Charles Manson murió en prisión a los 83 años. Cuando lo encerraron debido a los asesinatos que cometió la madrugada del 8 de agosto de 1969, lo condenaron a la pena de muerte, que inmediatamente cambió a cadena perpetua a causa de las leyes del Estado de California. / Cortesía
Charles Manson decía que era todo y no era nada. Que no se arrepentía de lo que lo acusaban porque para él nunca había hecho nada malo. Decía que era libre a pesar de los muros en los que lo habían encerrado, que su libertad se hallaba en su mente y que ahí podía estar en todos lados, en donde eligiera y con quien quisiera. También se burlaba cuando le preguntaban sobre Dios, o sonreía, no se sabía, pero minutos después hablaba de la biblia y de lo pronto que se condenarían los que lo juzgaron.
Por Laura Camila Arévalo Domínguez
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