“Ucraniagate” podría ser el escándalo más grave de Trump
Según un informante, el presidente Donald Trump habría presionado a su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, para que investigara a uno de sus principales rivales de cara a las elecciones de 2020, en las que el mandatario busca un segundo mandato.
Camilo Gómez / @camilogomez8
La carrera electoral de 2020 en EE. UU. no ha comenzado oficialmente y ya el presidente Donald Trump enfrenta un escándalo monumental, incluso más grave que el llamado Rusiagate. Este caso, por el que el presidente todavía es investigado, habla de la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de EE. UU. en 2016, de la cual Trump se habría beneficiado para vencer a su oponente Hillary Clinton y llegar a la Casa Blanca, según denuncias. Ahora, una nueva acusación apunta a que Trump buscaría interferir en las elecciones de 2020 para afectar a uno de sus principales rivales demócratas en su camino a la reelección, con la gravedad de que ahora él es el mandatario y estaría abusando de su poder presidencial.
Un denunciante no identificado que trabaja en la inteligencia estadounidense, presentó una queja formal en agosto en la que señaló que Trump había presionado a su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenski, para que reabriera una investigación sobre el caso de Hunter Biden, hijo del exvicepresidente y precandidato presidencial demócrata Joe Biden, por presunta corrupción en la dirección de Burisma, una compañía de energía ucraniana. Las acusaciones de corrupción contra el hijo de Biden parten de una investigación liderada por el fiscal principal de Ucrania antes de 2016. Sin embargo, el fiscal fue destituido poco después de iniciar el proceso, según denuncias, por presión de agentes externos para retirarlo del caso. Según el informante que se quejó de las acciones de Trump, el presidente le habría pedido a Zelenski que indagara en la destitución y el caso Biden, lo que muchos interpretan como un mensaje políticamente motivado por sus intenciones electorales.
“Si bien la asociación de Hunter Biden con un oligarca ucraniano corrupto fue discutiblemente poco ética, no hay razón para creer que su padre estuvo involucrado en ello. El presidente está tratando de lograr que una potencia extranjera abra una investigación sobre lo que es quizás su oponente más probable para su reelección en 2020, con un pretexto extremadamente endeble: convertir el falso escándalo de Biden en sus ‘correos electrónicos 2.0’”, escribió Zack Beauchamp, corresponsal del portal Vox. Durante la campaña electoral de 2016, el caso de los correos electrónicos de la candidata Clinton impactó la fase final de las elecciones. Se le acusaba de usar un servidor de mensajes privado, lo que, si bien no era ilegal, fue usado por Trump como una herramienta de ataque en los debates contra su oponente para desestimarla.
Las denuncias del Ucraniagate también sugieren que el mandatario habría tratado de amenazar durante la llamada a Zelenski, el 25 de julio, con retener la ayuda militar a Ucrania para persuadirlo de realizar la investigación contra Biden. Trump bloqueó el desembolso de millones de dólares en ayuda militar para Ucrania esta semana, dos meses después de la llamada con Zelenski. Ahora defiende su decisión argumentando que no solo EE. UU. es quien debe proporcionar ayuda a Ucrania, sino también países como Francia y Alemania. Vea también: Trump autoriza publicación de la transcripción de su llamada con el presidente ucraniano
La llamada entre Trump y Zelenski generó un terremoto político en Washington. Sin embargo, su contenido no ha sido publicado. Mientras medios locales como The Wall Street Journal han ido filtrando detalles de la conversación, los demócratas, y algunos republicanos, han pedido que se publique la transcripción completa de la llamada. La Casa Blanca comunicó que está considerando seriamente hacerlo, pero miembros del gabinete presidencial como la nueva secretaria de prensa, Stephanie Grishman, el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el secretario de Tesoro, Steven Mnuchin, han declarado que la publicación sentaría un precedente muy perjudicial para la nación. A varios asesores de Trump les preocupa que la publicación de la llamada abra el camino para que otras transcripciones de conversaciones de Trump con otros líderes se hagan públicas, sobre todo las que ha tenido con su homólogo ruso, Vladimir Putin. Aún así, Trump aseguró que publicará su comunicación con Zelenski el miércoles.
Las revelaciones del Ucraniagate han intensificado las peticiones demócratas para la destitución del presidente. El caso es más fuerte que el juicio político de la investigación que lideraba el fiscal especial Robert Mueller por el Rusiagate. Mientras que la investigación de Rusia era retrospectiva e intentaba descubrir qué había pasado en las elecciones de 2016, en este escándalo se investiga un hecho contemporáneo y sobre el futuro de la nación. La presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se ha resistido a acusar a Trump por sus vínculos con Rusia: iniciar un proceso de impeachment en el Senado contra Trump sería desgastante y probablemente cero exitoso. Pero en el Ucraniagate los demócratas tienen una jugada a su favor para jugar la carta de la destitución: detener el abuso del poder presidencial que podría socavar en la integridad de las elecciones de 2020. Si las denuncias son ciertas, Pelosi ha advertido que el mandatario tendrá que enfrentar “graves repercusiones”.
La carrera electoral de 2020 en EE. UU. no ha comenzado oficialmente y ya el presidente Donald Trump enfrenta un escándalo monumental, incluso más grave que el llamado Rusiagate. Este caso, por el que el presidente todavía es investigado, habla de la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de EE. UU. en 2016, de la cual Trump se habría beneficiado para vencer a su oponente Hillary Clinton y llegar a la Casa Blanca, según denuncias. Ahora, una nueva acusación apunta a que Trump buscaría interferir en las elecciones de 2020 para afectar a uno de sus principales rivales demócratas en su camino a la reelección, con la gravedad de que ahora él es el mandatario y estaría abusando de su poder presidencial.
Un denunciante no identificado que trabaja en la inteligencia estadounidense, presentó una queja formal en agosto en la que señaló que Trump había presionado a su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenski, para que reabriera una investigación sobre el caso de Hunter Biden, hijo del exvicepresidente y precandidato presidencial demócrata Joe Biden, por presunta corrupción en la dirección de Burisma, una compañía de energía ucraniana. Las acusaciones de corrupción contra el hijo de Biden parten de una investigación liderada por el fiscal principal de Ucrania antes de 2016. Sin embargo, el fiscal fue destituido poco después de iniciar el proceso, según denuncias, por presión de agentes externos para retirarlo del caso. Según el informante que se quejó de las acciones de Trump, el presidente le habría pedido a Zelenski que indagara en la destitución y el caso Biden, lo que muchos interpretan como un mensaje políticamente motivado por sus intenciones electorales.
“Si bien la asociación de Hunter Biden con un oligarca ucraniano corrupto fue discutiblemente poco ética, no hay razón para creer que su padre estuvo involucrado en ello. El presidente está tratando de lograr que una potencia extranjera abra una investigación sobre lo que es quizás su oponente más probable para su reelección en 2020, con un pretexto extremadamente endeble: convertir el falso escándalo de Biden en sus ‘correos electrónicos 2.0’”, escribió Zack Beauchamp, corresponsal del portal Vox. Durante la campaña electoral de 2016, el caso de los correos electrónicos de la candidata Clinton impactó la fase final de las elecciones. Se le acusaba de usar un servidor de mensajes privado, lo que, si bien no era ilegal, fue usado por Trump como una herramienta de ataque en los debates contra su oponente para desestimarla.
Las denuncias del Ucraniagate también sugieren que el mandatario habría tratado de amenazar durante la llamada a Zelenski, el 25 de julio, con retener la ayuda militar a Ucrania para persuadirlo de realizar la investigación contra Biden. Trump bloqueó el desembolso de millones de dólares en ayuda militar para Ucrania esta semana, dos meses después de la llamada con Zelenski. Ahora defiende su decisión argumentando que no solo EE. UU. es quien debe proporcionar ayuda a Ucrania, sino también países como Francia y Alemania. Vea también: Trump autoriza publicación de la transcripción de su llamada con el presidente ucraniano
La llamada entre Trump y Zelenski generó un terremoto político en Washington. Sin embargo, su contenido no ha sido publicado. Mientras medios locales como The Wall Street Journal han ido filtrando detalles de la conversación, los demócratas, y algunos republicanos, han pedido que se publique la transcripción completa de la llamada. La Casa Blanca comunicó que está considerando seriamente hacerlo, pero miembros del gabinete presidencial como la nueva secretaria de prensa, Stephanie Grishman, el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el secretario de Tesoro, Steven Mnuchin, han declarado que la publicación sentaría un precedente muy perjudicial para la nación. A varios asesores de Trump les preocupa que la publicación de la llamada abra el camino para que otras transcripciones de conversaciones de Trump con otros líderes se hagan públicas, sobre todo las que ha tenido con su homólogo ruso, Vladimir Putin. Aún así, Trump aseguró que publicará su comunicación con Zelenski el miércoles.
Las revelaciones del Ucraniagate han intensificado las peticiones demócratas para la destitución del presidente. El caso es más fuerte que el juicio político de la investigación que lideraba el fiscal especial Robert Mueller por el Rusiagate. Mientras que la investigación de Rusia era retrospectiva e intentaba descubrir qué había pasado en las elecciones de 2016, en este escándalo se investiga un hecho contemporáneo y sobre el futuro de la nación. La presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se ha resistido a acusar a Trump por sus vínculos con Rusia: iniciar un proceso de impeachment en el Senado contra Trump sería desgastante y probablemente cero exitoso. Pero en el Ucraniagate los demócratas tienen una jugada a su favor para jugar la carta de la destitución: detener el abuso del poder presidencial que podría socavar en la integridad de las elecciones de 2020. Si las denuncias son ciertas, Pelosi ha advertido que el mandatario tendrá que enfrentar “graves repercusiones”.