En marcha las obras de la planta de tratamiento que limpiará el 80% del río Bogotá

La construcción de la segunda fase de la PTAR inició hace dos semanas. Tendrá una duración de cuatro años y permitirá tratar un caudal de aproximadamente 605 millones de litros diarios de aguas residuales domésticas, provenientes del norte y centro de la ciudad.

Redacción Bogotá
17 de abril de 2017 - 10:06 p. m.
Cortesía
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La ampliación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) en el occidente de Bogotá, que  tanta controversia causó entre ambientalistas, residentes aledaños a la zona de construcción, y la Corporación Autónoma Regional (CAR) arrancó la semana pasada, pese a que algunos vecinos no estaban de acuerdo con las obras. (Lea: Nuevos choques por la PTAR Salitre)

Este proyecto, que cuenta con el acompañamiento técnico del Banco Mundial, permitirá tratar un caudal de aproximadamente 605 millones de litros diarios de aguas residuales domésticas provenientes del norte y centro de la ciudad -cantidad suficiente para llenar cerca de 242 piscinas olímpicas en un día- mediante un proceso de lodos activados con decantación secundaria.

Asimismo, la ampliación de la segunda fase de la PTAR Salitre servirá para aumentar el volumen de limpieza. Pasará de tratar 4 m3 /s de aguas residuales a 7 m3 /s. Así mismo, mediante un proceso más avanzado estabilizará los lodos logrando la degradación de la materia orgánica, convirtiéndola principalmente en gas metano, el cual se aprovechará para suministrar alrededor del 30% de la energía que requiere la planta para su funcionamiento.

El Consorcio Expansión PTAR Salitre, seleccionado mediante licitación pública internacional por la CAR, será el encargado de ejecutar el Proyecto de Ampliación y Optimización de la planta. Cuatro años de construcción, uno más de transición y entrada en operación, es el tiempo que deberá esperar la comunidad para ver la obra culminada.

De acuerdo con la entidad, la construcción permitirá cumplir el fallo del Consejo de Estado; que obliga al Distrito a descontaminar el río Bogotá, pues la PTAR limpiará en un 80% la afluente. Además,  ayudará a liberar de basura el río Magdalena, cuya fuente hídrica es contaminada principalmente por el canal fluvial más importante de la capital.

Aunque en repetidas ocasiones varias personas de las localidades de Engativá y Suba se negaron a la ampliación, por los daños ambientales que según ellos la planta le ocasiona a la fauna, flora y al humedal que bautizaron El Cortijo, la obra ya es un hecho. La desaparición del espejo de agua, que se confirma al revisar los planos de la PTAR Salitre, fue la causa que desencadenó el rechazo de la comunidad al proyecto. Desde 2014, los vecinos emprendieron una lucha en contra de la CAR, con el argumento de la preservación del humedal.

A pesar de que la CAR confirmó que en efecto se tapará el espejo de agua, dijo que está acción no es injustificada, sino por una razón clara: el sitio donde está el humedal, hace 30 años, era un basurero, que hoy esconde materiales peligrosos. También señaló que, a largo plazo, si se mantiene el ecosistema acuático, las especies morirían por contaminación. Sin embargo, se comprometió a reemplazar este espacio por un humedal artificial de 12 hectáreas, que se  alimenta del agua tratada en la PTAR.

Por Redacción Bogotá

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