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En la década de los noventa, el antropólogo británico Robin Dunbar planteó una provocadora tesis: mientras mayor sea el cerebro de un animal, mayor es su grupo social. La explicación era sencilla. Si un animal tiene mayor capacidad de memoria puede, por lo tanto, recordar más fácilmente a sus compañeros e interactuar con ellos.
Pero Dunbar no dejó las cosas ahí, como lo rescata esta semana en un artículo la revista MIT Technology Review. Extrapoló datos del tamaño del cerebro humano y concluyó que lo razonable era que la esfera social de una persona no excediera las 150 personas. Información sobre el tamaño de distintos grupos de cazadores reforzaban la hipótesis.
En los años siguientes Dunbar siguió dándole vueltas a su teoría hasta formularla en términos de niveles. El nivel de amistad más cercano de una persona estaría conformado por máximo 5 personas, el siguiente por 10, luego vendría un círculo de unos 35 individuos hasta llegar a uno más lejano de 100.
Comprobar la veracidad de la hipótesis de Dunbar no había resultado fácil hasta ahora cuando un grupo de científicos de la Universidad de Oxford unió fuerzas con el antropólogo para encontrar los datos necesarios.
¿Cómo lo hicieron? Con acceso a millones y millones de datos asociados a la llamadas de celular de un país europeo. En total, los científicos se las arreglaron para manipular seis mil millones de datos provenientes de las llamadas de 35 millones de personas durante un año específico, 2007.
Un primer paso consistió en intentar desechar las llamadas relacionadas con negocios. Así que sólo entraron en consideración de los analistas las llamadas recíprocas entre individuos. En el experimento además se asumió que la fuerza emocional entre dos personas de alguna manera está cifrada en el número de llamadas que se establecen entre ellas.
Al aplicar algunos algoritmos en busca de patrones, el experimento arrojó los resultados esperados. Con algunas pequeñas variaciones al aplicar distintos métodos de medición, al final el equipo de Oxford dice que encontró un patrón similar en las llamadas al predicho por Dunbar con sus niveles: 4.1, 11.0, 29.8, y 128.9 .
“Estos números son un poco menores que los de las capas de Dunbar, pero están dentro de un rango de variación natural”, apuntaron los científicos.