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Desde el 11 de septiembre de 2001, luego del ataque a las Torres Gemelas y el Pentágono, la seguridad aeroportuaria se vio sumamente modificada para prevenir que hechos así volvieran a ocurrir. Entre estas modificaciones está la exhaustiva revisión de cada pasajero antes de entrar a un vuelo, el ingreso desde ambos lados a la cabina del piloto, pintarse las uñas dentro de una aeronave (o el uso de esmalte) y otros.
¿Qué sucede si dice la palabra “bomba” en el aeropuerto?
Estas modificaciones se dieron transitoriamente y eventualmente con algunas siendo más radicales que otras. Entre estas, el uso de la palabra “bomba” se convirtió en un sustantivo que se puede considerar peligroso y su mención es considerada bajo la ley como un riesgo público.
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En una entrevista con una exauxiliar de vuelo para el medio La Prensa Gráfica, ella especificó que dentro de los códigos de seguridad hay un protocolo de evacuación en caso de mencionar el término “bomba”. Es por esta razón que tanto para un funcionario como un pasajero el decir esta palabra puede ser un riesgo en general.
En muchos casos y dentro de diversas culturas hispánicas, “bomba” no siempre se refiere al explosivo. Por ejemplo, en varios países esta palabra puede hacer referencia a un globo de aire, a una estación de gasolina, a un motor hidráulico u otros significados, pero su relación con un factor terrorista pone en vilo la utilización de este término.
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Decir la palabra “Bomba” puede retrasar su vuelo
Otro de los motivos por los cuales no decir esta palabra es crucial, es porque esta puede desembocar en una rigurosa revisión de la aeronave solo por “prevención” a cualquier tipo de riesgo. Ese cuidado no solo se tomaría dentro de un avión, sino también en el respectivo aeropuerto donde ocurra.