Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Carlos Doubront es abogado, activista político e hijo del fallecido comandante de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) Rafael Doubront Torres. Su apellido lo marcó cuando, a los 26 años, fue identificado y atacado directamente por el exmilitar venezolano Rafael Quero Silva, quien lo insultó, le dio una cátedra sobre la revolución y luego lo peor: ordenó la agresión.
El 16 de abril de 2013, en el antiguo Destacamento 47 de la GNB en Barquisimeto, Doubront presenció cuando Quero Silva ordenó contra los manifestantes detenidos: “Que empiecen la tortura y el terror ”. Él era uno de ellos.
Ese día, miles de venezolanos protestaban en las sedes regionales del Consejo Nacional Electoral (CNE) exigiendo un recuento de votos por las dudas sobre la victoria de Nicolás Maduro, anunciada el 14 de abril.
Doubront recuerda que fue víctima y testigo de brutales agresiones durante 72 horas: golpes en el estómago, costados y espalda, impactos en la cabeza con cascos y escudos, descargas eléctricas en el cuello, la espalda y el abdomen. También lo obligaron a cantar consignas reconociendo a Maduro presidente, además, sufrió el robo de todas sus pertenencias, declaró en entrevista con el medio Voz de América.
El pedido de las víctimas
El 13 de abril se cumplen 12 años de estos hechos, pero, actualmente, hay una diferencia: Rafael Quero Silva fue puesto recientemente en custodia del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos, en la prisión de Krome, al ser detenido en Florida.
Desde su llegada a EE. UU. en 2017, Doubront y otras víctimas lo denunciaron por crímenes de lesa humanidad ante las autoridades y hoy piden que no sea deportado. “No es revancha, queremos justicia”, enfatizó Doubront en la entrevista.
Doubront teme que, si Quero Silva regresa a Venezuela, quedarán impunes sus acciones. Además, insta al país norteamericano a investigar sus presuntos vínculos con el narcotráfico y el sistema político venezolano. “Quero Silva era el brazo ejecutor de la represión del Cartel de los Soles”, aseguró en referencia a la organización criminal que, según EE. UU., es integrada por altos funcionarios militares venezolanos.
Desde el exilio
A esta exigencia se suma Andrés Colmenárez, quien debió exiliarse en Madrid, España, debido a la persecución política. Desde la distancia, forma parte de la ONG Asociación Civil Fuerza, Unión, Justicia, Solidaridad y Paz (Funpaz), creada por al menos 120 víctimas de la represión poselectoral de abril de 2013 en Barquisimeto.
Según Colmenárez, el FBI ya tenía una investigación abierta contra Quero Silva por las denuncias de sus víctimas, entre ellas la de Doubront. Sin embargo, aseguró que su arresto ocurrió tras una redada migratoria y, al ingresar sus datos en el sistema, se descubrió la investigación pendiente.
Desde Funpaz, Doubront, Colmenárez y otros activistas trabajan para evitar su deportación a Venezuela. Planean entregar documentos a las autoridades estadounidenses solicitando que Quero Silva sea juzgado en suelo norteamericano.
Israel Colmenárez (32), otra víctima de las atrocidades en el Destacamento 47, al mando de Quero Silva, también respalda esta petición. En entrevista con El Pitazo, relató que, junto a Ivonne Echenagucia y Jackson Escalona, creó Funpaz en 2013 para denunciar lo que vivieron.
¿Quién es Rafael Quero Silva?
Rafael José Quero Silva (54) es un exmilitar venezolano señalado de liderar la represión y las torturas en Barquisimeto entre 2013 y 2014. Durante estos años, fue comandante del antiguo Destacamento 47 de la GNB (hoy Destacamento 121).
En las protestas del 15 y 16 de abril de 2013, su unidad participó en la detención arbitraria de 62 personas y en agresiones contra 38 manifestantes, según la ONG Provea, que señaló que en Barquisimeto ocurrió la “represión más encarnizada” entonces.
Mientras que en las protestas de 2014, Venezuela registró más de 40 muertos, casi 500 heridos y 1.800 detenidos, con al menos 30 denuncias de torturas documentadas por la ONG Foro Penal.
Las atrocidades cometidas en el Destacamento 47 fueron documentadas por Funpaz para visibilizar los abusos sufridos por los detenidos por razones políticas. Un compendio de 25 denuncias sobre desnudez forzada, descargas eléctricas, golpizas y humillaciones se recopiló en el libro Perdigones en la Cédula, en el que las víctimas detallaron los maltratos perpetrados, ordenados por Quero Silva.
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.
🌏📰🗽 Le puede interesar nuestro plan superprémium, que incluye acceso total a El Espectador y a la suscripción digital de The New York Times. ¡Suscríbase!
📧 📬 🌍 Si le interesa recibir un resumen semanal de las noticias y análisis de la sección Internacional de El Espectador, puede ingresar a nuestro portafolio de newsletters, buscar “No es el fin del mundo” e inscribirse a nuestro boletín. Si desea contactar al equipo, puede hacerlo escribiendo a mmedina@elespectador.com
Por El Pitazo
