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El alcalde Enrique Peñalosa anunció esta semana que, probablemente, a partir de febrero cambiará el sentido la Carrera 11 entre las calles 82 y 100. Este corredor había funcionado tradicionalmente solo de norte a sur en sus dos calzadas, pero desde marzo de 2015 la anterior administración decretó el funcionamiento en ambos sentidos. La medida generó debate desde un comienzo.
Según explicó la entonces secretaria de Movilidad, María Constanza García, la idea era favorecer los buses de transporte público, ya que por cada bogotano que se desplaza en carro, cinco lo hacen en bus. Además, para facilitar el recorrido peatonal por la zona se implementaron nuevos semáforos. Los seguimientos de la propia Secretaría, sin embargo, concluyeron que el plan no funcionó como lo planearon.
Hay dos informes de la Secretaría de Movilidad que demuestran los inconvenientes. Tan solo un mes después de la implementación, en abril de 2015, el reporte indicó que los tiempos de viaje habían aumentado por varias razones: las obras viales en el sector, el aumento de los semáforos peatonales y, aunque la administración intentó evitar trancones habilitando vías alternas para los carros que viajaban de norte-sur (el sentido que tradicionalmente había tenido la vía), la demanda por esa calzada no disminuyó. “A pesar de haber socializado el uso de vías alternas, la comunidad no cambia sus hábitos de viaje”, explicaba el informe.
En una encuesta que realizó la Secretaría, casi el 70% de los usuarios decía no haber sentido ninguna mejora en los desplazamientos.
Un segundo informe llegó a los dos meses de implementación. Concluyó que circulaban en el sentido tradicional Norte – Sur 2.500 vehículos cada hora a una velocidad de 15 kilómetros por hora. Mientras tanto, en el nuevo sentido, Sur-Norte, pasaban sólo 1.000 a 19 kilómetros por hora. La demanda en este último, entonces, no fue la esperada.
A esto se sumaron 79 obras viales en el sector, 14 de ellas de alta interferencia.
El resultado: la Carrera 11 bajó su velocidad de operación 15 a 12 kilómetros por hora.
Pero no todo fue negativo. El segundo informe explicaba que gracias a la implementación del doble sentido tanto en la 11 como en la carrera séptima (tras la eliminación del contraflujo en esta última) se abrió una nueva conexión desde la calle 45 hasta la calle 127 que le ahorraba a los viajeros 9 kilómetros.
El alcalde Peñalosa y el nuevo secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo, pretenden ahora reversar la medida, aunque anunciaron que esperan el resultado de nuevos estudios.