Integrantes de los diez pueblos indígenas que habitan el Resguardo trabajaron junto al artista Pedro Ruiz para la exposición “Universo en peligro”
Foto: Archivo Particular
En donde confluyen el río Meta y el Casanare hay un resguardo indígena que pasó de tener tres millones de hectáreas a 94.670 en 1986, lo que hoy representa para las 803 familias de las comunidades que lo habitan un área menor al 14 % que requieren para su sostenimiento. Según este cálculo de la UAF (unidad agrícola familiar), la insuficiencia de recursos naturales en el resguardo ha generado conflictos internos y externos. La riqueza de esta tierra ha perpetuado la pobreza y la deslegitimación histórica sobre el territorio.
Por María Paula Lizarazo
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