Controversia porque Distrito retiró vallas que demarcaban la Van der Hammen

En el norte de Bogotá la Secretaría de Ambiente desmontó dos vallas que ofrecían detalles sobre la delimitación de la Reserva. La actuación fue interpretada por ambientalistas como otro paso para urbanizar parte de los terrenos.

Redacción Bogotá
21 de febrero de 2017 - 07:54 p. m.
Tomada de Twitter @ricardoladino
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Nuevamente, el futuro de la Reserva Thomas Van der Hammen es motivo de discusión en Bogotá. Ahora, la controversia se centra en una actuación del Distrito, que los defensores de la zona de protección han interpretado como otro paso de la Administración Peñalosa para concretar su intención de urbanizar parte de los terrenos para darles espacio a vías y proyectos de vivienda. (Lea también: Peñalosa quita otro cerrojo a la protección de la Reserva Van der Hammen)

En un operativo liderado por la Secretaría de Ambiente, en la tarde de este lunes fueron retiradas dos vallas informativas instaladas por la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR) a la altura de la Autopista Norte con Calle 223, en las que claramente se contempla un mapa de la Van der Hammen y se enmarca como “reserva forestal regional productora del norte de Bogotá”.

El hecho generó desconcierto entre la misma Corporación, que a lo largo del martes indagó por las razones que llevaron a la autoridad ambiental a retirar los elementos. Lo anterior, teniendo en cuenta que las vallas no era carácter publicitario y, por el contrario, hacían parte del Plan de Manejo Ambiental de la reserva, ideadas para dar a conocer su delimitación.

El operativo de desmonte –que contó con el acompañamiento del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (DADEP)– no tardó en ser calificado por los defensores de la Reserva como una arbitrariedad. (Lea también: 'La van der Hammen no tiene nada distinto a cualquier otro potrero': Peñalosa)

“Inaceptable: empleados de la Alcaldía retiraron una valla de la CAR que señalizaba la Reserva Thomas van Der Hammen”, reclamó en Twitter Manuel Rodríguez, exministro de Ambiente y profesor de la Universidad de Los Andes. “¿Por qué (Administración Distrital) desmontó ayer valla de la CAR en la Autonorte con 222 que señalizaba la Reserva Van der Hammen?”, se preguntó por su parte Daniel Bernal, de la Fundación Humedales Bogotá.

A los cuestionamientos se sumó también la congresista Ángela Robledo: “Alcaldía de Bogotá inicia desmonte de la Reserva Van der Hammen. ¿Por qué me quitan la valla de la CAR?”, se preguntó a través de Twitter. Mientras que María Mercedes Maldonado, exsecretaria de Hábitat durante la Administración de Gustavo Petro, aseguró: “Mientras Veedurías solicitaban a Peñalosa revisar algunas decisiones del POZNorte, ¿Alcaldía retiraba vallas de la CAR sobre límite (de la Reserva)?”.

Ante la controversia, la Secretaría de Ambiente emitió un comunicado de prensa en el que, tras hacer un recuento de sus actuaciones para retirar publicidad exterior ilegal, argumentó las razones del operativo de desmonte. Según el Distrito, ambas vallas fueron ubicadas de manera ilegal e invadían el espacio público. Adicionalmente, dice la Administración, ni siquiera contaban con autorización.

“El día de ayer la Secretaria Distrital de Ambiente, junto con el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (DADEP), desinstalaron dos vallas alusivas a la Reserva Forestal productora del Norte "Thomas Van Der Hammen", ubicadas ilegalmente en espacio público sobre la Autopista Norte, por fuera del área de la reserva y que no contaban con la autorización previa”, dijo la autoridad ambiental.

En respuesta, la CAR –también a través de un comunicado de prensa y con documentos en mano– desmintió lo dicho por el Distrito. En efecto, la Corporación divulgó las solicitudes de las vallas y la autorización que recibió para montarlas.

“La CAR se permite aclarar (que) solicitó por escrito desde el mes de mayo de 2016 ante la Secretaría Distrital de Ambiente y ante la Secretaría Distrital de Movilidad, la respectiva autorización, especificando las coordenadas exactas donde se instalarían las vallas y tótems de carácter institucional, con información tendiente a divulgar los valores ambientales de la Reserva, así como la delimitación de la misma”, sostuvo el organismo.

En los documentos, fechados en julio pasado, el Distrito le respondió a la CAR: “(…) cuentan con la autorización y viabilidad para que las vallas convencionales de carácter institucional puedan ser instaladas al interior del área de reserva”. En esa línea, la autoridad ambiental regional rechazó que se haya dicho que las vallas eran ilegales y que fueran consideradas publicidad exterior visual.

“La Corporación reitera la legalidad de dichas vallas, las cuales, de acuerdo con la autorización de la Secretaria Distrital de Ambiente, no son consideradas publicidad exterior visual (…) sino vallas de tipo institucional, que cumplen con la autorización de la Administración Distrital”, precisó la CAR.

Luego del rifirrafe, la entidad anunció que realizará una mesa técnica con la Secretaria de Ambiente para aclarar la situación presentada y “determinar la colocación de esta valla informativa”.

Las pretensiones de la Administración

Que el alcalde Enrique Peñalosa quiere urbanizar una parte de la Reserva Thomas van der Hammen no es sorpresa. Que ya esté moviendo fichas para concretar sus planes es lo que enciende las alarmas de quienes llevan casi dos décadas luchando por la conservación de esta zona que asegura la conectividad entre los cerros orientales y el río Bogotá. La confirmación la hizo el mandatario tras anunciar el ambicioso plan de vivienda para la ciudad, que comprende dos fases. En la primera pretende construir 80.000 viviendas, en los próximos dos años, destrabando algunos proyectos.

En una segunda etapa pretenden habilitar 15.000 hectáreas de suelo en el perímetro urbano, con el fin de adelantar el plan Ciudad Paz, con el cual impulsarán tres proyectos: uno en el sur, que incluye expansión hacia Soacha y Mosquera; otro en el occidente, denominado Ciudad Río, cerca de la franja del río Bogotá, y Ciudad Norte. Este último (para un millón de personas) pretende urbanizar al menos 5.000 hectáreas, de las cuales un porcentaje estaría en terrenos de la zona de conservación.

Adicionalmente, en julio pasado el mandatario dijo que esa zona, cuyo suelo es protegido, está causando un embotellamiento al norte de la ciudad. Por eso, le pediría permiso a la misma CAR para que cuatro vías, entre esas la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) y la vía Suba – Cota, pasen por ese territorio. (Lea: Así quedarían dos de las vías que Peñalosa quiere pasar por la Van der Hammen)

Y aunque todavía no hay claridad sobre qué porción de la reserva se pretende intervenir, sí está claro el concepto que tiene el alcalde sobre ella, el cual está muy alejado del que comparten los conservacionistas. Para Peñalosa, casi toda la reserva “no tiene foresta, sino potreros con vacas, que pertenecen a privados”.

Por ello, ha advertido sobre el grave costo ambiental de impedir una “urbanización bien hecha”. Su concepto lo respalda con las cifras del plan de manejo de la reserva, que indican que apenas el 7,8% son ecosistemas de conservación, mientras que el 92,2% lo ocupan áreas deportivas, colegios, industrias, rellenos de escombros, casas, establecimientos comerciales, estaciones de servicio y, en su gran mayoría, áreas agropecuarias.

Por Redacción Bogotá

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