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“Cuando pensé en una posible edición de esos apuntes en mis diarios, lo primero que hice fue conversar con mis hijos y pedirles permiso para hacerlo. Tuve muchas dudas porque hay partes muy duras, demasiado dolorosas. Pero de alguna manera no quería que cuando yo ya no esté, fuera mi familia la que pudiera enfrentar el dilema de publicarlos pensando
en que como nunca quise botar esos viejos cuadernos alguien pudiera interesarse en ellos después de mi muerte”.
¿Y sí le dieron permiso?
Claro, sin su consentimiento no me hubiera atrevido a compartirlos. Ellos me dijeron: no te preocupes, publícalos. Nosotros no los vamos a leer. La iniciativa de no leerlos fue de ellos, y bueno, es muy normal que uno de hijo nunca quiera saber, por ejemplo, la vida sexual de sus padres y en este libro también hay mucho sexo. El sexo sigue siendo un tabú muy grande entre padres e hijos.
¿Por qué escribía diarios?
Los diarios son una herramienta de autoconocimiento, también son la sustancia para escribir otros libros. En mi caso, realmente, fueron una manera de no enloquecerme. En esos apuntes están plasmados una parte de mi vida, mis obsesiones, y quizás, lo más oscuro de mi existencia.
Hay una tendencia curiosa de los escritores a nivel mundial de publicar textos confesionales, autobiografías, memorias, diarios…
Bueno, por lo menos en Colombia, que yo sepa, en los últimos cincuenta años ningún escritor del país ha publicado sus diarios. Este libro no obedece a ninguna tendencia. Sí, hay mucho de autoficción en muchos de los libros nuevos. Pero hacer un diario, que es un género viejo, no se decide de un día para otro. A los sesenta años, a mí no se me puede ocurrir, ah, voy a publicar un diario. No, a los sesenta años si quieres publicar un diario tienes que haber escrito un diario, por lo menos desde los veinte. Así que mi libro no obedece a ninguna moda actual.
También está en el Hay Festival de Cartagena acompañado del prestigioso director español Fernando Trueba, el responsable de llevar al cine su aclamado libro El olvido que seremos, cuéntenos qué significa esto para usted?
Mira, me ha significado tener nuevos amigos en la vida. Me he vuelto gran amigo de Fernando Trueba y de Javier Cámara. Eso ha sido lo más bonito que me ha dejado la experiencia de llevar mi novela a la pantalla. He encontrado en ellos personas maravillosas. Más allá de que la película vaya a ser un éxito o que no pase nada, yo ya gané muchísimo. Ahora tengo grandes amigos.
¿Cuál fue su participación, y qué sugerencias planteó?
No, nada. Fernando hizo lo que quiso, realizó su propia película sin que yo le dijera estos elementos tienen que estar o esto debe omitirse. Es una película muy de él, muy de su lenguaje. Yo no sugerí nada. Bueno, le recomendé a él mismo que fuera su director, yo le pedí eso, y también que Javier Cámara fuera su protagonista, por el parecido físico con mi papá y por su forma de ser. Lo único que yo tenía que hacer era aprobar el guión. Duré varios meses con miedo a leerlo pero finalmente lo leí, y de inmediato me gustó, sin cambiarle nada.
¿Cuándo se estrena la película?
Todavía no sé. El cine de arte tiene primero una trayectoria por los festivales. Su estreno
depende del festival en el que la acepten. Supongo que será en el segundo semestre de este
año, pero no podemos dar una fecha todavía.