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El aumento de casos de COVID-19 en Bogotá ha encendido las alarmas. Las aglomeraciones que se han presentado en las últimas semanas, no solo en San Victorino sino además en centro comerciales por cuenta de la temporada decembrina, desencadenaron el regreso de medidas como el pico y cédula y de la imposición de otras restricciones para la venta de bebidas alcohólicas durante Navidad y Año nuevo.
Aunque se habían anunciado posibles nuevas medidas por el aumento de casos para el 28 de diciembre, este fin de semana la alcaldesa Claudia López aseguró que, tras reunión con los secretarios para evaluar la situación epidemiológica de la ciudad, se concluyó que por ahora no se implementarán nuevas medidas, ya que se tendría controlada la ocupación de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) para pacientes COVID-19.
“En estos días hemos tenido desafortunadamente un incremento de casos importante, pero el Centro de Regulación de Urgencias y Emergencias (CRUE) nos notifica que se han podido asignar los pacientes a hospitalización y a Unidades de Cuidados Intensivos y no tenemos una preocupación de riesgo para el sistema hospitalario”, dijo la mandataria.
Por su parte, el secretario de Salud, Alejandro Gómez, indicó que “los dos días que llevamos de este puente han sido mayoritariamente buenos, pero aún hoy tenemos que hacer el llamado a que no se reúnan más allá de 10 personas y del primer círculo familiar. Cuidémonos, si todos nos esforzamos podremos terminar de pasar este puente de la mejor manera”.
En la ciudad se mantiene el pico y cédula y, por la final del fútbol colombiano habrá la ley seca hasta mañana a las 6:00 p.m. Además, del próximo 31 de diciembre hasta el 1 de enero se volverán a imponer las restricciones de venta de licor en restaurantes, bares y tiendas, aunque la medida no aplica para domicilios.