Una vida en ruinas: los testimonios del terremoto en Marruecos
Mientras las cifras de fallecidos ascienden, los habitantes de los pueblos más devastados y los socorristas trabajan a contrarreloj para ayudar a la mayor cantidad de personas posibles. En pueblos aislados, la devastación fue peor.
El terremoto que ocurrió este viernes a las 11:13 p. m. en el sur de Marruecos todavía sigue acumulando víctimas. El último balance oficial de fallecidos ascendió a 2.497 y los socorristas trabajan a contrarreloj para tratar de ayudar a la mayor cantidad de personas posibles.
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El terremoto que ocurrió este viernes a las 11:13 p. m. en el sur de Marruecos todavía sigue acumulando víctimas. El último balance oficial de fallecidos ascendió a 2.497 y los socorristas trabajan a contrarreloj para tratar de ayudar a la mayor cantidad de personas posibles.
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De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos, el terremoto tuvo una magnitud de 6,8, con epicentro en las montañas del Alto Atlas, cerca de Marrakech, una de las ciudades más turísticas de Marruecos.
Además de cobrar la vida de miles de personas, el terremoto devastó por completo las estructuras: edificios completamente destruidos en los que los socorristas siguen buscando sobrevivientes. La peor destrucción ocurrió en las zonas más aisladas, donde ha sido difícil el acceso de los equipos de ayuda.
Marrakech, la zona central
En la ciudad, el terremoto solo dejó destrucción a su paso. Abdelhadi Hidaoui, profesor en un colegio de la ciudad, habló con el medio español La Razón y afirmó que “había mucha gente en la calle, todos corriendo y asustados”. Pero para él eso no es lo más crítico del desastre.
“La intervención del gobierno está siendo muy catastrófica. En algunas zonas aún no han intervenido y en otras han llegado después de que lo hicieran organizaciones civiles. Los primeros cuerpos se recuperaron gracias a los habitantes con sus propios medios. La mayoría de los marroquíes no creen que este gobierno sirva al pueblo, sino a sus propios intereses”, afirmó.
De acuerdo con él, el gobierno no ha sido capaz de auxiliar a las personas en las zonas más devastadas por el terremoto y lamenta que en campañas electorales hubieran podido llegar hasta cualquier punto del país, “pero ahora con un terremoto no son capaces”.
El director de un hotel cinco estrellas en Marrakech, que habló con La Razón bajo el seudónimo de Amin, cuenta que con las cámaras del edificio pudo ver a todas las personas huyendo desesperadas. De las 240 personas que emplea, “el 30 % o el 40 % ha tenido algún familiar que ha muerto”.
“Empecé a recibir las imágenes de las cámaras de seguridad en las que se ve cómo la gente sale corriendo del hotel. Todo el mundo, incluyendo los recepcionistas”, dijo.
Amin concuerda con lo dicho por Hidaoui, pues en muchos pueblos el daño fue peor: quedaron sepultados bajo los escombros. Con la ayuda de las Fuerzas Armadas se espera que la ayuda pueda llegar más rápido a esos lugares, pero según Amin, “la mayoría de los oficiales vienen de Rabat. No conocen la zona”.
“Todas las imágenes que ves son de pueblos que están fuera de Marrakech, a 30, 40 o 50 kilómetros. Allí la construcción es diferente, son casas de barro, algunas ni siquiera están terminadas. Te he enseñado mi construcción, que es un hotel de cinco estrellas con 226 habitaciones, y hay grietas. Las construcciones pequeñas se habrán caído. En los pueblos, como no hay mucha luz, la gente se va a dormir temprano. La mayoría de los muertos estaban durmiendo y se les ha caído la casa encima”, aseguró Amin.
Moulay Brahim, de los más afectados
En el pueblo, en la provincia de Al-Haouz y a 50 kilómetros del epicentro, casi todo quedó destruido. Las casas ahora son inhabitables y casi no hay provisiones para los supervivientes, que ahora viven entre los escombros. Los equipos de ayuda se movilizan por todo el lugar, ayudados por los mismos habitantes de la región, que dan apoyo para los pueblos más aislados.
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“Por desgracia, la situación es catastrófica. Las casas han sufrido graves daños. Ha habido muertos, noches duras y mucho dolor. Te hace llorar y te duele el corazón. Las lágrimas no son un símbolo de tristeza... sólo hace que te duela el corazón, eso es todo”, le dijo Omar, un habitante del pueblo, a RFI.
La carretera está llena de obstáculos para llegar hasta Moulay Brahim. Piedras pesadas cayeron hasta la carretera, donde el Ejército está trabajando para despejarla. Las órdenes del gobierno hacen que los vehículos de socorro y las ambulancias tengan el paso, para así llegar a las zonas más afectadas.
Los colombianos en Marruecos
Entre las personas afectadas por el terremoto hubo tres colombianas, que dieron su testimonio a Noticias Caracol. Una de ellas era Valentina Valderrama, la Miss Universe Risaralda 2023, quien había viajado a Marruecos con su familia para las vacaciones y se estaban hospedando en un hotel.
“Observo mucha tristeza, gente claramente sin refugio, tratando de buscar una forma, como de refugiarse con tapetes o sábanas. Se ven niños de meses en los brazos de sus mamás”, contó.
A las 11:13 p. m., empezó a ver como todos los objetos de su habitación empezaron a caerse, incluso los vidrios, y se escuchaban de fondo los gritos de las personas, que no sabían que hacer en medio del terremoto.
María Paula Tapiero, una bailarina que llevaba cinco años viviendo en Marrakech, también contó cómo vivió el terremoto. La profesional se encontraba preparándose para salir a dar un espectáculo, cuando comenzó a sentir el movimiento.
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“Nosotros nos estábamos cambiando para salir y hacer el primer show que era a las 11:30 p. m. y a las 11:10 p. m. teníamos que estar listas. Yo me siento a esperar a mis compañeras y siento que el piso tiembla, vibra. Salimos corriendo y el techo se movía”, relató.
Wildad Nejjar, que vive en Rabat y tiene nacionalidad marroquí, afirmó que sintió mucho miedo, pues a las 11:13 p. m. se encontraba en el séptimo piso de un edificio, reunida con amigos, cuando sintieron el terremoto.
“Es una situación muy triste, pero el pueblo marroquí es muy unido”, aseguró Nejjar.
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