Imagen de una familia de migrantes ingresando a Panamá de forma irregular por la frontera con Colombia. Como ellos, decenas lo hacen cada día poniendo en riesgo sus vidas.
Foto: JOSE VARGAS ESGUERRA; El... - JOSE VARGAS ESGUERRA
El motor se atragantó. Luego se detuvo y entonces el rugido del catamarán también cesó. El silencio subió por los aires y llenó la tarde, que ya comenzaba a nublarse. Solo había agua alrededor. Veintiocho días llevaban viajando en altamar, pero los tripulantes todavía creían en su misión: cruzar el océano Atlántico. (Recomendamos: La periodista María Teresa Ronderos explica cómo se hizo y los alcances del libro “Migrantes de otro mundo”).
Por Estevan Muniz * / Especial para El Espectador
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