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La Megachile Pluto es una abeja que le hace honor a su nombre común: “abeja gigante de Wallace”. Con un tamaño que puede alcanzar los cuatro centímetros (en el caso de las hembras) y con unas mandíbulas similares a las de un escarabajo, este insecto ha seducido por años a los biólogos. Solo había un problema: dejaron de verla hace 38 años. Hasta ahora, que acaba de ser “redescubierta”. (Lea Calamares, ¿la alternativa para reemplazar el plástico?)
Un equipo de biólogos estadounidenses y australianos encontraron un ejemplar de esa especie descubierta por primera vez en 1878 por el naturalista británico Alfred Russel Wallace. Lo hicieron en las islas Molucas que hacen parte de un archipiélago de la República de Indonesia. (Lea El mapa que muestra cómo se veía cualquier ciudad desde hace 750 millones de años)
"Fue absolutamente impresionante ver a este 'bulldog volador' que ya no estábamos seguros de que existiera. Ver realmente qué hermosa y grande es la especie, escuchar el sonido de sus gigantescas alas mientras volaba por mi cabeza, fue simplemente increíble”, le dijo al diario inglés The Guardian Clay Bolt, un fotógrafo que obtuvo las primeras imágenes de la abeja con vida. (Lea El plástico de la canasta básica colombiana tardará miles de años en degradarse)
El hallazgo lo hicieron en un nido de termitas a más de dos metros del suelo y ha revivido las esperanzas de muchos entomólogos. Las últimas noticias que habían tenido de ese insecto fueron gracias a Adam Messer que en 1981 la observó en las islas de Indonesia. (Haga click aquí para ver la imagen de la abeja Megacjile Pluto)
Messer, entonces, detalló cómo la Megachile Pluto usaba sus mandíbulas pata recolectar resina y fabricar nidos en los árboles.
Sin embargo, desde esos años, la abeja ha tenido que enfrentar dos serias amenazas. La primera es la intensa deforestación que se ha desatado en Indonesia para proyectos agrícolas. La segunda, es difícil de rastrear: se ha convertido en una rareza para los recolectores y coleccionistas. Muchos están dispuestos a pagar grandes sumas de dinero por un ejemplar.
De hecho, como lo cuenta un reportaje en National Geographic, el año pasado el biólogo Nicolas Vereecken, de la Universidad de Bruselas, descubrió que en portal eBay un vendedor estaba comercializando un ejemplar por US$ 9.100, casi $30 millones (pesos colombianos).
"Sabemos que publicar las noticias sobre este redescubrimiento podría parecer un gran riesgo dada la demanda, pero la realidad es que los coleccionistas sin escrúpulos ya saben que la abeja está ahí fuera”, advirtió a The Guardian Robin Moore, biólogo de Global Wildlife Conservation. Pero “al convertir a la abeja en un buque insignia de conservación mundialmente famoso, confiamos en que la especie tenga un futuro más brillante que si dejáramos en el olvido”.