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En la carrera espacial, que solía estar dominada por Estados Unidos, China ha empezado a tener un papel protagónico. El lanzamiento de la sonda Chang'e-4 al lado oculto de la Luna y el liderazgo en el ranking de lanzamientos espaciales en 2018, con 37 misiones, son una buena muestra de las aspiraciones del país asiático. Aspiraciones que durante 2019 irán acompañadas de otra cifra: esa nación espera enviar 50 naves espaciales. (Lea Así será el gigantesco sucesor del colisionador que descubrió la “partícula de dios”)
La cifra la dio a conocer la agencia de noticias estatal Xinhua, junto algunas de las misiones que esperan concretar los científicos chinos. Entre ellas está el tercer lanzamiento del Larga Marcha-5, un cohete de largo alcance que se pondrá a prueba en el mes de julio, justo dos años después de que el anterior modelo fracasara tras su despegue. (Lea Sassy Science, la primera ‘drag queen’ del mundo que divulga ciencia)
En caso de ser un éxito, ese artefacto será el encargado de transportar la sonda Chang'e-5 a la Luna a finales de este año, señaló Yang Baohua, vicepresidente de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CASC, por sus siglas en inglés).
La Chang'e-5, que inaugurará la tercera etapa del programa de exploración lunar del país asiático, se encargará de recoger muestras de la superficie lunar para posteriormente enviarlas a la Tierra, precisó Pen Jing, científico de la Academia China de Tecnología Espacial encargado de la misión.
Entre las ideas que China espera llevar a cabo también están diversos ejercicios en el Centro Espacial de Wenchang (en la isla sureña de Hainan). El vuelo del Larga Marcha 5-B, es uno de ellos. Se trata de un cohete de carga pesada que resultará clave en la construcción de la estación espacial china, indicó Shang Zhi, director del Departamento de Espacio de la CASC.
Este cohete, con capacidad para transportar más de 22 toneladas de peso, llevará consigo tanto el módulo principal como los módulos de experimentación de la futura estación espacial.
El país asiático también pondrá en órbita diez satélites este año con el fin de completar el sistema de navegación Beidou -la alternativa china al GPS- en el 2020.