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“La buena literatura tiene algo de poesía y aspiro a que también exista en mis novelas”: Piedad Bonnett

La escritora habla acerca de su libro Donde nadie me espere en el que aborda temas como la soledad, la angustia y la posibilidad de redención de un hombre que cae hasta tocar fondo.

10 de septiembre de 2020 - 09:19 p. m.
Piedad Bonnett habla de su más reciente libro 'Donde nadie me espere'
Piedad Bonnett habla de su más reciente libro 'Donde nadie me espere'
Foto: Óscar Pérez
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El más reciente libro de Piedad Bonnett, Donde nadie me espere, relata la historia de Gabriel, un hombre que ha renunciado a la normalidad de la vida para perderse en una dolorosa búsqueda de su lugar en el mundo. El libro aborda temas como la soledad, la angustia y la posibilidad de redención de un hombre que cae hasta tocar fondo.

En entrevista con El Espectador, Bonnet habla acerca de cómo fue el proceso de creación del personaje principal, de su interés en los habitantes de calle, así como de la posible conexión que tiene este libro con Lo que no tiene nombre, obra dedicada a la vida y muerte de su hijo Daniel.

¿Qué fue lo más retador al construir el personaje principal de Donde nadie me espere?

Tal vez lo más retador a la hora de escribir Donde nadie me espere fue hacer verosímil el proceso espiritual y mental de un joven en crisis, e ir trazando su caída. Y también revelar al lector las causas de la muerte de su hermana gemela sin caer en obviedades o en un relato muy realista y descriptivo.

¿Qué tanto tiene Donde nadie me espere de usted?

Como en toda novela, hay algunos elementos que se inspiran en experiencias propias. Algo de mi propia fragilidad de la infancia hay en Gabriel, el protagonista, y algo también de mi propia percepción del mundo en las acotaciones del narrador.

El libro está narrado en primera persona, ¿por qué?

Encontré que anular cualquier voz mediadora – como habría sido la de un narrador en tercera persona- era la única manera de que el lector, en contacto directo con la conciencia del personaje, se preguntara si lo que este ve y piensa es real o imaginario, si está poseído de cierta paranoia, o es simplemente un ser imaginativo. También es la forma de “vivir” a Gabriel desde adentro, de compenetrarme con él y comprenderlo mejor, sin opinar, calificar o describir desde afuera.

¿Qué la inspiró para escribir la historia de Donde nadie me espere?

La figura del indigente me ha interesado siempre, la forma que en él se conjugan la libertad aparente y el desamparo. También me hago siempre la pregunta, cuando veo a algunos de ellos, sobre el quiebre: en qué momento se desprendieron de su entorno y optaron por la intemperie. Alguna vez, en una crisis, mi hijo mencionó la posibilidad de hacerse un indigente. Comprendí que deshacerse de los otros, los que nos aman y esperan, puede ser liberador. Una forma de huir de las presiones de una sociedad que nos exige ir por unos caminos previsibles, y que espera de nosotros acomodamiento y éxito en todos los campos.

¿Cómo logró profundizar desde el personaje principal su enfermedad mental?

Aunque por momentos pareciera que mi personaje ve cosas inexistentes, no lo concebí con una enfermedad mental. Es más bien una persona confundida, en un borde síquico de inestabilidad, por dos razones: tiene heridas afectivas muy hondas que no ha logrado sanar, y fue testigo de un hecho violento que le ha causado estrés postraumático.

¿Lo que no tiene nombre y Donde nadie me espere tienen alguna conexión?

Una conexión mínima y extraliteraria: el camino de la indigencia podría haber sido una de las opciones de mi hijo, quien sufría una enfermedad mental. Por fortuna no lo fue, aunque optó por un fin doloroso, el del suicidio.

En su libro se habla de las segundas oportunidades, ¿cree en ellas?

Claro. Por fortuna, a veces, la vida nos ofrece segundas oportunidades. Pero hay que saber tomarlas.

¿En qué momento se da cuenta que tiene mirada e inclinación por la poesía?

Cuando era una adolescente sentí atracción tanto por la lectura como por la escritura de poesía.

¿Tiene algo de poesía Donde nadie me espere?

Pienso que toda la buena literatura tiene algo de poesía y yo aspiro a que también esta exista en mis novelas.

¿Cuál es el propósito de sus escritos?

Interrogarme sobre los dilemas éticos y los conflictos humanos, y hacer que también lo hagan mis lectores. Me interesa producir emociones en ellos, asomarlos a la belleza del mundo y a la fuerza de las palabras.

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