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Tras su regreso al poder, y luego de anunciar la formación de su gobierno interino, los talibanes publicaron una lista de nuevos líderes que estarán al frente del régimen: Abdul Ghani Baradar será el número dos del nuevo Ejecutivo, mientras que Mohammad Hasan Akhund será su dirigente. Pero en la lista de nuevos movimientos apareció un nombre muy particular: el Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio.
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¿De qué se trata?
Desde el 2006, Human Rights Watch (HRW) advirtió que, bajo los talibanes, este departamento de vicios y virtudes se convirtió en un símbolo de abusos arbitrarios, particularmente contra mujeres y niñas afganas. “El departamento impuso sin piedad restricciones a mujeres y hombres mediante palizas públicas y encarcelamiento”.
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La organización explicó que los talibanes golpearon públicamente a las mujeres por, entre otras cosas, usar medias que no eran lo suficientemente opacas (mostrando sus muñecas, manos o tobillos), y en el caso de las mujeres, no estar acompañadas por un pariente masculino cercano.
“Los vagos estándares del departamento de vicios y virtudes propuesto para defender la moralidad podrían usarse para silenciar las voces críticas y limitar aún más el acceso de mujeres y niñas al trabajo, la atención médica y la educación”, dijo Coursen-Neff, investigadora principal de HRW, en ese entonces.
¿El ministerio fue fundado por el talibán?
No precisamente. El gobierno de Burhanuddin Rabbani, quien se desempeñó como presidente entre 1992 y 1996, creó el ministerio del vicio y la virtud. Pero fueron los talibanes los que impulsaron esta medida.
¿Cómo funcionará en esta nueva era del régimen?
“El ministerio aún no ha comenzado a funcionar. Su deber será predicar las virtudes y enseñanzas del Islam, y evitar que la gente cometa vicios y actos ilícitos “, explicaron dos miembros del Talibán, que hablaron bajo condición de anonimato, al Washington Post. “El ministerio tendrá sus propios funcionarios específicos, pero no policías ni soldados”, agregaron.
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Y aunque el régimen talibán aseguró que tendrá un gobierno “más moderado”, de momento, sus promesas en cuestión de derechos de las mujeres, no terminan de convencer. En los últimos días, decenas de mujeres afganas protagonizaron varias manifestaciones en Kabul para denunciar la violenta represión del régimen talibán en el valle del Panshir. En ese valle estaba el último reducto de resistencia del ejército afgano, pero los talibanes lograron dominarlo -según afirmaron-, asegurando que ya “no hay guerra”.
El portavoz de los talibanes, al ser preguntado por la violenta dispersión de las manifestaciones del sábado, subrayó que los miembros de su movimiento “todavía no están formados” en gestión de protestas y pidió a los manifestantes que avisen a las autoridades de que van a concentrarse con 24 horas de antelación.