Una Turquía dividida acudió a las urnas; segunda vuelta a la vista
El país, altamente influyente en la geopolítica, se encauzaría a una inédita segunda vuelta en medio de reivindicaciones por la delantera provenientes de los dos candidatos a la cabeza.
Redacción Mundo con información de agencias
Una Turquía dividida se encauzaría a una segunda vuelta presidencial el próximo 28 de mayo luego de que, según datos recabados por las agencias y los medios de comunicación, ninguno de los dos candidatos a la cabeza lograra obtener más del 50 % de los votos al cierre de esta edición. En la contienda se enfrentaron el presidente Recep Tayyip Erdogan, de 69 años, quien gobierna el país desde hace dos décadas, y Kemal Kiliçdaroglu, de 74, un candidato que logró unir a sectores que van desde la derecha nacionalista hasta la centro-izquierda, e incluso el apoyo del partido prokurdo HDP, la tercera fuerza política del país.
Según la agencia independiente ANKA, con el 96 % de los votos contados, Erdogan se hacía con un 49,1 % de los sufragios, mientras Kiliçdaroglu lograba 45,2 %. Al no alcanzar ninguno la mayoría absoluta, el país, de 85 millones de habitantes, pasaría a una inédita segunda vuelta. El tercer candidato, Sinan Ogan, de la ultraderecha, juntaba un 5,3 %. Según El País, de España, Ogan dijo que en segunda vuelta apoyará al candidato que se comprometa a “expulsar a los refugiados” y a “luchar contra el terrorismo”, en referencia al PKK kurdo como a grupos islamistas.
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En 2018, Erdogan ganó en primera vuelta con el 52,5 % de los votos. La reñida contienda de ahora, explica Felipe Medina Gutiérrez, profesor de Medio Oriente de la Universidad Javeriana y de Civilización Islámica de la Universidad del Rosario, tiene que ver con el deseo de “una nueva dirección para el país”. Hace 20 años, el presidente turco ascendió con la promesa de una mejor situación “tras la crisis económica que afectó fuertemente al país. Hoy en 2023, Turquía también tiene graves problemas económicos, en especial la inflación y de vivienda”, comenta Medina.
Fulya Ozerkan, Burcin Gercek y Rémi Banet, desde Estambul, señalaron para AFP que, “en esta ocasión, el presidente llegó a la votación en un país golpeado por una crisis económica, con una moneda devaluada a la mitad en dos años y una inflación que superó 85 % en otoño, además del dramático terremoto en febrero, que lo puso en tela de juicio”.
Para Medina, por otro lado, el discurso de Kiliçdaroglu “encuentra apoyo, en especial, frente al tema de las comunidades migrantes”, pues el candidato ha defendido la postura de que los millones de refugiados sirios que viven en Turquía regresen a su país. “Si bien es cierto que ambos manejan un discurso nacionalista, sin duda el de Kiliçdaroglu es mucho más fuerte”, agrega el analista.
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En total, 64 millones de personas estuvieron convocadas a las urnas en Turquía (donde la participación suele superar el 80 %), en una jornada en la que también se celebraba el Día de la Madre. El cómputo de votos transcurrió en medio de un intercambio de reivindicaciones por llevar cada uno la ventaja. Pese a que Erdogan se comprometió a respetar los resultados, desde el lado opositor le reclamaron estar ralentizando a propósito el conteo en lugares donde su competidor ha gozado de popularidad.
“No sabemos aún si la elección terminará en la primera vuelta, pero si la gente nos lleva a segunda vuelta, lo respetaremos también", dijo Erdogan. "Si nuestra nación dice segunda vuelta, nosotros absolutamente ganaremos en la segunda vuelta", dijo, por su parte, Kiliçdaroglu. "La voluntad de cambio en la sociedad es más grande que el 50 %".
El resultado será determinante a escala regional, pues se trata de un país altamente influyente en la geopolítica. Kiliçdaroglu se ha mostrado abierto a mantener la reciente apertura de contactos con el régimen de Bashar Al Asad, en Siria, mientras que ha hablado de tener mejores relaciones con Occidente, lo que podría implicar, por ejemplo, el visto bueno a la adhesión de Suecia a la OTAN, bloqueada por Ankara. Para algunos analistas, mostrarse más severo frente a Vladimir Putin podría incidir en el papel de mediador que Turquía ha desempeñado durante la guerra en Ucrania.
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Una Turquía dividida se encauzaría a una segunda vuelta presidencial el próximo 28 de mayo luego de que, según datos recabados por las agencias y los medios de comunicación, ninguno de los dos candidatos a la cabeza lograra obtener más del 50 % de los votos al cierre de esta edición. En la contienda se enfrentaron el presidente Recep Tayyip Erdogan, de 69 años, quien gobierna el país desde hace dos décadas, y Kemal Kiliçdaroglu, de 74, un candidato que logró unir a sectores que van desde la derecha nacionalista hasta la centro-izquierda, e incluso el apoyo del partido prokurdo HDP, la tercera fuerza política del país.
Según la agencia independiente ANKA, con el 96 % de los votos contados, Erdogan se hacía con un 49,1 % de los sufragios, mientras Kiliçdaroglu lograba 45,2 %. Al no alcanzar ninguno la mayoría absoluta, el país, de 85 millones de habitantes, pasaría a una inédita segunda vuelta. El tercer candidato, Sinan Ogan, de la ultraderecha, juntaba un 5,3 %. Según El País, de España, Ogan dijo que en segunda vuelta apoyará al candidato que se comprometa a “expulsar a los refugiados” y a “luchar contra el terrorismo”, en referencia al PKK kurdo como a grupos islamistas.
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En 2018, Erdogan ganó en primera vuelta con el 52,5 % de los votos. La reñida contienda de ahora, explica Felipe Medina Gutiérrez, profesor de Medio Oriente de la Universidad Javeriana y de Civilización Islámica de la Universidad del Rosario, tiene que ver con el deseo de “una nueva dirección para el país”. Hace 20 años, el presidente turco ascendió con la promesa de una mejor situación “tras la crisis económica que afectó fuertemente al país. Hoy en 2023, Turquía también tiene graves problemas económicos, en especial la inflación y de vivienda”, comenta Medina.
Fulya Ozerkan, Burcin Gercek y Rémi Banet, desde Estambul, señalaron para AFP que, “en esta ocasión, el presidente llegó a la votación en un país golpeado por una crisis económica, con una moneda devaluada a la mitad en dos años y una inflación que superó 85 % en otoño, además del dramático terremoto en febrero, que lo puso en tela de juicio”.
Para Medina, por otro lado, el discurso de Kiliçdaroglu “encuentra apoyo, en especial, frente al tema de las comunidades migrantes”, pues el candidato ha defendido la postura de que los millones de refugiados sirios que viven en Turquía regresen a su país. “Si bien es cierto que ambos manejan un discurso nacionalista, sin duda el de Kiliçdaroglu es mucho más fuerte”, agrega el analista.
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En total, 64 millones de personas estuvieron convocadas a las urnas en Turquía (donde la participación suele superar el 80 %), en una jornada en la que también se celebraba el Día de la Madre. El cómputo de votos transcurrió en medio de un intercambio de reivindicaciones por llevar cada uno la ventaja. Pese a que Erdogan se comprometió a respetar los resultados, desde el lado opositor le reclamaron estar ralentizando a propósito el conteo en lugares donde su competidor ha gozado de popularidad.
“No sabemos aún si la elección terminará en la primera vuelta, pero si la gente nos lleva a segunda vuelta, lo respetaremos también", dijo Erdogan. "Si nuestra nación dice segunda vuelta, nosotros absolutamente ganaremos en la segunda vuelta", dijo, por su parte, Kiliçdaroglu. "La voluntad de cambio en la sociedad es más grande que el 50 %".
El resultado será determinante a escala regional, pues se trata de un país altamente influyente en la geopolítica. Kiliçdaroglu se ha mostrado abierto a mantener la reciente apertura de contactos con el régimen de Bashar Al Asad, en Siria, mientras que ha hablado de tener mejores relaciones con Occidente, lo que podría implicar, por ejemplo, el visto bueno a la adhesión de Suecia a la OTAN, bloqueada por Ankara. Para algunos analistas, mostrarse más severo frente a Vladimir Putin podría incidir en el papel de mediador que Turquía ha desempeñado durante la guerra en Ucrania.
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