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25 de febrero. El colectivo
Tenemos que ajustar nuestros proyectos con las calidades artísticas que esperamos que tengan, en una suerte de equilibrio de malabaristas, en las que pesan el tiempo, el dinero, el trato interpersonal, los egos, los cumplimientos de contratos, las participaciones, los sobrecostos, las leyes propias y de los países con los que coproducimos, las políticas cambiarias y un sinfín de ítems más que debemos balancear para hacer una película.
Los productores siempre estamos detrás de cámaras resolviendo cosas, cuando son reconocidos es porque han sido antes directores o actores. En fin, esa situación me carcomía el ego, así que fui a tomar yagé con esa pregunta, si quería seguir o no produciendo o si mejor me dedicaba a un oficio menos ingrato.
Durante la toma empecé a sentir a quien tenia al lado, sentía cómo la energía fluía por la cabeza y por el cuerpo para luego comunicarse con quien estuviera al lado. Si me acercaba a alguien que estaba maluco o con rebote, a mí también me daba, si me acercaba a alguien que estaba triste, podía sentir esa tristeza.
Al llegar la madrugada, todo el sentimiento era de Amor, de éxtasis, y entendí que todos estábamos interconectados, que éramos todos parte de un mecanismo que no entendía, pero funcionaba así para algo más grande que el propio ego, que el propio cuerpo. Entendí que producir era engranar una máquina, que el fin propio no era el reconocimiento sino la obra, así que pude reconciliarme como productora y seguir.
Mediáticamente, los únicos visibles son los directores y actores, pero hay equipos grandes creando las películas. Hay varios niveles de creación, cada departamento está guiado por uno o varios artistas: escritor, artista plástico, fotógrafo, diseñador, creador sonoro, editor, músico; cada creación tiene sus propias historias, referentes, procesos.
Ciro quería que esta película no tuviera créditos, que fuera una obra de todos, pero razones burocráticas no lo permitirían. Agradezco inmensamente a los medios que han abierto la puerta a los departamentos para que cuenten su experiencia y la compartan con el publico. Compartir y hablar de los procesos nos hace crecer.
24 de frebrero. La cuenta regresiva
Hace una semana vi un panel de productores nominados en el Festival de Santa Bárbara y no me sentí tan sola en el planeta.
Los productores de Revenant, The room, Spotlight, The big short y Brooklin, todos coincidían en que eran días muy ocupados, de mucho estrés, poco sueño y mucho agotamiento.
Todo esto que termina esta semana comenzó en septiembre de 2015. Primero debíamos lograr que la Academia Colombiana escogiera El abrazo de la serpiente como candidata por Colombia. Luego, conseguir los fondos para hacer la campaña. Logramos reunir entre Caracol, Proimágenes, Ciudad Lunar y el distribuidor en EE.UU. en esta primera instancia una tercera parte de lo que harían otras películas en la misma categoría.
Esta es básicamente una campaña política en la que se busca sensibilizar y llegar a la mayor cantidad de miembros votantes, a través de prensa, proyecciones, charlas, simposios.
En noviembre se organizaron una serie de eventos de prensa, de festival, de relaciones publicas con miembros de la academia. Se anunciaron las actividades de enero: un homenaje de Variety en Palms Springs (uno de los festivales preferidos por miembros de la academia). El distribuidor fijó la fecha de estreno para el 17 de febrero, pasara lo que pasara.
Nosotros en diciembre estábamos listos para descansar un poco en temporada navideña y nos sorprendió el 17 de diciembre la prenominación. El año 2016 comenzó muy temprano y el 14 de enero recibimos la noticia de la nominación. Desde ese día no hemos parado. Una agenda de preparativos, de viajes y eventos. En un mes he viajado dos veces a Estados Unidos (hoy será la tercera) y dos veces más a Europa para nuestra siguientes películas. El abrazo se estrenó en EE.UU. el 17 de febrero. Fue el estreno extranjero con mejor Recaudación en EE.UU. de este y el año pasado. La crítica no puede ser mejor.
En resumen, estamos en pleno viaje, y ya no sé si llevo días, semanas o meses sin dormir. El consuelo es que ya llegará marzo y podré dormir. Me preguntan mucho por la expectativa, por los nervios, y cuando se está en este tren de actividad no hay ni tiempo de pensar. Hoy sólo sé que la algarabía y mil emociones estarán a flor de piel a partir de mañana, cuando estemos con toda la comitiva en los eventos de la Academia.
23 de febrero. Diario de una productora
Es reiterado decir que nunca soñamos con esto, nuestros sueños siempre han sido medibles, alcanzables. Tal vez ilusiones pasadas y premios no obtenidos nos han hecho escépticos y lo único que nos queda es el trabajo permanente. Para hacer cine siempre estamos en competencia, competimos por premios para escribir, desarrollar, producir, posproducir. Una vez terminadas las películas, se compite en las salas, en los festivales. Hay una permanente competencia. Es una especie de selección natural en la que mueres si eres débil o te haces fuerte si lo superas.
El abrazo nos ha lanzado a un mundo desconocido. No soñamos con él pero parece que se abre como posibilidad. Hace un par de semanas tuvimos el almuerzo de nominados. Un par de días antes vi la foto de nominados de 2015 y empecé a ver como real ese mundo del Óscar. Tuvimos un día increíble. Las fotos que posteamos con Steven Spielberg, Emmanuel Lubezki, Roger Deakins, Leonardo DiCaprio y Matt Damon no son sólo las fotos de unos colombianos groupies en Hollywood: son el recuerdo del momento en que se desmitifica la Vía Láctea. Hablar con ellos y con tantos otros sobre nuestra película, sobre la experiencia real, sentirlos fascinados por nuestra experiencia en la selva, del trabajo en 35 mm... Fui a saludar a Lubezki (ganador de Óscar con Gravity y Birdman y nominado con Revenant) para tomarme una foto con él, pues mi hermano David (fotógrafo del Abrazo) es su fan. Su respuesta fue: “Dile que soy fan suyo también”.
Arrancamos la semana del Óscar. Hay mucha expectativa en Colombia, especialmente, pero también en Venezuela. Es la primera vez para los dos. He sentido que toda Latinoamérica está con nosotros; no creo que sea igual que cuando otras películas latinoamericanas han estado nominadas. Siento una expectativa auténtica. Desde nuestro inconsciente colectivo, nuestros genes indígenas, dominantes o recesivos, se manifiestan. Vamos a Los Ángeles casi 20 personas. Sólo entraremos seis a la ceremonia, pero habrá varios eventos previos de los que se enterarán por diferentes medios. Quisiéramos volver con la estatuilla en las manos. La realidad me dice que hay un 20% de posibilidades, así que el sueño amazónico puede continuar.