La pertubadora voz interior

La cinta argentina El prófugo, protagonizada por Erica Rivas y Cecilia Roth, no deja indiferente a la audiencia en la Berlinale.

Janina Pérez Arias- Berlín
27 de febrero de 2020 - 06:51 p. m.
La película "El Prófugo" está basada en la novela "El mal menor" (del escritor argentino C.E. Feiling, publicada en 1996).  / Cortesía Berlinale
La película "El Prófugo" está basada en la novela "El mal menor" (del escritor argentino C.E. Feiling, publicada en 1996). / Cortesía Berlinale

Entre las 18 películas que optan este año al Oso de Oro en la Berlinale, se logró colar una producción argentina que desde su primera proyección en el festival desató un aluvión de reacciones.

El prófugo, de Natalia Meta, protagonizada por Erica Rivas (Relatos salvajes) y la legendaria Cecilia Roth, así como con la participación de Daniel Handler y Nahuel Pérez Biscayart, le ha movido el piso a la crítica, a los periodistas especializados y al público tras su estreno mundial en el marco de la competición de esta cita cinematográfica.

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Perturbadora, feminista, oscura, de fino humor y con actuaciones de alto nivel, está basada en la novela El mal menor (del escritor argentino C.E. Feiling, publicada en 1996). El filme cuenta historia de Inés (Érica Rivas), una cantante y actriz de doblaje que tras una experiencia traumática reciente empieza a tener problemas de voz y a escuchar ruidos que provienen de su interior.

Afectada por el insomnio, sus pesadillas recurrentes, el lugar que ocupa como mujer y una voz-presencia indefinible, a Inés (y al público) se le hace difícil detectar la línea que divide la realidad y su imaginación. Lo indefinible es “un prófugo”, una entidad que surge de sus sueños (o no), que se materializa, y que lo único que quiere es quedarse con Inés.

Natalia Meta, una filósofa que ha encontrado su puesto en el mundo del cine (toda una ganancia para la cinematografía hispanohablante), evoca a René Descartes cuando en el siglo 17 se planteaba la posible existencia de un genio maligno que nos estaba engañando. “Ahora a eso se le llama post verdad”, dilucida la realizadora el día después del estreno en la Berlinale, “pero todo el tiempo lidiamos con la disyuntiva de saber qué es real y qué es ficticio, qué es sueño y qué es vigilia”.

 

La también productora desgrana su nueva película en el cuarto piso de la Berlinale Palast – el moderno teatro donde se celebran las galas del festival-. “La realidad es mucho más compleja de lo que creemos”, sostiene, “siempre se presentan contradicciones reales que tienen que ver con nuestros deseos, pero son contradicciones que no tenemos que tratar de resolver; me intriga mucho cómo opera la fantasía a nivel ontológico, y de qué manera se mueve el deseo”.

De la novela original cuenta que le interesaba mucho el personaje de Inés, y a través de ella se hace referencia al lugar de la mujer en la sociedad, “de lo que se espera de ella y su autonomía”, ahonda en el contenido feminista del filme. “Me parece fundamental pensar en la libertad de la mujer, no solamente en cuanto a su cuerpo, sino también sobre sus pensamientos y sus sueños”.

Aunque se trata de “una novela truculenta, de terror y gore”, tal como la describe la directora y guionista, Meta no tomó el camino del género puro, de allí que El prófugo resulte un filme difícil de categorizar. ¿Thriller sicológico, suspenso-sexual, metahorror? Ninguna cajita parece estar hecha a la medida de este filme, lo cual es un aspecto que podría jugar a su favor.

La directora admite que a lo largo de la realización de El prófugo aprendió a disfrutar y a aprender de las películas de terror, un género que siempre le había perturbado. “Yo quería contar una historia que muestra que esa idea de cruzar de un ámbito a otro puede dar cierta felicidad”, apunta, “así mismo tiene un sentido inquietante si podemos vencer el miedo a lo desconocido y a lo imprevisible, lo cual tiene que ver con la realización de nuestros deseos”.

Natalia Meta es una de las cinco directoras en la competición oficial, cuyos ganadores se darán a conocer el próximo sábado 29. La discusión sobre la paridad permea cada festival de cine, y aunque los directores artísticos reconozcan que lograrla es una de sus grandes misiones, son pocas las citas cinematográficas que se esfuerzan en (medio) cumplirla, o en sus defecto, hacen chapuzas.

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“De Argentina vinieron a Berlín 10 películas, de las cuales cinco están dirigidas por mujeres. Además la mitad de las películas están protagonizadas por mujeres, cosa que me alegra. Es un privilegio como mujer sacar adelante una película y presentarla en un festival como la Berlinale. Existe una diferencia estructural muy grande, por lo que sería bueno que en los festivales hubiese más cupos femeninos y para otras identidades no binarias con la finalidad de poder igualar”, dijo Meta.

La directora se enorgullece de que El prófugo sea una película “muy femenina”, ya que en su realización estuvo involucrado un significativo número de mujeres, desde la producción hasta el montaje, entre otros.  “En ese sentido la película aporta bastante a ese cambio”, concluyó la directora argentina.

Por Janina Pérez Arias- Berlín

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