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El apellido Chamorro tiene sabor a derrota para Daniel Ortega. En 1990, tras cinco años de gobierno sandinista, una antigua camarada, Violeta Barrios de Chamorro, armó una coalición para enfrentarlo en las urnas. Entonces, la falta de crecimiento económico y la desilusión política marcaban el primer gobierno de Ortega. Barrios de Chamorro ganó las elecciones.
Pero el líder sandinista, sediento de poder, insistió en volver al poder. Lo hizo en tres oportunidades: 1990, 1996 y 2001, cuando fue derrotado. Sin embargo, en 2006 las cosas cambiaron y Ortega regresó a la presidencia de Nicaragua. Y no piensa marcharse, como lo dijo en 2018, cuando estallaron violentas protestas en el país que se saldaron con 300 muertos.
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Ortega debe anunciar pronto si se va a postular a otra reelección. Las elecciones son en noviembre. Pero Cristiana Chamorro, hija de Violeta Barrios de Chamorro y de Pedro Joaquín Chamorro, periodista férreo opositor a la dictadura de Anastasio Somoza, decidió levantar las banderas de su madre, y al igual que ella lo hizo hace 31 años va a ir a las urnas para acabar con más de una década de gobierno orteguista. Va sola. Sin coalición. La opositora, que no milita en ningún partido, tiene un 21% de apoyo ciudadano, el segundo mayor después de Ortega (30%), según un sondeo de la firma Cid Gallup divulgado la semana pasada en medios locales.
“Nací en un hogar ligado al periodismo independiente y de oposición a cualquier tipo de dictadura, opresión o corrupción. En ese tiempo era contra la dictadura de los Somoza (que gobernó desde 1937 hasta el triunfo de la revolución en 1979). Mi decisión de decirle sí a Nicaragua y de servirle al pueblo nace precisamente por la construcción de otra dictadura, que es la de Ortega”, le dijo Cristiana Chamorro a AFP.
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“El pueblo volvió a decir basta ya de dictaduras, como lo hizo cuando Somoza, después contra los sandinistas en [las elecciones de] 1990. Y en 2018 la población se lanzó espontáneamente a las calles a protestar y pedir elecciones libres... y un adelanto de las elecciones. La respuesta de Ortega fue disparar a matar a los manifestantes. Desde entonces, Nicaragua vive un estado de sitio de hecho. El pueblo me ha colocado en el primer lugar de las preferencias electorales. Por eso el dictador ordenó que me acusaran, es una venganza contra el pueblo”, agregó.
Detención domiciliaria
Se refiere a la medida que tomó el gobierno de Ortega de ponerla bajo arresto domiciliario, acusada de lavado de dinero.
Régimen impone arresto domiciliar a precandidata Cristiana Chamorro, tras allanar su residencia y despojarla de sus derechos políticos https://t.co/ElUEfM2PK4 via @YouTube
— Carlos F Chamorro (@cefeche) June 3, 2021
La orden de detención la emitió la jueza Karen Chavarría, del Noveno Distrito Penal, donde la fiscalía presentó la acusación la noche del martes, según el comunicado. La fiscalía abrió una investigación contra Chamorro el 20 de mayo a pedido del Ministerio de Gobernación.
El gobierno la acusa de irregularidades en el manejo de la fundación que lleva el nombre de su madre, dedicada a la promoción de la libertad de expresión.
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La opositora ha rechazado esas acusaciones, las que considera una “farsa” para evitar su participación en las elecciones, ya que la ley nicaragüense impide postular a cargos públicos a personas con proceso penal abierto.
“Yo soy inocente hasta que no me demuestren lo contrario. Aquí no me han podido demostrar ningún cargo, por tanto podemos acceder a cargos de elección”, dijo Chamorro.
La vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, sin referirse al proceso contra Chamorro manifestó, que “la opción preferencial de este gobierno es salir de la pobreza” y que “las y los adinerados, eso no puede volver” a dirigir el país.
La secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazó el miércoles la “inhabilitación política” de Chamorro, algo que calificó como “un atentado a la democracia” y advirtió que Nicaragua se encamina a las “peores elecciones posibles”.
“Prohibir arbitrariamente a la lideresa de la oposición Cristiana Chamorro refleja el temor de Ortega a unas elecciones libres y justas. Los nicaragüenses merecen una democracia real”, dijo por su parte en Twitter el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken.
“Es posible que después de Cristiana sigan otras inhibiciones a más precandidatos, ya que Ortega quiere sacar del juego a los opositores que le signifiquen mayor reto a su plan de perpetuarse en el poder”, dijo el aspirante presidencial opositor Félix Maradiaga.
El registro de candidatos a presidente, vicepresidente y diputados será entre el 28 de julio y el 2 de agosto. Los opositores dan por descontada la candidatura de Ortega.
“Lo veo como una venganza contra el legado de mi madre, Violeta Chamorro, que recogimos en la Fundación que lleva su nombre. De esa manera atroz se está desquitando de aquella derrota (de 1990) que pareciera que no supera. Ortega es un dictador que sabe que tiene el rechazo mayoritario del pueblo, pero no lo acepta porque su plan es seguir desgobernando el país hasta que sus fuerzas se lo permitan”, le dijo Cristiana Chamorro a AFP.