Un nuncio colombiano denunció pederastia en EE. UU. y los papas no le prestaron atención

Se trata de Gabriel Montalvo, un obispo bogotano que llegó a ser de los más influyentes entre la curia romana.

* Redacción El Espectador
29 de agosto de 2018 - 09:00 p. m.
Monseñor Gabriel Montalvo Higuera (Bogotá 1930, Roma 2006). / Cortesía
Monseñor Gabriel Montalvo Higuera (Bogotá 1930, Roma 2006). / Cortesía

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Ni Juan Pablo II ni Benedicto XVI le prestaron atención a las alertas sobre casos de pederastia entre la curia católica de Estados Unidos, que envió como Nuncio Apostólico en Washington el obispo colombiano Gabriel Montalvo Higuera.

Así se desprende de la carta de once páginas publicada el fin de semana pasado por el exarzobispo italiano Carlo María Viganó, en la que también señala al papa Francisco de no hacer nada al respecto y encubrir a los culpables. El documento ha generado un cisma dentro de la Santa Sede en Roma del que el pontífice argentino se ha negado a hablar por ahora. (Le puede interesar: ¿Quién es Viganó?).

Dice la carta sobre el colombiano: “Para disipar las sospechas que han sido insinuadas en algunos artículos recientes, diré que los Nuncios Apostólicos en los Estados Unidos, Gabriel Montalvo y Pietro Sambi, ambos fallecidos recientemente, informaron inmediatamente a la Santa Sede en cuanto tuvieron conocimiento de los comportamientos gravemente inmorales del arzobispo McCarrick con seminaristas y sacerdotes”. Se refiere a Theodore McCarrick, de quien en junio de 2018 se supo que había abusado de un menor de edad y de varios seminaristas adultos. Ante las evidencias, renunció como cardenal, el papa Francisco le prohibió abandonar los terrenos del seminario donde reside y celebrar misa en público mientras se surte un juicio canónico. Viganó asegura en la carta que el argentino sabía del caso desde 2013 y aún así contó con el inculpado como asesor.

Viganó, de 77 años y quien fue el segundo en el gobierno de la Santa sede, pero nunca fue elegido cardenal, precisó: “De hecho, de acuerdo con lo que escribió el nuncio Sambi, la carta del 22 de noviembre de 2000 del padre Bonifacio Ramsey fue escrita a pedido del fallecido nuncio Montalvo. En la carta el padre Ramsey, que había sido profesor en el seminario diocesano en Newark desde finales de los 80 hasta 1996, afirma que había un rumor recurrente en el seminario que el arzobispo ‘compartía su cama con los seminaristas’, invitando cinco a la vez para pasar el fin de semana con él en su casa de playa. Y agregó que conocía a cierto número de seminaristas, algunos de los cuales fueron ordenados luego sacerdotes de la arquidiócesis de Newark, que habían sido invitados a esta casa de playa y habían compartido una cama con el arzobispo”.

Entonces Viganó, que fue nuncio en EE. UU. entre 2011 y 2016, denuncia: “Mientras permanecí en el cargo que entonces desempeñaba, no tuve conocimiento de que la Santa Sede hubiera tomado medida alguna al respecto tras la denuncia del Nuncio Montalvo a finales del 2000, cuando el cardenal Angelo Sodano era Secretario de Estado”.

Esa información y denuncias están hoy a disposición del papa Francisco para que detenga el fenómeno, que lo ha llevado a admitir, desde 2017, que "la pederastia es una enfermedad que la Iglesia ha afrontado con retraso”, y a sentirse avergonzado, como durante su visita del fin de semana pasado a Irlanda, donde ocurre algo similar. (¿Por qué el papa no habla del caso?).

Pero, ¿quién era el colombiano Gabriel Montalvo Higuera? Nació en Bogotá el 27 de enero de 1930 y murió en Roma el 2 de agosto de 2006, donde pasó sus últimos días aquejado de un cáncer de pulmón bajo el cuidado de las Hermanas de la Piedad. Era arzobispo, cargo previo al cardenalato, y fue el Nuncio Apostólico en los Estados Unidos de 1998 a 2005 por designación de Juan Pablo II.

Sacerdote desde 1953, fue ordenado obispo por el Papa Pablo VI en 1974 e hizo carrera como diplomático del Estado Vaticano. En Roma le atribuyen los primeros acercamientos de esa época entre la Santa Sede y los países comunistas europeos. Ese mismo perfil lo llevó a Washington donde su trabajo fue reconocido por el presidente George Bush. También fue Delegado Apostólico en Libia, Pro-Nuncio en Argelia, Túnez y Yugoslavia y Nuncio Apostólico en Nicaragua, Honduras y Bielorrusia. También fue presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica, es decir, uno de los obispos más influyentes de la Santa Sede.

Mientras a Juan Pablo II se le señala por encubrimiento y a cardenales cercanos de su época, sus ministros, como el colombiano Alfonso López Trujillo (1935-2008), que llegó a ser decano de los purpurados y papable, y Darío Castrillón (1929-2018), que fue jefe de todos los sacerdotes del mundo, ahora el obispo Montalvo es reconocido por haber dejado constancia, hasta el 17 de diciembre de 2005, fecha en la que se retiró de la embajada vaticana en EE. UU., de los abusos que la iglesia católica no ha podido acabar. (Más: El enigma de la muerte del papa Juan Pablo I).

Por * Redacción El Espectador

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar