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No hay duda de que la ciencia suele encontrarse con algunos descubrimientos que son presentados de manera bastante curiosa. Este es el caso de un estudio publicado en la revista científica Nature Astronomy y realizado por científicos de la Universidad de Oxford en el que llegaron a la conclusión que la atmósfera sobre Urano está compuesta de un gas que hace al planeta oler “a huevos podridos”.
Al utilizar un instrumento conocido entre los científicos como el Espectrómetro de Campo Integral Cercano Infrarrojo (NIFS), ubicado en el telescopio Gemini North en Hawaii, los investigadores se pusieron en la misión de estudiar cuál era la composición química de las nubes que rodean a Urano. Una pregunta que, además, se buscaba resolver por primera vez. Así encontraron que estas nubes están compuestas del gas sulfuro de hidrógeno (H2S)- o ácido sulfhídrico- un compuesto que tiene un distintivo olor a huevos podridos y cuyo aroma incluso resulta nocivo.
"Si alguna vez un humano desafortunado descendiera a través de las nubes de Urano, se encontraría con condiciones muy desagradables y fétidas", dijo Patrick Irwin, coautor del estudio, a la BBC. Pero también afirmó que, si alguna vez alguien llega a acercarse lo suficiente a Urano, caería muerto mucho antes de sentir el peculiar olor. "La asfixia y la exposición en la atmósfera negativa de 200 grados Celsius ... cobrarían su precio mucho antes del olor".
Lo cierto, es que el reciente estudio no sólo revela el mal olor del planeta, sino que da algunas pistas de qué tanto se parece la atmosfera de Urano al de otros grandes planetas, como Júpiter y Saturno. Un aspecto que puede ayudar a descifrar la antiquísima historia de los planetas del sistema solar.
De hecho, los científicos venían especulando que las nubes, tanto de Urano como de Neptuno, tenían hielo amoniacal (NH3), una sustancia presente en Júpiter y Saturno. Sin embargo, llegar a determinarlo sólo con la información que registraban los telescopios terrestres y la nave espacial Voyager 2 no permitía que fueran datos conclusivos. Este nuevo estudio, sin embargo, señala que son varias las diferencias atmosféricas de los planetas.