Bogotá recibió el Año Nuevo chino con la Ópera de Beijing y el Festival de Primavera

Entre colores, música y artes marciales, dos culturas muy distintas se encontraron alrededor de una misma celebración.

Paulina Tejada Tirado / @PauliTejadaT
23 de febrero de 2018 - 03:15 a. m.
La Ópera de Beijing tiene una historia de más de dos siglos, en los que desarrolló todo un mundo de significados que yacen detrás de sus personajes. / Fotos: cortesía Utadeo - Alejandra Zapata
La Ópera de Beijing tiene una historia de más de dos siglos, en los que desarrolló todo un mundo de significados que yacen detrás de sus personajes. / Fotos: cortesía Utadeo - Alejandra Zapata

Un hombre de unos 65 años miró con asombro a su hija, mientras juntos hacían una larga fila para ingresar al Aula Máxima de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. “¿Por qué hay tantos chinos?”, le preguntó. Él no sabía que estaba a punto de ser testigo de la tradicional Ópera de Beijing, una muestra artística en la que confluyen el chàng, niàn, zuò y dǎ, es decir, el canto, el baile, las acrobacias y las artes marciales.

Más de 200 asistentes entraron al claustro mientras se escuchaban murmullos en inglés, ruso, español y mandarín. Minutos después, la pantalla proyectó los símbolos que, en el abecedario chino, indicaron el inicio de lo que se reconoce mundialmente como la representación musical por excelencia de dicho país.

Este peculiar arte escénico tiene una historia de más de dos siglos, en los que desarrolló todo un mundo de significados que yacen detrás de sus personajes, en los colores del maquillaje, los elementos del vestuario, las armas que llevan en sus manos y sus gestos. En la Ópera de Beijing todo habla con el fin de develar una historia, que puede ir desde una leyenda china, un cuento popular o una crítica social. Por el equilibrio entre su complejidad y sentido estético, este espectáculo fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010.

El pasado jueves 15 de febrero, gracias a la gestión del Instituto Confucio, el Teatro Juvenil de la ciudad de Tianjin transformó por dos horas al auditorio de Utadeo, en plena capital colombiana, en un espacio mágico de las tierras del dragón.

Le puede interesar: El Año del Perro será una oportunidad para los derechos de los canes en China

Su director, Hong Ju, le dio la bienvenida al público y les contó a los asistentes que en su país natal celebraban la llegada del Año Nuevo, el Año del Perro. A kilómetros de distancia, en esa nación de ojos rasgados y tradiciones milenarias, parientes y amigos estaban reunidos por las festividades. “Pero aquí nosotros también estamos con nuestros amigos. Esta noche, Colombia es nuestro hogar”, expresó. 

Para Ju, “el mundo es una familia grande y, aunque hay cosas que nos dividen, nosotros queremos conectarnos, comunicar nuestra cultura y afianzar nuestra amistad. El arte es el motor perfecto para hacerlo”, aseguró en entrevista con El Espectador.

Lo mismo piensa Liu Huan, uno de los 24 miembros que le dieron vida a la presentación. Mientras maquillaba su rostro con un polvo rojo para poder encarnar a uno de los cuatro soldados celestiales del número de cierre, manifestó que “aunque el viaje es muy largo porque son 30 horas en avión, me emociona venir hasta acá para difundir la tradición de China. Desde los 10 años comencé a estudiar la Ópera precisamente para lograr esto”.

El repertorio se compuso de cuatro obras, todas elegidas con el fin de augurar un año próspero. El público, igualmente confundido y asombrado, se rio con los chistes, se asustó con los trucos y disfrutó del sonido contundente de los golpes de tambores y platillos chinos, el jing hu y el (instrumentos de cuerda y aire). Allí, el teatro y la música derrumbaron las barreras idiomáticas, generando un encuentro transparente y genuino que solo se da a través del arte.

“La Ópera de Pekín es súper chévere, ¿cierto?”, preguntó el director al terminar el espectáculo. Una de las profesoras del Instituto Confucio tradujo su consulta. El público, al no saberle responder "sí" en su mismo lenguaje, aplaudió de pie por varios minutos.

Martha Ferro, coordinadora del Instituto en Colombia, cuya razón de ser es difundir la cultura china alrededor del mundo, declaró que “en la medida en que se conozcan otros mundos, los pueblos pueden encontrarse y es a través de un idioma universal como el arte que esto se puede lograr”.

Por esta razón, la presentación de la Ópera de Beijing no fue la única manifestación artística que le dio la bienvenida al Año del Perro. Tres días después, el domingo 18 de febrero, se celebró el Festival de Primavera, así como también se exhibió la exposición de esculturas y pinturas tradicionales de Tian Yuemin, un reconocido artista chino, en la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

El Festival, una iniciativa de la Embajada de la República Popular China y la Cámara Colombo China de Inversión y Comercio, se llevó a cabo en el Gimnasio Moderno de Bogotá. “China es nuestro segundo socio comercial en importaciones y cuarto en exportaciones. Para el éxito de los negocios, conocer su cultura es esencial. Además, este es un espacio perfecto para empaparnos de su gastronomía, danzas, artes marciales, tradiciones y colores”, aseguró Jaime Suárez, director ejecutivo de la Cámara.

Durante la jornada, los asistentes disfrutaron de un chop suey, plato tradicional del país oriental, mientras jugaron a las damas chinas y presenciaron el baile del dragón. A su vez, se dieron cita más de 20 negocios de tecnología, joyería, viajes, medicina tradicional, acupuntura, bordado, caligrafía y música.

Le puede interesar: El día de las lenguas nativas recuerda la importancia de preservar los saberes

Hyunjung Kim, de Corea del Sur, fue con su hija Milagros para celebrar juntas la llegada del nuevo año, pues su nación también se rige a partir del calendario lunar. Oliver Ren, un chino que lleva dos años viajando entre su país y Colombia por motivos de negocios, estuvo en el evento junto a su esposa e hijo. Una familia rusa asistió para conocer sobre la cultura asiática. Y la bogotana Natalia Forero lo hizo para volver a saborear los platillos que la enamoraron, 12 meses atrás, cuando fue a China a aprender mandarín.

El Año del Perro, según la tradición china, es perfecto para hacer nuevos amigos y crear lazos. Solo en sus primeros días, la predicción se cumplió en Bogotá. Sin importar su origen o sus motivaciones, más de 1.500 personas se reunieron entorno a la misma celebración, encontrándose unas con otras más allá de sus raíces, idiomas y destinos. 

Por Paulina Tejada Tirado / @PauliTejadaT

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar