Asedio y tensiones internacionales: la antesala de la investidura presidencial en Venezuela
Oposición y oficialismo mueven sus últimas fichas antes de la esperada toma de poder del mandatario en el Palacio de Miraflores que, con el respaldo de las instituciones venezolanas, está previsto que sea Nicolás Maduro.
Hugo Santiago Caro
Las horas que transcurren dentro y fuera de Venezuela son claves frente a la inminente posesión del presidente de la nación, acto que, sin tener una hora confirmada, está previsto para este viernes 10 de enero. Es un plazo que parecía largo cuando ocurrieron las elecciones (28 de julio del año pasado), pero ya es cuestión de días, y todas las partes involucradas en la disputa por la presidencia se están moviendo contrarreloj para llegar a la fecha mejor posicionada. Aunque sobre el papel la investidura parezca asegurada —y avalada— para Nicolás Maduro las instituciones venezolanas, el panorama es tenso.
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Las horas que transcurren dentro y fuera de Venezuela son claves frente a la inminente posesión del presidente de la nación, acto que, sin tener una hora confirmada, está previsto para este viernes 10 de enero. Es un plazo que parecía largo cuando ocurrieron las elecciones (28 de julio del año pasado), pero ya es cuestión de días, y todas las partes involucradas en la disputa por la presidencia se están moviendo contrarreloj para llegar a la fecha mejor posicionada. Aunque sobre el papel la investidura parezca asegurada —y avalada— para Nicolás Maduro las instituciones venezolanas, el panorama es tenso.
Mientras tanto, Edmundo González sigue en una gira maratónica para afianzar el respaldo que la mayor parte de la comunidad internacional le ha brindado. En Argentina fue recibido por Javier Milei como si se tratara de una visita de Estado y estuviera recibiendo a su par. De allí cruzó el Río de la Plata hacia Uruguay, y el domingo llegó a Estados Unidos, donde se reunió con el presidente saliente Joe Biden y aseguró mantener contacto con el equipo del electo Donald Trump.
“Ambos líderes coincidieron en que no hay nada más fundamental para el éxito de la democracia que respetar la voluntad del pueblo, expresada a través de un proceso electoral transparente y con rendición de cuentas, y que la victoria de González Urrutia en la campaña electoral debería ser respetada mediante un traspaso pacífico que restablezca el orden democrático”, afirmó el comunicado de la Casa Blanca sobre el encuentro.
Sin embargo, la agenda de González (que llegará hoy a Panamá) se vio truncada ayer mientras se reunía con las bancadas republicanas y demócratas en el Congreso de EE. UU., tras el anuncio de que su yerno, Rafael Tudares, fue retenido por hombres encapuchados y sin identificación. “Rafael se dirigía a la escuela de mis nietos a dejarlos por el inicio a clases. Lo interceptaron hombres encapuchados, vestidos de negro, lo montaron en una camioneta” y “se encuentra desaparecido”, contó en su cuenta de X.
Aunque al cierre de esta edición ninguna autoridad oficial había reconocido tener a Tudares en su poder o información sobre él, este tipo de retenciones son constantes. A Jesús Armas, opositor y activista, hombres encapuchados se lo llevaron la noche del 8 de diciembre, y semanas después se confirmó que estaba en la cárcel de El Helicoide. En simultáneo a la retención de Tudares, el opositor Juan Barreto denunció que varios miembros del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) llevaban varias horas patrullando su casa.
“Desde anoche y hasta hoy, de manera continua, una comisión policial del SEBIN con armas largas y encapuchados se encuentra estacionada exactamente frente al portón de mi casa. Toman fotos de la fachada y de la gente que viene a visitarme. [...] Yo lo llamo asedio, acoso e intimidación”, afirmó en X. Algo similar denunció María Corina Machado sobre su madre: “Desde hace unas horas, agentes del régimen han rodeado la casa de mi mamá, han puesto alcabalas en toda la urbanización y sobrevolado con drones. También ‘se fue’ la luz en la zona. Mi mamá tiene 84 años, está enferma, con afecciones crónicas de salud”, trinó la líder opositora.
Además, Maduro anunció en horas de la noche la detención de siete “mercenarios” que planeaban actos “terroristas”. Dos de ellos son colombianos.
“Solamente el día de hoy, hemos capturado, a esta hora, a siete mercenarios extranjeros, incluyendo a dos importantes mercenarios de Estados Unidos”, dijo Maduro en un acto en Caracas.
Fuentes que prefieren reservar su identidad le dijeron a este diario que la situación en Caracas y las principales ciudades de Venezuela es bastante complicada, con presencia militar y policial en la mayoría de las calles, queriendo enviar el mensaje de estar listas para contener las concentraciones anunciadas por la oposición para este jueves, como un último mensaje en las calles contra la posesión de Maduro.
En una rueda de prensa el martes, Machado reafirmó el llamado a las calles el 9, hablándoles también a los militares adeptos al oficialismo: “Muchísimos policías y soldados están enviando mensajes y, en este momento, están tomando decisiones. La hora llegó, no hay manera de estar entre la justicia y la opresión. No hubiésemos tenido las actas sin la colaboración de los militares que desobedecieron órdenes para hacernos llegar esas actas”.
Mientras tanto, del otro lado, Nicolás Maduro sigue abriendo la brecha con sus vecinos y atizando el fuego diplomático. Acusó a un gendarme argentino detenido en Venezuela de entrar al país con intenciones de matar a su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, lo que le valió una respuesta de la ministra de Defensa argentina, Patricia Bullrich: “Tus mentiras no te van a salvar. Acusar sin pruebas a Nahuel Gallo de un complot ridículo solo expone la desesperación de tu régimen asesino, que está llegando a su fin”.
Quizás el cruce más grave fue con Chile, cuyo presidente Gabriel Boric decidió retirar a su embajador en Venezuela, argumentando que para su país hubo “fraude” en las elecciones, lo que, sumado a la expulsión del personal de su embajada en Caracas, “agudizó la crisis desencadenada”.
Para Antonio de Lisio, docente de la Universidad Central de Venezuela, es un síntoma más de la soledad y el poco respaldo internacional que tendrá el eventual inicio de un nuevo gobierno de Maduro, que a la fecha no contará con la presencia de ningún líder de Estado. Incluso, otros gobiernos cercanos ideológicamente al chavismo, como México, Brasil y Colombia, mandarían apenas a un representante diplomático. “También va a ser muy significativa la ausencia de algunas misiones diplomáticas, como la de la Unión Europea [...]. El Gobierno de Paraguay pidió que el cuerpo diplomático venezolano abandonara el país, ya que se encaminó hacia una ruptura de relaciones en previsión de la investidura”, dijo De Lisio.
En Colombia, que enviaría a Milton Rengifo, embajador en Caracas, la presión para que el presidente Gustavo Petro tome distancia es creciente. El expresidente y nobel de paz Juan Manuel Santos, por ejemplo, dijo que Petro estaba “en mora” de retirar al embajador.