Un ataque israelí en una escuela de la UNRWA en Gaza dejó al menos 37 muertos
Las Fuerzas Armadas de Israel llevaron a cabo un ataque contra un recinto educativo de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, argumentando que allí se encontraban miembros de Hamás y de la Yihad Islámica. La escuela, ubicada en el centro del enclave, albergaba a palestinos desplazados.
El Ejército israelí reivindicó este jueves el bombardeo aéreo contra una escuela de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en la Franja de Gaza, con el argumento de que albergaba “una base de Hamás”. Al menos 37 personas murieron, según un hospital.
“Aviones de combate (...) realizaron un ataque preciso sobre una base de Hamás situada en el interior de una escuela de la UNRWA, en la zona de Nuseirat”, dijo el Ejército israelí, que informó de “varios terroristas muertos”. La institución agregó que “terroristas de Hamás y de la Yihad Islámica (...) que habían participado en el ataque mortífero contra las comunidades del sur de Israel el 7 de octubre operaban en este recinto”.
El hospital Mártires de Al Aqsa, en la ciudad cercana de Deir al Balah, indicó que recibió “37 mártires” del ataque contra la escuela de la ONU, al ofrecer un nuevo balance tras la cifra previa de 27 muertos, divulgada por la oficina de prensa de Hamás. Las autoridades de este hospital dijeron con anterioridad que la “avería de uno de sus generadores eléctricos” complicaba el tratamiento de pacientes vulnerables y podía provocar “una catástrofe humanitaria”.
“La situación es insostenible” en el enclave palestino
Antes del último ataque en Nuseirat, el centro había recibido desde el martes “al menos 70 muertos y más de 300 heridos, en su mayoría mujeres y niños, por bombardeos israelíes en las zonas centrales de la Franja de Gaza”, dijo la oenegé Médicos Sin Fronteras.
“El olor a sangre en la sala de urgencias esta mañana era insoportable. Hay gente tendida por todos lados, por el suelo, fuera. Traen los cuerpos en bolsas de plástico. La situación es insostenible”, publicó en la red social X la coordinadora de la organización médica humanitaria en Gaza, Karin Huster.
La UNRWA, que coordina casi toda la ayuda para la Franja, estuvo en el centro de una tormenta diplomática y al borde del colapso luego de que Israel acusara en enero a una docena de sus 13.000 empleados en Gaza de estar implicados en el ataque de Hamás del 7 de octubre, que desató la actual guerra.
Ello llevó a numerosos países, incluido Estados Unidos, su principal fuente de recursos, a suspender el financiamiento de la agencia, amenazando el suministro de ayuda a Gaza. Varios países retomaron posteriormente el financiamiento. El jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, exigió a Israel cesar “su campaña” contra la agencia, en un artículo publicado en el diario The New York Times.
Las complejidades de un alto al fuego entre Hamás e Israel
Tras ocho meses de guerra, los mediadores, que son Catar, Egipto y Estados Unidos, prosiguen sus esfuerzos por alcanzar un alto al fuego, pocos días después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, presentara una hoja de ruta, que, según él, fue propuesta por Israel.
La iniciativa contempla, en una primera fase, un alto al fuego de seis semanas y un retiro israelí de las zonas más pobladas de Gaza, la liberación de algunos rehenes tomados por Hamás y de prisioneros palestinos detenidos por Israel.
Según una fuente cercana a las negociaciones, el miércoles se celebró una reunión en Doha “entre el primer ministro catarí, el jefe de inteligencia egipcio y Hamás para hablar de un acuerdo de tregua en Gaza y un intercambio de rehenes y prisioneros”.
Sin embargo, las demandas contradictorias de los dos bandos dejan poca esperanza de éxito para el plan. Israel afirma querer destruir a Hamás, en el poder en Gaza desde 2007, y calificado como “organización terrorista” por Estados Unidos y la Unión Europea. Entretanto, el jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, reafirmó el miércoles que el movimiento estudiará “seria y positivamente” toda propuesta basada en “un fin completo” de la ofensiva israelí, “un retiro total” israelí de Gaza y “un intercambio de prisioneros”.
Los enfrentamientos estallaron el 7 de octubre con el ataque de Hamás contra Israel, que causó la muerte de 1.194 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales. Ese mismo día, 251 personas fueron tomadas como rehenes en Gaza. De ellas, 120 continúan retenidas en el enclave, aunque 41 estarían muertas, según el Ejército israelí.
En represalia, Israel lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza que ha dejado hasta la fecha más de 36.500 muertos, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud de Gaza, territorio gobernado por Hamás.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó el miércoles que Israel está “listo para una operación muy intensa” en la frontera con el Líbano, donde se producen intercambios diarios de fuego con el movimiento proiraní Hezbolá, aliado de Hamás. El Departamento de Estado de Estados Unidos advirtió contra una “escalada” de este tipo, “que perjudicaría considerablemente la seguridad” de Israel.
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El Ejército israelí reivindicó este jueves el bombardeo aéreo contra una escuela de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en la Franja de Gaza, con el argumento de que albergaba “una base de Hamás”. Al menos 37 personas murieron, según un hospital.
“Aviones de combate (...) realizaron un ataque preciso sobre una base de Hamás situada en el interior de una escuela de la UNRWA, en la zona de Nuseirat”, dijo el Ejército israelí, que informó de “varios terroristas muertos”. La institución agregó que “terroristas de Hamás y de la Yihad Islámica (...) que habían participado en el ataque mortífero contra las comunidades del sur de Israel el 7 de octubre operaban en este recinto”.
El hospital Mártires de Al Aqsa, en la ciudad cercana de Deir al Balah, indicó que recibió “37 mártires” del ataque contra la escuela de la ONU, al ofrecer un nuevo balance tras la cifra previa de 27 muertos, divulgada por la oficina de prensa de Hamás. Las autoridades de este hospital dijeron con anterioridad que la “avería de uno de sus generadores eléctricos” complicaba el tratamiento de pacientes vulnerables y podía provocar “una catástrofe humanitaria”.
“La situación es insostenible” en el enclave palestino
Antes del último ataque en Nuseirat, el centro había recibido desde el martes “al menos 70 muertos y más de 300 heridos, en su mayoría mujeres y niños, por bombardeos israelíes en las zonas centrales de la Franja de Gaza”, dijo la oenegé Médicos Sin Fronteras.
“El olor a sangre en la sala de urgencias esta mañana era insoportable. Hay gente tendida por todos lados, por el suelo, fuera. Traen los cuerpos en bolsas de plástico. La situación es insostenible”, publicó en la red social X la coordinadora de la organización médica humanitaria en Gaza, Karin Huster.
La UNRWA, que coordina casi toda la ayuda para la Franja, estuvo en el centro de una tormenta diplomática y al borde del colapso luego de que Israel acusara en enero a una docena de sus 13.000 empleados en Gaza de estar implicados en el ataque de Hamás del 7 de octubre, que desató la actual guerra.
Ello llevó a numerosos países, incluido Estados Unidos, su principal fuente de recursos, a suspender el financiamiento de la agencia, amenazando el suministro de ayuda a Gaza. Varios países retomaron posteriormente el financiamiento. El jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, exigió a Israel cesar “su campaña” contra la agencia, en un artículo publicado en el diario The New York Times.
Las complejidades de un alto al fuego entre Hamás e Israel
Tras ocho meses de guerra, los mediadores, que son Catar, Egipto y Estados Unidos, prosiguen sus esfuerzos por alcanzar un alto al fuego, pocos días después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, presentara una hoja de ruta, que, según él, fue propuesta por Israel.
La iniciativa contempla, en una primera fase, un alto al fuego de seis semanas y un retiro israelí de las zonas más pobladas de Gaza, la liberación de algunos rehenes tomados por Hamás y de prisioneros palestinos detenidos por Israel.
Según una fuente cercana a las negociaciones, el miércoles se celebró una reunión en Doha “entre el primer ministro catarí, el jefe de inteligencia egipcio y Hamás para hablar de un acuerdo de tregua en Gaza y un intercambio de rehenes y prisioneros”.
Sin embargo, las demandas contradictorias de los dos bandos dejan poca esperanza de éxito para el plan. Israel afirma querer destruir a Hamás, en el poder en Gaza desde 2007, y calificado como “organización terrorista” por Estados Unidos y la Unión Europea. Entretanto, el jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, reafirmó el miércoles que el movimiento estudiará “seria y positivamente” toda propuesta basada en “un fin completo” de la ofensiva israelí, “un retiro total” israelí de Gaza y “un intercambio de prisioneros”.
Los enfrentamientos estallaron el 7 de octubre con el ataque de Hamás contra Israel, que causó la muerte de 1.194 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales. Ese mismo día, 251 personas fueron tomadas como rehenes en Gaza. De ellas, 120 continúan retenidas en el enclave, aunque 41 estarían muertas, según el Ejército israelí.
En represalia, Israel lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza que ha dejado hasta la fecha más de 36.500 muertos, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud de Gaza, territorio gobernado por Hamás.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó el miércoles que Israel está “listo para una operación muy intensa” en la frontera con el Líbano, donde se producen intercambios diarios de fuego con el movimiento proiraní Hezbolá, aliado de Hamás. El Departamento de Estado de Estados Unidos advirtió contra una “escalada” de este tipo, “que perjudicaría considerablemente la seguridad” de Israel.
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