“¿Por qué visito Taiwán?”: Nancy Pelosi explica sus razones para desafiar a China
La mujer que ocupa el tercer cargo de elección popular más importante de Estados Unidos explica que no es posible mantenerse inmóvil ante las amenazas y los abusos que denuncia por parte de Pekín, menos cuando, según ella, la democracia está bajo ataque en el mundo, ante realidades como la guerra en Ucrania.
“Frente a la agresión acelerada del Partido Comunista Chino (PCCh), la visita de nuestra delegación del Congreso debe verse como una declaración inequívoca de que Estados Unidos apoya a Taiwán, nuestro socio democrático, mientras se defiende a sí mismo y a su libertad”, escribió la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en una columna de opinión publicada este martes por The Washington Post, justo cuando se conocía la noticia de que la congresista estaba aterrizando en Taipéi.
Vale la pena recordar que Taiwán es uno de los puntos más sensibles en la relación de Estados Unidos con China. Mientras que este último ha defendido la idea de reunificar el país, incluso, de ser necesario, por medio de la fuerza, Estados Unidos ha mantenido una postura que ha sido leída como “ambigüedad estratégica”; es decir, está del lado de Taiwán y rechaza cualquier intención de agresión por parte de China, pero su relación ha sido no oficial.
Siga el minuto a minuto de esta noticia aquí: “El viaje honra el compromiso de EE. UU. de apoyar la democracia”: Pelosi en Taiwán
La visita, según Pelosi, la mujer que ocupa el tercer cargo de elección popular más alto en Estados Unidos (después del presidente y la vicepresidenta), “de ninguna manera contradice la política de larga data de Una China, guiada por la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, los Comunicados Conjuntos entre Estados Unidos y China y las Seis Garantías. Estados Unidos continúa oponiéndose a los esfuerzos unilaterales para cambiar el statu quo”.
La ley que menciona, es preciso recordar, fue promulgada por el Congreso luego de que el presidente Jimmy Carter, en 1979, rompió los lazos entre Washington y Taiwán para reconocer exclusivamente a Pekín. En el “Act”, el Congreso estableció el compromiso, por ejemplo, de suministrar armas defensivas a Taiwán.
“Nuestras conversaciones con nuestros socios taiwaneses se centrarán en reafirmar nuestro apoyo a la isla y promover nuestros intereses compartidos, incluida la promoción de una región del Indo-Pacífico libre y abierta. La solidaridad de Estados Unidos con Taiwán es más importante hoy que nunca, no solo para los 23 millones de habitantes de la isla, sino también para millones de otros oprimidos y amenazados por la República Popular China”, dijo Pelosi, algo muy similar a lo publicado posteriormente en Twitter y un comunicado oficial. La congresista, además, no agotó elogios para Taiwán, destacándolo como ejemplo de libertad.
Nancy Pelosi se encuentra por una gira por Asia, que se inició en Singapur y Malasia, y que tiene contempladas visitas también a Corea del Sur y Japón, para tratar temas de “seguridad mutua, alianzas económicas y gorbananza democrática”, añadió la presidenta de la Cámara.
Esta no es la primera vez que la política estadounidense incomoda a China, donde es considerada persona no grata, pues en 1991, como ella misma lo recuerda en su columna en el Post, visitó la plaza de Tiananmén, en donde “desplegamos una pancarta en blanco y negro que decía: “A los que murieron por la democracia en China”. La policía uniformada nos persiguió cuando salíamos de la plaza. Desde entonces, el pésimo historial de derechos humanos de Beijing y su desprecio por el estado de derecho continúan, mientras el presidente Xi Jinping refuerza su control sobre el poder”.
Recordó, asimismo, la represión y violación de derechos humanos en Hong Kong, el Tíbet y Xinjiang, en contra delos uigures.
“De hecho, hacemos este viaje en un momento en que el mundo se enfrenta a una elección entre la autocracia y la democracia. Mientras Rusia libra su guerra premeditada e ilegal contra Ucrania, matando a miles de inocentes, incluso niños, es esencial que Estados Unidos y nuestros aliados dejen en claro que nunca cederemos ante los autócratas”, concluyó Pelosi.
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“Frente a la agresión acelerada del Partido Comunista Chino (PCCh), la visita de nuestra delegación del Congreso debe verse como una declaración inequívoca de que Estados Unidos apoya a Taiwán, nuestro socio democrático, mientras se defiende a sí mismo y a su libertad”, escribió la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en una columna de opinión publicada este martes por The Washington Post, justo cuando se conocía la noticia de que la congresista estaba aterrizando en Taipéi.
Vale la pena recordar que Taiwán es uno de los puntos más sensibles en la relación de Estados Unidos con China. Mientras que este último ha defendido la idea de reunificar el país, incluso, de ser necesario, por medio de la fuerza, Estados Unidos ha mantenido una postura que ha sido leída como “ambigüedad estratégica”; es decir, está del lado de Taiwán y rechaza cualquier intención de agresión por parte de China, pero su relación ha sido no oficial.
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La visita, según Pelosi, la mujer que ocupa el tercer cargo de elección popular más alto en Estados Unidos (después del presidente y la vicepresidenta), “de ninguna manera contradice la política de larga data de Una China, guiada por la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, los Comunicados Conjuntos entre Estados Unidos y China y las Seis Garantías. Estados Unidos continúa oponiéndose a los esfuerzos unilaterales para cambiar el statu quo”.
La ley que menciona, es preciso recordar, fue promulgada por el Congreso luego de que el presidente Jimmy Carter, en 1979, rompió los lazos entre Washington y Taiwán para reconocer exclusivamente a Pekín. En el “Act”, el Congreso estableció el compromiso, por ejemplo, de suministrar armas defensivas a Taiwán.
“Nuestras conversaciones con nuestros socios taiwaneses se centrarán en reafirmar nuestro apoyo a la isla y promover nuestros intereses compartidos, incluida la promoción de una región del Indo-Pacífico libre y abierta. La solidaridad de Estados Unidos con Taiwán es más importante hoy que nunca, no solo para los 23 millones de habitantes de la isla, sino también para millones de otros oprimidos y amenazados por la República Popular China”, dijo Pelosi, algo muy similar a lo publicado posteriormente en Twitter y un comunicado oficial. La congresista, además, no agotó elogios para Taiwán, destacándolo como ejemplo de libertad.
Nancy Pelosi se encuentra por una gira por Asia, que se inició en Singapur y Malasia, y que tiene contempladas visitas también a Corea del Sur y Japón, para tratar temas de “seguridad mutua, alianzas económicas y gorbananza democrática”, añadió la presidenta de la Cámara.
Esta no es la primera vez que la política estadounidense incomoda a China, donde es considerada persona no grata, pues en 1991, como ella misma lo recuerda en su columna en el Post, visitó la plaza de Tiananmén, en donde “desplegamos una pancarta en blanco y negro que decía: “A los que murieron por la democracia en China”. La policía uniformada nos persiguió cuando salíamos de la plaza. Desde entonces, el pésimo historial de derechos humanos de Beijing y su desprecio por el estado de derecho continúan, mientras el presidente Xi Jinping refuerza su control sobre el poder”.
Recordó, asimismo, la represión y violación de derechos humanos en Hong Kong, el Tíbet y Xinjiang, en contra delos uigures.
“De hecho, hacemos este viaje en un momento en que el mundo se enfrenta a una elección entre la autocracia y la democracia. Mientras Rusia libra su guerra premeditada e ilegal contra Ucrania, matando a miles de inocentes, incluso niños, es esencial que Estados Unidos y nuestros aliados dejen en claro que nunca cederemos ante los autócratas”, concluyó Pelosi.
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