecimiento de las tropas. Ahora la base será restituida al ejército afgano.
Todas las tropas de Estados Unidos y de la OTAN abandonaron la base aérea de Bagram, la mayor de Afganistán, en una muestra de que la retirada completa de las fuerzas extranjeras de ese país es inminente. La base, una pieza clave para controlar el país, fue restituida al ejército afgano, según informó el viernes Kabul.
Los talibanes saludaron la partida de tropas extranjeras de esta base, situada a 50 km al norte de la capital afgana y pilar de las operaciones estadounidenses durante todo el conflicto desde 2001.
Es desde ahí que se llevaban a cabo los bombardeos contra los talibanes y sus aliados de Al Qaida, y que se organizó el abastecimiento de las tropas.
“El aeropuerto de Bagram fue oficialmente entregado al Ministerio de Defensa. Las fuerzas estadounidenses y de la coalición se han retirado completamente de la base y, a partir de ahora, las fuerzas del ejército afgano la protegerán y la utilizarán para combatir el terrorismo”, escribió en Twitter Fawad Aman, portavoz oficial.
Poco antes, un funcionario de Defensa estadounidense bajo condición de anonimato, había informado que “todas las fuerzas de la coalición” habían abandonado las instalaciones.
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Los insurgentes “saludan y apoyan” esta retirada, dijo a la AFP su vocero, Zabihulá Mujahid. “Su completa retirada (de Afganistán) abrirá el camino a los afganos para decidir sobre su futuro por ellos mismos”.
El ejército estadounidense y la OTAN están a punto de poner fin a su despliegue en Afganistán, al retirar a sus últimos efectivos de aquí al 11 de septiembre, día del vigésimo aniversario de los ataques de los yihadistas de Al Qaida contra las Torres Gemelas.
Desde el comienzo de mayo, los talibanes han lanzado varias ofensivas de envergadura en las zonas rurales, mientras las fuerzas gubernamentales luchan por consolidar sus posiciones en las áreas más urbanas.
Su capacidad para mantener el control de la base aérea de Bagram será fundamental para preservar la capital, Kabul, y mantener la presión sobre los talibanes.
Una ciudad en miniatura
La retirada de las tropas extranjeras de Bagram “simboliza el hecho que Afganistán está solo, abandonado, y obligado a defenderse solo contra el asalto de los talibanes”, estima el experto Nishank Motwani, basado en Australia.
Según informaciones de prensa, el Pentágono mantendrá cerca de 600 soldados en Afganistán para controlar la inmensa embajada de Estados Unidos en Kabul.
Bagram fue construida por Estados Unidos para su aliado afgano durante la Guerra Fría en los años 1950, para protegerse de la Unión Soviética en el norte.
Durante estos años, cientos de miles de militares estadounidenses y de la OTAN se habían establecido en esta base, que parecía casi una ciudad en miniatura.
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En una época, tenía piscinas, cines e incluso restaurantes de las cadenas de Burger King y Pizza Hut. En las instalaciones también había una cárcel para los prisioneros talibanes y yihadistas.
En estos últimos meses, Bagram fue objeto de disparos de cohetes, reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico. Los habitantes de la zona esperan que la situación no se degrade con la retirada de las fuerzas extranjeras.
“La situación es caótica (...) Hay mucha inseguridad y el gobierno no tiene (suficientes) armas ni equipamiento”, declaró a la AFP Matiulá, que tiene una zapatería en el mercado de Bagram.
En mayo, quedaban casi 9.500 soldados extranjeros en Afganistán, de los cuales 2.500 eran estadounidenses. La retirada se ha acelerado tanto que podría concluirse muy rápidamente. Por el momento, sólo Alemania e Italia han confirmado la retirada total de sus tropas.
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Todas las tropas de Estados Unidos y de la OTAN abandonaron la base aérea de Bagram, la mayor de Afganistán, en una muestra de que la retirada completa de las fuerzas extranjeras de ese país es inminente. La base, una pieza clave para controlar el país, fue restituida al ejército afgano, según informó el viernes Kabul.
Los talibanes saludaron la partida de tropas extranjeras de esta base, situada a 50 km al norte de la capital afgana y pilar de las operaciones estadounidenses durante todo el conflicto desde 2001.
Es desde ahí que se llevaban a cabo los bombardeos contra los talibanes y sus aliados de Al Qaida, y que se organizó el abastecimiento de las tropas.
“El aeropuerto de Bagram fue oficialmente entregado al Ministerio de Defensa. Las fuerzas estadounidenses y de la coalición se han retirado completamente de la base y, a partir de ahora, las fuerzas del ejército afgano la protegerán y la utilizarán para combatir el terrorismo”, escribió en Twitter Fawad Aman, portavoz oficial.
Poco antes, un funcionario de Defensa estadounidense bajo condición de anonimato, había informado que “todas las fuerzas de la coalición” habían abandonado las instalaciones.
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Los insurgentes “saludan y apoyan” esta retirada, dijo a la AFP su vocero, Zabihulá Mujahid. “Su completa retirada (de Afganistán) abrirá el camino a los afganos para decidir sobre su futuro por ellos mismos”.
El ejército estadounidense y la OTAN están a punto de poner fin a su despliegue en Afganistán, al retirar a sus últimos efectivos de aquí al 11 de septiembre, día del vigésimo aniversario de los ataques de los yihadistas de Al Qaida contra las Torres Gemelas.
Desde el comienzo de mayo, los talibanes han lanzado varias ofensivas de envergadura en las zonas rurales, mientras las fuerzas gubernamentales luchan por consolidar sus posiciones en las áreas más urbanas.
Su capacidad para mantener el control de la base aérea de Bagram será fundamental para preservar la capital, Kabul, y mantener la presión sobre los talibanes.
Una ciudad en miniatura
La retirada de las tropas extranjeras de Bagram “simboliza el hecho que Afganistán está solo, abandonado, y obligado a defenderse solo contra el asalto de los talibanes”, estima el experto Nishank Motwani, basado en Australia.
Según informaciones de prensa, el Pentágono mantendrá cerca de 600 soldados en Afganistán para controlar la inmensa embajada de Estados Unidos en Kabul.
Bagram fue construida por Estados Unidos para su aliado afgano durante la Guerra Fría en los años 1950, para protegerse de la Unión Soviética en el norte.
Durante estos años, cientos de miles de militares estadounidenses y de la OTAN se habían establecido en esta base, que parecía casi una ciudad en miniatura.
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En una época, tenía piscinas, cines e incluso restaurantes de las cadenas de Burger King y Pizza Hut. En las instalaciones también había una cárcel para los prisioneros talibanes y yihadistas.
En estos últimos meses, Bagram fue objeto de disparos de cohetes, reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico. Los habitantes de la zona esperan que la situación no se degrade con la retirada de las fuerzas extranjeras.
“La situación es caótica (...) Hay mucha inseguridad y el gobierno no tiene (suficientes) armas ni equipamiento”, declaró a la AFP Matiulá, que tiene una zapatería en el mercado de Bagram.
En mayo, quedaban casi 9.500 soldados extranjeros en Afganistán, de los cuales 2.500 eran estadounidenses. La retirada se ha acelerado tanto que podría concluirse muy rápidamente. Por el momento, sólo Alemania e Italia han confirmado la retirada total de sus tropas.
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