¡Vienen los talibanes! ¿Por qué miles de personas huyen de ellos en Afganistán?
Los talibanes están a las puertas de Kabul, según informan las autoridades de Afganistán; luego de tomarse 23 provincias, en dos semanas, su avance parece imparable. Miles de afganos recuerdan el horror que sembraron en el país cuando gobernaron. Claves para entender lo que pasa.
¿Por qué todos huyen en Afganistán ante la llegada de los talibanes? Más de 300.000 personas han dejado sus hogares rumbo a Kabul, especialmente aquellas familias que tienen niñas y mujeres, pues temen que vuelva el régimen del terror que entre 1996 y 2001 se estableció en el país cuando se estableció un gobierno talibán.
El horror está a la vuelta de la esquina si, como dicen autoridades, los talibanes entran a Kabul. Este sábado, advertían autoridades de ese país que ya estaban a las puertas de la capital, luego de apoderarse de 23 provincias del país (son 34). Estados Unidos y Reino Unido fueron los primeros en anunciar que sacarán a todo su personal del país.
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Holanda, Finlandia, Suecia, Italia y España decidieron reducir al mínimo sus embajadas y anunciaron la repatriación de empleados afganos. Alemania también reducirá su personal “al mínimo absoluto”. Otros, como Noruega y Dinamarca, cerraron temporalmente sus legaciones. Y Suiza, que no tiene embajada en el país, anunció la repatriación de una decena de colaboradores helvéticos y unos 40 empleados locales.
El terror talibán
En el poder, los talibanes fueron acusados de violar los derechos humanos con la imposición estricta de la ‘sharia’, la ley islámica. Realizaron ejecuciones públicas, a veces lapidaciones de mujeres acusadas de adulterio; los hombres señalados de homosexuales también eran condenados a muerte pública; amputaban manos a las personas reconocidas culpables de robo y cerraron escuelas, universidades además de marginar a las niñas de cualquier posibilidad de formarse.
A las mujeres las despojaron de todo derecho fundamental, las obligaban a permanecer encerradas en sus casas y les prohibieron trabajar o asistir a la escuela y cuando salían tenían que ir cubiertas con el burka (velo integral).
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Los hombres estaban obligados a dejarse barba y a seguir estrictamente la práctica religiosa y prohibieron toda forma de ocio, como escuchar música o ver televisión. El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, advirtió que hay informes “horripilantes” de que los talibanes impusieron severas restricciones a los derechos de mujeres y niñas en las áreas que tomaron.
Dónde estaban y por qué regresaron
Los talibanes son un movimiento islamista radical de credo sunita que gobernó Afganistán de 1996 a 2001, antes de ser expulsados del poder por la coalición liderada por Estados Unidos. Desde entonces, libra una rebelión sangrienta contra las fuerzas afganas y occidentales, con el objetivo de expulsar a los “ocupantes” extranjeros, derrocar al gobierno al que no reconocen legitimidad alguna y restablecer el “emirato islámico”.
Quiénes son los talibanes
Talibán significa “estudiantes” en lengua pastún. El movimiento surgió en los años en el norte de Pakistán tras la retirada de Afganistán de las tropas de la Unión Soviética en escuelas religiosas islámicas en donde se enseñaba la línea más extremista del islam sunita. El país estaba entonces inmerso en una guerra civil tras el desmoronamiento en 1991 del régimen comunista apoyado por los soviéticos.
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Los talibanes, que prometieron restaurar la paz y la seguridad, fueron aclamados por una población agotada por la guerra. Rápidamente asumieron el control de extensas zonas del país antes de conquistar Kabul en 1996 y proclamar el “Emirato Islámico de Afganistán”. En 1998, el régimen controlaba en torno al 90% del territorio, con excepción de resistencia en manos de la Alianza del Norte.
Así perdieron el poder
Los talibanes dieron refugio a Al Qaeda, a Osama bin Laden, acusados de los atentados del 11 de septiembre, lo que reforzó su estatus de parias. Solo tres países, Pakistán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, reconocieron este régimen. En diciembre de 2001, tras su rechazo a entregar a Osama bin Laden, una coalición liderada por Estados Unidos y fuerzas de la Alianza del Norte los expulsó del poder.
Miles de combatientes abandonaron Kabul hacia las provincias, mientras sus dirigentes buscaban refugio en Pakistán, en particular en la ciudad de Quetta. Desde entonces libran una guerrilla incesante contra las fuerzas gubernamentales y extranjeras, multiplicando los atentados devastadores.
Cuántos talibanes son
Las estimaciones varían entre 25.000 y 60.000 combatientes. El movimiento ha sufrido enormes pérdidas durante el conflicto en Afganistán, estimadas en centenares de miles de muertos. El movimiento puede contar con una reserva casi inagotable de reclutas afganos y paquistaníes procedentes de escuelas religiosas de Pakistán, que niega dar refugio a los terroristas y permitir estas escuelas de formación extremista.
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Así buscan el poder
Los talibanes nunca han ocultado lo que quieren: la resurrección completa de su emirato islámico que gobernó Afganistán entre 1996 y 2001. Primero negociaron la salida de tropas estadounidenses y extranjeras del territorio afgano, a través de un acuerdo con Estados Unidos, país cansado tras más de 20 años de guerra. Se comprometieron a no atacar objetivos estadounidenses a cambio de su retirada.
Parte del acuerdo también significó que Washington presionó al gobierno afgano para que liberara a miles de prisioneros talibanes, la mayoría de los cuales se reincorporaron de inmediato al combate con los insurgentes. Los talibanes aspiran a una rendición incondicional del gobierno afgano. Si Kabul cae, habrán logrado su objetivo.
El ejército afgano
La corrupción, la falta de voluntad de luchar y el vacío creado por la salida de Estados Unidos probablemente jugaron un papel en el deceso del ejército afgano. Durante años, el gobierno de Estados Unidos emitió informes en los que se detallaba una gran cantidad de casos de corrupción dentro de las fuerzas de seguridad afganas.
Los comandantes habitualmente se quedaron con dinero destinado a sus tropas, vendieron armas en el mercado negro y mintieron sobre el número de soldados en sus filas. Las fuerzas afganas también dependían por completo del poder aéreo estadounidense, desde la logística hasta los ataques, además del mantenimiento.
Y para empeorar las cosas, las fuerzas de seguridad afganas nunca tuvieron un liderazgo eficaz e importante. Fueron dirigidos por civiles en el palacio presidencial con poca experiencia militar, o ignorados por generales veteranos que parecían más involucrados en luchas políticas insignificantes que en la gran guerra que se avecinaba.
Estados Unidos gastó más de un billón de dólares en 20 años para formar y equipar al ejército afgano.
El final de la historia
Los talibanes tienen la ventaja en todos los ámbitos. El gobierno de Kabul ahora controla sólo tres ciudades importantes, y es poco probable que le quede un margen de maniobra logística para organizar una defensa exitosa de la capital. Es muy probable que Estados Unidos y la comunidad internacional estén presionando a los talibanes y al gobierno afgano para que lleguen a algún tipo de acuerdo.
Pero, al final, los talibanes tienen todas las cartas en sus manos.
¿Por qué todos huyen en Afganistán ante la llegada de los talibanes? Más de 300.000 personas han dejado sus hogares rumbo a Kabul, especialmente aquellas familias que tienen niñas y mujeres, pues temen que vuelva el régimen del terror que entre 1996 y 2001 se estableció en el país cuando se estableció un gobierno talibán.
El horror está a la vuelta de la esquina si, como dicen autoridades, los talibanes entran a Kabul. Este sábado, advertían autoridades de ese país que ya estaban a las puertas de la capital, luego de apoderarse de 23 provincias del país (son 34). Estados Unidos y Reino Unido fueron los primeros en anunciar que sacarán a todo su personal del país.
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El terror talibán
En el poder, los talibanes fueron acusados de violar los derechos humanos con la imposición estricta de la ‘sharia’, la ley islámica. Realizaron ejecuciones públicas, a veces lapidaciones de mujeres acusadas de adulterio; los hombres señalados de homosexuales también eran condenados a muerte pública; amputaban manos a las personas reconocidas culpables de robo y cerraron escuelas, universidades además de marginar a las niñas de cualquier posibilidad de formarse.
A las mujeres las despojaron de todo derecho fundamental, las obligaban a permanecer encerradas en sus casas y les prohibieron trabajar o asistir a la escuela y cuando salían tenían que ir cubiertas con el burka (velo integral).
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Los hombres estaban obligados a dejarse barba y a seguir estrictamente la práctica religiosa y prohibieron toda forma de ocio, como escuchar música o ver televisión. El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, advirtió que hay informes “horripilantes” de que los talibanes impusieron severas restricciones a los derechos de mujeres y niñas en las áreas que tomaron.
Dónde estaban y por qué regresaron
Los talibanes son un movimiento islamista radical de credo sunita que gobernó Afganistán de 1996 a 2001, antes de ser expulsados del poder por la coalición liderada por Estados Unidos. Desde entonces, libra una rebelión sangrienta contra las fuerzas afganas y occidentales, con el objetivo de expulsar a los “ocupantes” extranjeros, derrocar al gobierno al que no reconocen legitimidad alguna y restablecer el “emirato islámico”.
Quiénes son los talibanes
Talibán significa “estudiantes” en lengua pastún. El movimiento surgió en los años en el norte de Pakistán tras la retirada de Afganistán de las tropas de la Unión Soviética en escuelas religiosas islámicas en donde se enseñaba la línea más extremista del islam sunita. El país estaba entonces inmerso en una guerra civil tras el desmoronamiento en 1991 del régimen comunista apoyado por los soviéticos.
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Los talibanes, que prometieron restaurar la paz y la seguridad, fueron aclamados por una población agotada por la guerra. Rápidamente asumieron el control de extensas zonas del país antes de conquistar Kabul en 1996 y proclamar el “Emirato Islámico de Afganistán”. En 1998, el régimen controlaba en torno al 90% del territorio, con excepción de resistencia en manos de la Alianza del Norte.
Así perdieron el poder
Los talibanes dieron refugio a Al Qaeda, a Osama bin Laden, acusados de los atentados del 11 de septiembre, lo que reforzó su estatus de parias. Solo tres países, Pakistán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, reconocieron este régimen. En diciembre de 2001, tras su rechazo a entregar a Osama bin Laden, una coalición liderada por Estados Unidos y fuerzas de la Alianza del Norte los expulsó del poder.
Miles de combatientes abandonaron Kabul hacia las provincias, mientras sus dirigentes buscaban refugio en Pakistán, en particular en la ciudad de Quetta. Desde entonces libran una guerrilla incesante contra las fuerzas gubernamentales y extranjeras, multiplicando los atentados devastadores.
Cuántos talibanes son
Las estimaciones varían entre 25.000 y 60.000 combatientes. El movimiento ha sufrido enormes pérdidas durante el conflicto en Afganistán, estimadas en centenares de miles de muertos. El movimiento puede contar con una reserva casi inagotable de reclutas afganos y paquistaníes procedentes de escuelas religiosas de Pakistán, que niega dar refugio a los terroristas y permitir estas escuelas de formación extremista.
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Así buscan el poder
Los talibanes nunca han ocultado lo que quieren: la resurrección completa de su emirato islámico que gobernó Afganistán entre 1996 y 2001. Primero negociaron la salida de tropas estadounidenses y extranjeras del territorio afgano, a través de un acuerdo con Estados Unidos, país cansado tras más de 20 años de guerra. Se comprometieron a no atacar objetivos estadounidenses a cambio de su retirada.
Parte del acuerdo también significó que Washington presionó al gobierno afgano para que liberara a miles de prisioneros talibanes, la mayoría de los cuales se reincorporaron de inmediato al combate con los insurgentes. Los talibanes aspiran a una rendición incondicional del gobierno afgano. Si Kabul cae, habrán logrado su objetivo.
El ejército afgano
La corrupción, la falta de voluntad de luchar y el vacío creado por la salida de Estados Unidos probablemente jugaron un papel en el deceso del ejército afgano. Durante años, el gobierno de Estados Unidos emitió informes en los que se detallaba una gran cantidad de casos de corrupción dentro de las fuerzas de seguridad afganas.
Los comandantes habitualmente se quedaron con dinero destinado a sus tropas, vendieron armas en el mercado negro y mintieron sobre el número de soldados en sus filas. Las fuerzas afganas también dependían por completo del poder aéreo estadounidense, desde la logística hasta los ataques, además del mantenimiento.
Y para empeorar las cosas, las fuerzas de seguridad afganas nunca tuvieron un liderazgo eficaz e importante. Fueron dirigidos por civiles en el palacio presidencial con poca experiencia militar, o ignorados por generales veteranos que parecían más involucrados en luchas políticas insignificantes que en la gran guerra que se avecinaba.
Estados Unidos gastó más de un billón de dólares en 20 años para formar y equipar al ejército afgano.
El final de la historia
Los talibanes tienen la ventaja en todos los ámbitos. El gobierno de Kabul ahora controla sólo tres ciudades importantes, y es poco probable que le quede un margen de maniobra logística para organizar una defensa exitosa de la capital. Es muy probable que Estados Unidos y la comunidad internacional estén presionando a los talibanes y al gobierno afgano para que lleguen a algún tipo de acuerdo.
Pero, al final, los talibanes tienen todas las cartas en sus manos.