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El papel de la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, ha sido uno de los que mayor curiosidad ha causado desde que el ahora presidente norteamericano estaba en campaña. Pero las recientes apariciones de la modelo eslovena han dado pie para que en las redes sociales como la prensa especule que la mujer no es feliz en su matrimonio.
Y esto ha sido principalmente porque la actitud de Donald Trump con su esposa ha sido comparada con la de su antecesor Barack Obama, quien acostumbraba a aparecer en actos públicos junto a su esposa Michelle Obama, a quien constantemente elogiaba.
Por su parte, el magnate es seco en su trato con la modelo eslovena, como se vio durante el recibimiento en la Casa Blanca, en que no la acompañó a bajar del vehículo que llegaron o durante el acto de investidura, cuando Donald Trump se volteó para hacerle un comentario a su esposa, quien segundos después de sonreírle se le ve triste y agacha su cabeza.
El corto video de ese momento se hizo viral en redes sociales, por lo que se empezó a promover el hashtag #FreeMelania, haciendo referencia a lo mal que la pasa la primera dama de Estados Unidos en su matrimonio. Ha sido tan viral el hecho que cada aparición de la eslovena es ampliamente seguida por las redes sociales, pese a que muy pocas veces se le ve acompañando al magnate.
Luego de las críticas durante los actos de posesión y en especial por la actitud que el matrimonio Trump tuvo durante el baile presidencial, vinieron dos hechos más que acapararon las redes sociales. El primero, ocurrió el pasado viernes en la pista del aeropuerto internacional Palm Beach en Florida, a la que llegó para pasar el fin de semana en su residencia privada Mar-a-Lago.
Al aterrizar la pareja apareció cogida de la mano, pero luego Trump suelta a su esposa para aplaudir, cuando ella busca volver a tomarle la mano, él le da dos palmadas de vuelta y la vuelve a soltar. Este hecho causó nuevas conjeturas en las redes sobre la situación en el matrimonio, mientras que expertos advirtieron a los medios gringos que a diferencia de sus antecesores, Trump quiere mostrarse como el mandatario alfa y no que no vean junto a su esposa como una unidad, lo que sí ocurría con la pareja Obama.
El domingo una foto volvió a revivir el debate en las redes sociales. Durante la transmisión del Super Bowl, se ve al magnate entretenido con el partido entre New England Patriots y Atlanta Falcons, mientras Melania no se ve cómoda.
Los drásticos cambios de expresión de la primera dama dejan a la especulación qué es lo que en verdad sucede dentro de la relación, que ante el público no es amena ni cercana. De hecho en pasadas ocasiones se ha cuestionado que Donald Trump no bese a su esposa, así como sus declaraciones antimigratorias y contra las mujeres, son contradictorias con las condiciones de Melania, que es mujer e inmigrante. Ella haciendo contrapeso a esto ha salido defendiéndolo y mostrándole su apoyo, lo que parece no tener peso en la prensa ni en el público que de seguro seguirá promoviendo la figura de #FreeMelania en sus próximas apariciones en público.
¿Quién es Melania Knauss?
El nombre de soltera de la eslovena es Melaija Knavs. Nació en una pequeña ciudad a orillas del río Krka, en una zona de Eslovenia que antes era Yugoslavia, en medio de una pequeña familia conformada por su hermana Ines, y sus padres Amalija y Viktor Knavs, quien pertenecía al Partido Comunista.
Cuando cumplió 22 años, y ya disuelta la antigua Yugoslavia, ganó el concurso de la revista Jana al “look del año”, por lo que luego comenzó a reconocerse como modelo de prensa y televisión en su país. Rápidamente incursionó en Europa, especialmente en Milán, donde conoció al empresario Paolo Zampolli, quien la llevó a vivir a Estados Unidos.
Con una corta trayectoria, pero ya reconocida dentro de las pasarelas, conoció a Donald Trump en una fiesta en el Kit Kat Club, que organizó el magnate. Se casaron en 2005 y desde ese momento la modelo eslovena se dedicó a realizar obras benéficas. De hecho fue nombrada por la Cruz Roja como embajadora de buena voluntad.
Los siguientes años se dedicó a cuidar a su hijo Barron Trump, en el triplex en el que vive en una de las torres en Manhattan de Donald Trump, además de dedicarse a su propia marca de joyas que lanzó en 2010.
La eslovena es la segunda primera dama de Estados Unidos que es extranjera y la primera en ser políglota. Sabe hablar francés, alemán, serbio, inglés y esloveno.