Una década después de su muerte (5 de diciembre de 2013), Nelson Mandela sigue siendo símbolo de paz y contra el racismo. Entre 1994 y 1999 fue el primer presidente democrático de Sudáfrica. A lo largo de su mandato, tanto él como su gobierno garantizaron que todos los ciudadanos sudafricanos fueran iguales ante la ley, y sentaron las bases para que un país desgarrado por siglos de colonialismo y apartheid se convirtiera en una democracia. Una imagen callejera en Pretoria lo recuerda.
Foto: AFP - STEPHANE DE SAKUTIN
Nelson Mandela volvió a adoptar un tono serio al pronunciar su discurso de despedida la tarde del 20 de diciembre de 1997. Con las manos entrelazadas, prescindió del texto redactado para hablar con el corazón en la mano. Sin mencionar nombres, advirtió al líder entrante de que no se rodease de aduladores: (Recomendamos: Quince enseñanzas de Mandela que nos hacen mejores personas, por Nelson Fredy Padilla).
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Por Mandla Langa * / ESPECIAL PARA EL ESPECTADOR
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