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Electra en “El acoso”, de Alejo Carpentier

Presentamos una lectura de El acoso, de Alejo Carpentier, desde la tragedia de Electra y su aparición en esta novela.

11 de febrero de 2021 - 10:52 p. m.
Alejo Carpentier (1904-1980) fue un escritor cubano cuyas obras literarias se vieron influenciadas por su pasión por la música clásica, ya fuera en las historias de las mismas como en sus estructuras.
Alejo Carpentier (1904-1980) fue un escritor cubano cuyas obras literarias se vieron influenciadas por su pasión por la música clásica, ya fuera en las historias de las mismas como en sus estructuras.

El acoso de Alejo Carpentier presenta la situación de un joven al que persiguen, por un lado, integrantes del régimen dictatorial de Gerardo Machado en Cuba y, por el otro, unos hombres que lo acusan de delator. El acosado, que se esconde en un auditorio en el que están presentando la Sinfonia Eroica de Beethoven, sale y vuelve a regresar al lugar; en esos desplazamientos se entrevé el entorno cubano de la dictadura.

Cuando el acosado sale de donde Estrella, camino a la Casa de la Gestión, pasa por la universidad y recuerda que los estudiantes de literatura normalmente presentan obras de teatro en el Patio de las Columnas. En efecto, están presentando Electra. El joven escucha: “Las imprecaciones se cumplen; vivos están los muertos acostados bajo tierra; las víctimas de ayer toman en represalias la sangre de sus asesinos” .

Lo anterior lleva a una pregunta por los contextos, por cuál es el motivo de traer este motivo literario griego a la Cuba de la dictadura de Machado. Esa cita de la tragedia griega aparece en dos momentos y es pronunciada por el coro, a modo de predicción. Uno de los momentos es en la Electra, de Sófocles, luego de que Orestes asesine a Clitemnestra, justo antes de que vaya a acometer lo mismo con Egisto. El otro, aparece en la Orestiada, de Esquilo, avisando de la persecución que Orestes tendrá por parte de las Erinias.

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En la tragedia griega, la muerte trágica es un asunto conocido por la colectividad representada en el coro. En la targeida, el coro tiene una voz y los personajes cuentan con cierta capacidad de agencia. Mientras que en Sófocles y Esquilo la cita predice la muerte, basada en una justificación de equilibrar, de restablecer el orden primario, -la muerte de Egisto (así como la de Clitemnestra) para vengar la de Agamenón, la muerte de Orestes para vengar la de Clitemnestra y Egisto-, en El acoso, podría plantearse, la cita predice la muerte del acosado, una muerte que, en contraste con la tragedia, no se da como parte de una justificación ni en el conocimiento del colectivo: no hay qué equilibrar y existe el anonimato, la muerte sin nombre: es una dictadura que lo copa todo.

Después de escuchar al coro, el acosado piensa en lo que viene en la historia de Orestes: “los tiempos del Tribunal”, y es irónico que esto ocurra porque para el acosado -para su muerte profetizada- no habrá tribunal alguno. Precisamente, es interesante que Electra se presente en medio del camino entre la casa de Estrella y la Casa de la Gestión: entre el único personaje con poder de decisión y auto-reflexivo, y una de las instituciones que lo ejercen todo (y que está en ruinas), esto como representación de los órdenes dentro de una dictadura. Aquí, el acosado camina de la posibilidad de agencia y autodeterminación -representada en Estrella- hacia la inutilidad y deshumanización de la Institución, pasando por unas voces que predicen su muerte anónima y sinsentido, la muerte que impera en la Gran Institución dictatorial.

Un aspecto que no debe ignorarse es el leitmotiv en la novela: “HOC ERAT IN VOTIS”; que se refiere a cuando un anhelo de algún personaje finalmente se cumple.

Cuando el acosado está pasando por la universidad, justo antes de escuchar al coro, ve que en uno de los edificios aparece escrito Hoc erat in votis. Luego de leerlo, escuchar el coro y pensar en el tribunal, lo que el acosado tendrá no será el cumplimiento de su añoro de escapar (recordando que en algún punto de la novela el acosado imagina la posbilidad de hacer su vida en otro lugar) ni que alguna justicia le salve la vida y se restablezca algún orden -que aquí no hay-, sino la muerte misma. Este leitmotiv, relacionado con Electra, también va a ser un motivo irónico que, mediante la predicción, lleva a comprender cómo la novela replantea y cuestiona la muerte en el contexto de una dictadura cubana en la que la colectividad no tiene voz, las personas no tienen capacidad de agencia y todo está vuelto sobre una institucionalidad en ruinas.

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