Trump quiere que migrantes paguen por solicitar asilo
El presidente estadounidense Donald Trump continúa radicalizando su postura frente a la migración. Ahora busca que se cree una tarifa para los solicitantes de asilo para combatir el “colapsado sistema migratorio”.
- Redacción Internacional
Donald Trump continúa exhibiendo su postura más radical sobre la migración desde que llegó a la Casa Blanca. El presidente estadounidense, ahora asesorado por el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, ha enviado un memorando a los responsables de migración en la Administración para que reformen el sistema de solicitudes de asilo en menos de 90 días. Una de las medidas más duras que propone el mandatario es cobrarles a los solicitantes de asilo una tarifa solo por entrar en el proceso y por adquirir un permiso de trabajo temporal mientras esperan el veredicto en los tribunales en un plazo de 180 días.
El anuncio, dirigido principalmente al fiscal general William Barr, se hizo mientras Trump atacaba en Twitter las “débiles, ineficientes y peligrosas” leyes de inmigración de Estados Unidos. También instruye a los funcionarios a revocar los permisos de trabajo de inmigrantes que han recibido órdenes de deportación definitivas.
La orden llega dos semanas después de que el fiscal general Barr pidió a los jueces de inmigración no permitir salir bajo fianza a los solicitantes de asilo detenidos tras entrar ilegalmente al país, según reportes de medios estadounidenses. Le recomendamos: Las sucias jugadas de Trump contra los migrantes
A pesar de que Trump ha insistido desde el comienzo de su presidencia en que Estados Unidos está siendo inundado por migrantes y solicitantes de asilo, sus intentos por contener la cantidad de personas que solicitan asilo han sido frustrados repetidamente. Las cifras son cada vez más preocupantes. Tan solo en marzo, las patrullas fronterizas detuvieron a 103.000 personas en la frontera con México, un número récord en la última década.
Los tribunales de inmigración están atiborrados de casos solicitudes pendientes de asilo. Por lo menos hay 850.000 casos en la actualidad, y los procesos pueden llegar a tardarse en promedio dos años. La idea de Trump es reducir estas cifras a menos de la mitad, lo que según expertos solo ataca los altos niveles de solicitud más no las causas fundamentales de por qué se producen estas. Pero a Trump parece poco importarle los desencadenantes de la migración. En marzo de 2019, el Departamento de Estado envió una carta al Congreso para informarle de su intención, por directriz del presidente, de finalizar los programas de ayuda en el exterior para el Triangulo Norte, algo que desembocaría probablemente en más crisis para los países de la región y en un mayor flujo migratorio hacia los países del Norteamérica. Vea también: Trump suspende ayuda a Centroamérica "por no hacer nada frente a la migración"
Los opositores a Trump, principalmente del Partido Demócrata, aseguran que su insistencia por construir más barreras en la frontera con México y sus denuncias casi diarias de los migrantes como peligrosos criminales incitan el odio racial. Hasta ahora las medidas del mandatario no han producido efecto. Solo causar una guerra en el legislativo donde los demócratas batallan por detener los planes radicales del mandatario que quiere toda una reforma en el sistema.
Donald Trump continúa exhibiendo su postura más radical sobre la migración desde que llegó a la Casa Blanca. El presidente estadounidense, ahora asesorado por el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, ha enviado un memorando a los responsables de migración en la Administración para que reformen el sistema de solicitudes de asilo en menos de 90 días. Una de las medidas más duras que propone el mandatario es cobrarles a los solicitantes de asilo una tarifa solo por entrar en el proceso y por adquirir un permiso de trabajo temporal mientras esperan el veredicto en los tribunales en un plazo de 180 días.
El anuncio, dirigido principalmente al fiscal general William Barr, se hizo mientras Trump atacaba en Twitter las “débiles, ineficientes y peligrosas” leyes de inmigración de Estados Unidos. También instruye a los funcionarios a revocar los permisos de trabajo de inmigrantes que han recibido órdenes de deportación definitivas.
La orden llega dos semanas después de que el fiscal general Barr pidió a los jueces de inmigración no permitir salir bajo fianza a los solicitantes de asilo detenidos tras entrar ilegalmente al país, según reportes de medios estadounidenses. Le recomendamos: Las sucias jugadas de Trump contra los migrantes
A pesar de que Trump ha insistido desde el comienzo de su presidencia en que Estados Unidos está siendo inundado por migrantes y solicitantes de asilo, sus intentos por contener la cantidad de personas que solicitan asilo han sido frustrados repetidamente. Las cifras son cada vez más preocupantes. Tan solo en marzo, las patrullas fronterizas detuvieron a 103.000 personas en la frontera con México, un número récord en la última década.
Los tribunales de inmigración están atiborrados de casos solicitudes pendientes de asilo. Por lo menos hay 850.000 casos en la actualidad, y los procesos pueden llegar a tardarse en promedio dos años. La idea de Trump es reducir estas cifras a menos de la mitad, lo que según expertos solo ataca los altos niveles de solicitud más no las causas fundamentales de por qué se producen estas. Pero a Trump parece poco importarle los desencadenantes de la migración. En marzo de 2019, el Departamento de Estado envió una carta al Congreso para informarle de su intención, por directriz del presidente, de finalizar los programas de ayuda en el exterior para el Triangulo Norte, algo que desembocaría probablemente en más crisis para los países de la región y en un mayor flujo migratorio hacia los países del Norteamérica. Vea también: Trump suspende ayuda a Centroamérica "por no hacer nada frente a la migración"
Los opositores a Trump, principalmente del Partido Demócrata, aseguran que su insistencia por construir más barreras en la frontera con México y sus denuncias casi diarias de los migrantes como peligrosos criminales incitan el odio racial. Hasta ahora las medidas del mandatario no han producido efecto. Solo causar una guerra en el legislativo donde los demócratas batallan por detener los planes radicales del mandatario que quiere toda una reforma en el sistema.