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Una mirada inglesa al sistema de salud colombiano

Entrevista con Andrew Vallance, director del Grupo Médico Bupa y experto en temas de salud, quien explica cuál es el deber ser de un modelo de salud. "No hay que pensar la salud como un negocio" dice.

Diana Carolina Cantillo E.
22 de octubre de 2012 - 07:08 p. m.
Andrew Vallance se opone a que el derecho a la salud y que el acceso a los servicios varíen de acuerdo al nivel de ingreso de las personas.  / Luis Ángel
Andrew Vallance se opone a que el derecho a la salud y que el acceso a los servicios varíen de acuerdo al nivel de ingreso de las personas. / Luis Ángel

El sistema de salud inglés es uno de los mejores del mundo. Es por eso que Andrew Vallance, director del Grupo Médico Bupa, una organización mundial de productos y servicios de salud que está en la industria desde 1947, fue invitado por el Distrito para que compartiera la experiencia inglesa y analizara el modelo de aseguramiento en salud en Colombia.

En Inglaterra, sólo 10% de la población contrata particularmente sus servicios de salud, mientras que el otro 90% recibe la atención médica gratita por parte del gobierno. El modelo se sostiene a través de impuestos y los recursos son vigilados por inspectores independientes.

En entrevista con El Espectador, Vallance se opone a que el derecho a la salud y que el acceso a los servicios varíen de acuerdo al nivel de ingreso de las personas. Considera que la propuesta de la Secretaría de Salud del Distrito de convertirse en la única EPS del régimen subsidiado es sana en la medida en que no se pierda la función rectora de esa entidad de velar por la atención de las personas, por lo tanto, Vallence recomienda tener auditores externos que vigilen su funcionamiento.

¿Qué piensa del sistema de salud Colombiano?

El sistema es frágil aunque existe un flujo de dinero importante, y la gente no confía en él. Hay una franja divisoria muy amplia entre los subsidiados y los contributivos, y la salud no se puede estratificar de acuerdo a lo que ganes. En Colombia no se compite por tener el mejor servicio sino por el número de usuarios. En mi país hay una competencia entre los hospitales privados y públicos. El que mejor preste los servicios, tendrá más usuarios y mayor ingreso de recursos. La competencia es sana porque ambos tienen asignadas las tarifas las mismas para cada uno de los servicios médicos, tengo entendido que aquí se contrata con valores distintos para los hospitales públicos y privados.

¿Por qué cree que en Colombia no hay confianza en el sistema?

Lo más importante es el resultado en la salud de la gente, y las personas no lo están viendo: las filas enormes, las barreras de acceso… Además los escándalos de corrupción y la gente sabe de los intereses y las influencias con las que se mueven los políticos en el sistema. En Inglaterra, por ejemplo, las compañías pagan sus impuestos para la salud porque saben que un trabajador sano es un buen empleado, un activo. No hay que pensar la salud como un negocio, es mejor pensar que la salud es sinónimo de desarrollo social y económico.

¿Cómo era el sistema de salud inglés?

La primera reforma que se le hizo al sistema fue en 1948. Esta reforma se dio porque los actores del sistema estaban fragmentados y eso generaba una segregación social. La gente tenía que pagar por sus propios servicios, y quienes tenían más dinero pues contrataban directamente con los grandes hospitales y quienes no tenían dinero y que iban a los hospitales de caridad debían pagar por los servicios.

¿Cómo es ahora?

Ahora el sistema es comprensivo: los pobres y ricos tienen el mismo acceso y no deben pagar por los servicios de salud. Y se financia a través del pago de impuestos de ciudadanos y empresas, y las personas de mayores ingresos, que pagan más impuestos, subsidian a los más pobres. Los impuestos llegan al gobierno y allí son destinados a educación y salud, no hay un impuesto único para el sistema de Salud.

¿Cómo se logró el cambio de modelo?

El cambio fundamental se dio después de la segunda guerra mundial, el sistema estaba colapsado y desde esa época hasta la fecha se ha venido haciendo cambios pequeños. Al principio existió mucha resistencia de un sector de la sociedad, sobre todos de los hospitales privados y los médicos. Por lo general, los ciudadanos piensan que tienen un sistema fuerte, aunque siempre habrá críticas. En la actualidad, el 10% de la población contrata sus servicios de salud con privados, aunque puede hacerlo también con el sistema público, y hay que reconocer que los hospitales privados tienen mejor infraestructura y los usuarios tienen más rápido acceso de los servicios.

En Inglaterra, ¿existen las EPS?

Hay aseguramiento privado, pero sólo tiene al 10% de la población que es la que contrata sus servicios directamente con hospitales privados. En mi país no existe la intermediación de lo que aquí llaman EPS en el sistema público. Hay médicos familiares que atienden a los pacientes y los trasladan, de acuerdo a la tipología, a los hospitales.

¿En qué cree que falla Colombia en la regulación de los recursos del sistema de salud?

Que la regulación no es independiente del gobierno y eso se presta para la intermediación de intereses políticos y que sean esos inspectores quienes establezcan los estándares de calidad y que vigilen que los recursos vayan a donde tengan que llegar, que auditen la situación financiera de los hospitales y que además hagan un escalafón de cuáles hospitales van mal o bien y que esto lo conozca la ciudadanía, de esta manera las personas tomarán mejores decisiones en cuanto a su salud.
En Inglaterra existe un fondo que se encarga de administrar y girar el dinero de los impuestos que es destinado para la salud, éste gira los recursos a los hospitales y proveedores, y existen dos reguladores independientes.

Teniendo en cuenta que la Secretaría de Salud quiere convertirse en la gran EPS del régimen subsidiado en la capital del país, ¿cree que se desvirtuaría el papel de vigilancia que esta entidad cumple?

Yo recomendaría que aparte de la labor de vigilancia que hagan los inspectores del gobierno, sería necesario tener una auditoría externa. Ahora tocaría revisar qué posibilidades jurídicas existen para que esto sea viable. El caso es que en Inglaterra no existe lo que aquí llaman subsidiados y contributivos. En mi país sencillamente, los pacientes escogen al médico familiar que ellos deseen, si ahí no encuentran una cura, este médico remite a la persona a un hospital que pueda tratarlo.

¿Qué otros problemas ve en el sistema colombiano?

En Inglaterra, es el doctor el que busca el paciente no al contrario. En mi país hay un hospital que tiene un eslogan: “el paciente te va a ver ahora, doctor”. Y aquí en Colombia es totalmente diferente. No hay que enfocarse en el negocio, sino en los pacientes.
La salud no puede ser en sí el negocio, el negocio es que la gente está saludable para que la economía también lo esté. Eso es lo que motiva, por ejemplo, a las compañías de mi país a pagar sus impuestos, saben que un trabajador sano es un trabajador feliz y por lo tanto productivo. Ahora, las personas no van a pagar impuestos que saben que no se le va a hacer retribuido o que estén seguros de que los recursos van a ser destinados con transparencia. 

Por Diana Carolina Cantillo E.

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