Temporada de ciclones amenaza a países de Centroamérica
Sandra Ramos tiene dos hijos y vive a la orilla del caudaloso río Ulúa en Honduras. En 2020, perdió su casa con el paso de los huracanes Eta y Iota. Ahora vive en una pequeña vivienda con la ayuda de la agencia estadounidense para el desarrollo internacional. Según un informe de 2021 del Banco Interamericano de Desarrollo, entre 1970 y 2019 ocurrieron en Honduras 81 desastres vinculados a tormentas, donde murieron más de 26.000 personas.
Sandra Ramos sufre en cada época lluviosa.Vive en un barrio de extrema pobreza a la orilla del caudaloso río Ulúa, que baña el Valle de Sula, en el norte de Honduras.En octubre de 2020, con el paso de los huracanes Eta e Iota, dice que perdió todo.Desde entonces, esta madre de dos hijos pequeños vive desde en una improvisada choza construida con la ayuda de la agencia estadounidense para el desarrollo internacional.
:”Hace poquito, hace dos semanas estuvimos asustados porque anunciaron un huracán bien fuerte. Estuvimos yendo a ver el río, el río se llenó exagerado algunas partes salió a la vega”
Según un informe de 2021 del Banco Interamericano de Desarrollo, entre 1970 y 2019 ocurrieron en Honduras 81 desastres vinculados a tormentas, donde murieron más de 26.000 personas.
Para mitigar las inundaciones, se construyeron muros laterales de tierra y piedra para contener la crecida de los ríos. Pero igual se desbordan con las tormentas.Sandra recuerda que cuando el huracán Eta azotó el Valle de Sula, ni los muros resistieron. Ahora, cada vez que anuncian tormenta están atentos para desalojar.
”Todo eso nos alarma a nosotros, porque como estamos en zona de riesgo y no podemos estar con aquella tranquilidad”. La historia se repite en gran parte de Centroamérica, y ha empeorado con la crisis climática.Centroamérica está expuesta a fenómenos meteorológicos extremos y erupciones de volcanes. Además, durante la temporada ciclónica, de junio a noviembre, la amenaza de inundaciones es constante.
La corrupción, la falta de inversión en infraestructura, la urbanización descontrolada y la pobreza que afecta a un 60% de los 50 millones de habitantes de la región tornan a la población vulnerable a catástrofes naturales crecientemente agresivas. De acuerdo con un reporte de la ONU de mayo, más de 8,4 millones de personas de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua enfrentaron una crisis alimentaria en 2021 por conflictos, choques económicos derivados de la pandemia y condiciones climáticas extremas.
Sandra Ramos sufre en cada época lluviosa.Vive en un barrio de extrema pobreza a la orilla del caudaloso río Ulúa, que baña el Valle de Sula, en el norte de Honduras.En octubre de 2020, con el paso de los huracanes Eta e Iota, dice que perdió todo.Desde entonces, esta madre de dos hijos pequeños vive desde en una improvisada choza construida con la ayuda de la agencia estadounidense para el desarrollo internacional.
:”Hace poquito, hace dos semanas estuvimos asustados porque anunciaron un huracán bien fuerte. Estuvimos yendo a ver el río, el río se llenó exagerado algunas partes salió a la vega”
Según un informe de 2021 del Banco Interamericano de Desarrollo, entre 1970 y 2019 ocurrieron en Honduras 81 desastres vinculados a tormentas, donde murieron más de 26.000 personas.
Para mitigar las inundaciones, se construyeron muros laterales de tierra y piedra para contener la crecida de los ríos. Pero igual se desbordan con las tormentas.Sandra recuerda que cuando el huracán Eta azotó el Valle de Sula, ni los muros resistieron. Ahora, cada vez que anuncian tormenta están atentos para desalojar.
”Todo eso nos alarma a nosotros, porque como estamos en zona de riesgo y no podemos estar con aquella tranquilidad”. La historia se repite en gran parte de Centroamérica, y ha empeorado con la crisis climática.Centroamérica está expuesta a fenómenos meteorológicos extremos y erupciones de volcanes. Además, durante la temporada ciclónica, de junio a noviembre, la amenaza de inundaciones es constante.
La corrupción, la falta de inversión en infraestructura, la urbanización descontrolada y la pobreza que afecta a un 60% de los 50 millones de habitantes de la región tornan a la población vulnerable a catástrofes naturales crecientemente agresivas. De acuerdo con un reporte de la ONU de mayo, más de 8,4 millones de personas de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua enfrentaron una crisis alimentaria en 2021 por conflictos, choques económicos derivados de la pandemia y condiciones climáticas extremas.