Bogotá quiere convertirse en destino para los turistas LGBTI, como lo son Buenos Aires, México y Río de Janeiro. La Ley Antidiscriminación del país, el reconocimiento de la ciudad por la protección de sus derechos y la amplia oferta en servicios enfocados en esta población (restaurantes, hoteles, comercio, spa y sitios de diversión nocturna) llevaron al Instituto Distrital de Turismo (IDT) a explotar ese potencial de la capital, para dar vida a la iniciativa Turismo LGBTI en Bogotá, que se lanzará a finales de mes, durante la semana de la diversidad.
Hay motivos para tratar de conquistar este mercado. Se estima que el 10% de una comunidad pertenece a la población LGBTI y las parejas gay viajan y gastan más dinero en vacaciones que cualquier pareja heterosexual. Por ejemplo, según el estudio global LGBT, de la revista Out Now, una pareja gay con poder adquisitivo gasta en turismo 57% más que otras parejas y suele viajar en promedio seis veces al año: tres de vacaciones, dos por viajes personales y uno por negocios, y vuela al menos tres veces a algún destino internacional.
Este perfil los convierte en un nicho atractivo para cualquier ciudad que pretenda dinamizar su turismo, y Bogotá está en esa tarea. “En el mundo, los sectores sociales LGBTI son un sector del mercado que ha despertado el interés de los grandes operadores turísticos. Las proyecciones económicas son mayores que en otros sectores. No en vano, 45 ciudades en 21 países han desarrollado planes para convertirse en destinos amigables para estos grupos poblacionales”, comenta Tatiana Piñeros, directora del IDT.
Según la funcionaria, Bogotá tiene las condiciones para ser un gran destino turístico de alta calidad, pues cuenta con una amplia oferta especializada que está creciendo. Según el inventario que realizó el IDT para promocionar la ciudad como destino LGBTI, hay 53 establecimientos nocturnos (bar, café, café bar), cinco restaurantes, seis agencias de viajes, 13 establecimientos de salud y belleza, cinco establecimientos de alojamiento y cuatro para compras, a los cuales se suman eventos como el Ciclo Rosa (académico y de cine), el Festival Internacional de Teatro Rosa, la Marcha por la Ciudadanía Plena LGBT y la Semana por la Igualdad.
“Esta apuesta no es porque yo sea una mujer transgenerista, sino porque es un nicho interesante que está manteniendo economías en Buenos Aires, España y Estados Unidos. Teniendo en cuenta la oferta que hay en Bogotá, sumada a la Ley Antidiscriminación del país y a las políticas públicas distritales que brindan garantías en la protección de derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgeneristas e intersexuales, vemos que podemos convertirnos en un destino interesante para atraer a estos turistas”, concluyó Piñeros.
Por ahora, la promoción de Bogotá como destino LGBTI en el mundo comienza oficialmente. La idea es que sea una apuesta que crezca y que, más allá de todos los establecimientos especializados, cada día los empresarios de la ciudad también vean en esta población un gran oportunidad de negocio para la ciudad.
