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La batalla por el poder en Venezuela entre el mandatario Nicolás Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, continúa luego de más de tres meses de profunda incertidumbre y sin soluciones a la vista para la crisis que afronta el país. Aunque Guaidó cuenta con el reconocimiento de más de 50 naciones en todo el mundo, entre las que destacan Colombia y Estados Unidos, Maduro continúa con el respaldo y el apoyo de las Fuerzas Armadas y otros órganos armados que ejercen control sobre el territorio nacional. El espaldarazo de un mínimo porcentaje de unidades militares parece no haber volteado la balanza a favor del líder parlamentario, quien en medio de ese choque de fuerzas políticas ha convocado a una nueva marcha que espera sea más multitudinaria que todas la anteriormente vistas. Pero ¿qué puede esperarse de esta convocatoria?
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Según Sebastiana Barraéz, periodista experta en el sector militar venezolano, el presidente de la Asamblea Nacional no puede esperar un gran apoyo de las Fuerzas Armadas si él no exhibe una capacidad genuina de mando y liderazgo. “Guaidó no ha convencido a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de que él puede enfrentarse a Maduro, quien ostenta un control meramente formal, circunstancial, sobre la jerarquía militar”, dice Barraéz. El sucesor de Hugo Chávez tampoco cuenta con una imagen poderosa sobre los uniformados según la periodista, quien afirma que “el liderazgo de Maduro es muy débil. Él ejerce influencia sobre los militares a través de su ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino López. Actualmente, ese es el único oficial con verdadera autoridad”.
Aunque la mayoría de los militares, según Barraéz, está profundamente descontenta con la presidencia de Maduro, Padrino López es un muro de contención que evita que los uniformados se rebelen. Además, hay una falta de unidad entre los militares que temen sublevarse por las represalias. La infiltración de los cubanos en las filas venezolanas le permite al gobierno de Maduro tener pleno conocimiento de los intentos de rebelión para contenerlos. Los uniformados también temen a los castigos que puedan tener sus familiares o a quedarse sin recursos. “Eso inhibe a muchos de quienes tenderían a apoyar a Guaidó de articularse y comunicarse entre ellos”, dice Ivo Hernández, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Münster.
También hay disgusto en quienes se sumaron a la revolución de Guaidó y hasta el momento no han conseguido nada. Según The Washington Post y fuentes oficiales del gobierno de Colombia, las llamadas deserciones de las Fuerzas Armadas de Venezuela se han reducido drásticamente. Si bien en febrero se registraron cifras de 80 uniformados cruzando la frontera por día, el número ahora apenas llega a dos o tres. El líder parlamentario les ha reiterado que su espera no será eterna, pero tampoco les ha mostrado garantías para que su esfuerzo de dejar a Maduro no sea en vano. Por ello, al presidente de la Asamblea Nacional le queda solo una fuente confiable de respaldo asegurada: el pueblo. Los principales convocados a las marchas de este miércoles son los trabajadores públicos para exigir el “cese de la usurpación”, en palabras de Guaidó. Le puede interesar: ¿Qué piensa Juan Manuel Santos de Juan Guaidó?
En principio, hay dos posibles escenarios para este 1° de mayo en Venezuela. El primero es que las marchas conduzcan a más de lo mismo. Guaidó ha convocado a un gran número de marchas en el país a lo largo de tres meses, que no han conducido a un mayor avance en las intenciones de la oposición, sino que por el contrario han generado que Nicolás Maduro se atornille más al poder y que el presidente del parlamento pierda respaldo y apoyo. El segundo escenario es que haya una sorpresa y los militares le den respaldo a Guaidó, como han manifestado los cancilleres de Estados Unidos y Brasil, quienes están a la expectativa de la marcha. Pero este es un escenario poco probable. ¿Por qué lo harían ahora y no antes?
Según Jesús Seguías, analista político y presidente de la encuestadora Datincorp, hasta ahora ningún gobierno socialista o comunista ha sucumbido ante sanciones internacionales. Los gobiernos solo implosionan, por lo que la apuesta de Guaidó es construir un puente con los aliados de Maduro, principalmente los militares. El éxito del plan de Guaidó para atraer a los militares a su bando en esta ocasión estaría en la organización de las marchas, según dice Seguías. “El desenlace a la crisis del país está en manos de los venezolanos, y Guaidó hizo del 1° de mayo la fecha clave (¿Día D?) para el Cese a la Usurpación. El mantra sigue igual. Confirmado. Y la transición (segundo paso) se concretaría con la inclusión de los chavistas que decidan dar el paso”, asegura Seguías.