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En la tarde de este miércoles, los principales sectores comerciales ubicados en el centro de la capital se encuentran totalmente cerrados. Los pocos que abrieron sus establecimientos trabajaron apenas unas horas, pues está presente el temor de que ocurran saqueos en el marco de las manifestaciones.
En el sector de San Victorino, según lo relatado a este medio por el gerente del Gran San, Yansen Estupiñán, hay por lo menos 1.000 comerciantes al interior de sus comercios dispuestos a defenderlos en caso de que vándalos quieran tumbar las rejas e ingresar. Una situación similar se vive en los comercios de San Andresito de San José y en la calle 13.
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“No vamos a permitir que nos acaben el patrimonio de toda la vida”, asegura. La imágenes muestran a comerciantes con palos y cascos. Dicen que permanecerán allí el tiempo que sea necesario, hasta que haya garantías de que no habrá dificultades.
Por lo pronto, hacia las cinco de la tarde de este miércoles, ya se registran enfrentamientos entre uniformados de la fuerza pública y manifestantes, los cuales fueron sacados de la Plaza de Bolívar y se volcaron a la carrera Décima para seguir con la protesta.
La situación de orden público evidentemente es desfavorable para los comerciantes del centro de la capital, pues se estima que en la última semana, desde que inició el paro, se ha registrado una disminución promedio en las ventas de entre el 80 % y 90 % para cada establecimiento. Solo en el sector de San Victorino, las pérdidas superarían los $50.000 millones.
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El panorama es más complejo para los establecimientos mayoristas, pues parte de sus principales clientes se encuentran fuera de Bogotá y, por el paro y el bloqueo de vías, no han podido movilizarse hacia la capital. Solo este miércoles la Gobernación de Cundinamarca comunicó que 35 vías de los principales municipios del departamento registraron bloqueos por las manifestaciones.
A esto se suma los cierres tempranos que la alcaldesa ha ordenado para Transmilenio, aunque no deja de ser cierto que gran parte de las estaciones se encuentran inoperantes debido a la gravedad de las afectaciones en su infraestructura.
Piden que el Gobierno atienda las peticiones de los manifestantes y que se fijen mesas de diálogo que permita acabar con el paro pues, aunque no hay cuarentena estricta en Bogotá para este fin de semana, el tema de las protestas se ha convertido en un agravante para su ya complicada situación financiera.