Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En la era en la que el Gobierno de la principal potencia mundial, EE.UU. habla de "hechos alternativos", los científicos del mundo tomarán este fin de semana las calles para reclamar a los líderes y legisladores políticas basadas en evidencias científicas.
Los científicos cambiarán la bata blanca por la pancarta este sábado en cerca de 250 marchas en distintos puntos del mundo, entre las que destacan las decenas organizadas en Estados Unidos, lugar en el que surgió la iniciativa el año pasado y que ahora cumple su segunda gran edición anual.
Uno de los retos fijados por la organización es el de presionar a los políticos del globo para que elaboren políticas en base a las investigaciones científicas demostradas.
Precisamente, su origen en 2017 fue una respuesta a los recortes en materia de ciencia e investigación y protección medioambiental que fueron anunciados por el presidente, Donald Trump, tras ser investido. (Lea también: Movilización mundial en defensa de la ciencia)
La diversidad dentro de la comunidad científica, los avances generados a través de las investigaciones y llevar a las aulas el mundo de los laboratorios y las conferencias científicas son otros de los motivos que les llevan a organizarse.
Entre las voces encargadas de personalizar y liderar estas consignas, se encontrará Marina Suárez, que será una de las portavoces de la manifestación de San Antonio, Texas.
Profesora de Geología en la Universidad de Texas en San Antonio, Suárez ha cosechado entre otros logros el de dar nombre a una especie de dinosaurio, que fue descubierta por ella y su hermana gemela, Celina, en 2010 en el estado de Utah.
El "Geminiraptor suarezarum" -nombre que le pusieron al reptil en honor a las investigadoras que lo descubrieron- medía entre 1,82 y 2,13 metros de largo y existió hace alrededor de 127 millones de años, cuando convivían especies pertenecientes al Cretácico superior y otras más características del Jurásico.
El primer término del nombre hace referencia a la relación entre las dos hermanas, gemelas, mientras que el segundo recoge su apellido.
"Encontrar a un dinosaurio es algo con lo que todo niño sueña. Fue muy ilusionante ser la primera persona en ver los restos de un animal que se extinguió hace millones de años", dijo Suárez en declaraciones recogidas por la Universidad Johns Hopkins cuando se produjo el descubrimiento.
El trabajo científico de Suárez fue reconocido en 2016 con una beca por valor de medio millón de dólares para apoyar sus investigaciones en paleoclimatología en Estados Unidos, China y España, según informó entonces la Universidad de Texas.
Otra de las expertas que agarrará el micrófono es Evelyn Valdez-Ward, una joven indocumentada y beneficiaria del extinto programa de Acción Diferida (DACA), que prepara su doctorado en Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de California en Irvine.
Valdez-Ward trata de abogar por la protección medioambiental desde sus investigaciones, pero en los últimos meses también ha tratado de presionar a la comunidad científica para que se movilice y defienda a los "soñadores", el término con el que se conoce a los jóvenes indocumentados amparados por DACA hasta el pasado septiembre, cuando Trump lo canceló. (Recortes en investigación climática en EE.UU pueden afectar a todo el mundo)
La historia de la científica fue recogida por la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, durante un debate sobre el presupuesto federal el pasado febrero, en el que alabó la labor de Valdez-Ward, que actualmente estudia los efectos del cambio climático en la interacción entre plantas y sus microbios.
Este año los organizadores de las marchas, cuyo epicentro es Washington, esperan una menor asistencia que el 22 de abril del pasado año, cuando consiguieron protagonizar 600 marchas en 66 países y reunir -según sus datos- a cerca de un millón de asistentes en total.
Entonces, más del 80 % de las personas que acudieron a las manifestaciones dijeron que era la primera vez que salían a la calle a reivindicar una causa.
Ahora, profesores, estudiantes, investigadores y líderes comunitarios marcharán en diferentes latitudes, desde Abuja (Nigeria) hasta Lima (Perú), con un mismo objetivo: reclamar el papel de la ciencia en el mundo actual.