Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Para que la película Mariposas verdes viera la luz tuvieron que pasar más de cuatro años entre el guion, las grabaciones y el estreno. Un proceso largo, tortuoso, y que se salió del ritual tradicional de la elaboración de una película, pues incluyó hasta pleitos judiciales entre el director y una familia que creyó que la cinta era la biografía de un joven que se quitó la vida en Bogotá. (Lea: “Mariposas verdes”: un espejo del “bullying”)
Según Medicina Legal, durante 2016, en el país se quitaron la vida 13 personas a causa del maltrato físico, sexual o psicológico. El mismo informe resalta que nueve miembros de la comunidad LGBTI se suicidaron. Eso, según las cifras oficiales, porque el nivel de denuncia en Colombia suele ser muy bajo en casos como este, debido a la intolerancia y el irrespeto a las personas por el hecho de ser diferentes en cuanto a su forma de pensar, actuar o amar.
Aunque muchos utilizan sus redes sociales para matonear, otros las aprovechan para enviar un mensaje. Hace unos meses se generó todo tipo de polémicas con la serie juvenil 13 reasons why (Por trece razones) por abordar temas tabúes como el abuso sexual, el bullying y la mala relación entre padres e hijos. Mariposas verdes, de Gustavo Nieto Roa, pretende hacer lo mismo. La película colombiana narra las problemáticas que se viven en un colegio en el que prima la intolerancia.
La historia gira en torno a una pareja de jóvenes homosexuales, Mateo y Daniel, interpretados por Deivi Duarte y Kevin Bury, respectivamente, quienes se enfrentan a la presión social por su condición, como le pasa o le puede pasar a usted, a un amigo o a un familiar. En el filme también aparecen recreados los casos de una mujer con sobrepeso y un joven transgénero, situaciones cotidianas que buscan tocar las fibras del espectador. “La película va a marcar mucho porque llega hasta el fondo del alma”, cuenta una de las actrices, María Elena Döring.
La conmovedora producción pretende mostrar la realidad mediante el sufrimiento de las víctimas y el actuar del victimario, quien no mide las consecuencias de sus ataques físicos y psicológicos. Muchos jóvenes en Colombia y en el mundo no saben cómo manejar la presión social, y prefieren callar, no hablar de lo que sienten, ni siquiera con sus padres, por falta de confianza o miedo. Muchos cargan el peso psicológico y se convierten en adultos traumatizados o violentos o, en el peor de los casos, en jóvenes con conductas suicidas.
Mariposas verdes funciona como el reflejo de una sociedad que nadie quiere ver. “No callen, hablen. No al bullying”, mencionó el protagonista, Deivi Duarte, quien interiorizó su personaje para lograr darle vida. Por su parte, la actriz Consuelo Luzardo, quien interpreta a la abuela del protagonista, afirmó que, “necesitamos dar un mensaje de solidaridad y respeto a la diferencia”.
“Yo creo que fui uno de los que sufrieron matoneo por chicos que me veían diferente por no participar en sus actividades o sus juegos. Creo que la gente antes tomaba esto muy normal. Hoy en día hay una conciencia colectiva. Una conciencia social de que tenemos que ser más tolerantes”, aseguró hace unos meses Gustavo Nieto Roa, director de la película.
El cineasta, de 75 años, vivió en un tiempo en el que estos temas se trataban con otra óptica. Incluso ni se trataban. Pero quiso hacer una película “necesaria, es parte de nuestra evolución como sociedad”.
La cinta aborda el proceso de sus protagonistas para salir del clóset y ponerle un freno al bullying, pero la producción también tuvo un largo camino para estar en la pantalla chica.
Inicialmente el estreno estaba programado para el pasado mes de abril. Pero la fecha cambió debido a los quebrantos de salud que presentaba Nieto Roa, causados por una patología cardíaca.
Después, la producción tuvo que enfrentar una tutela interpuesta por Robert Urrego Ramos, padre de Sergio Urrego, el joven que se quitó la vida el 4 de agosto de 2014, al lanzarse de la terraza del centro comercial Titán Plaza, en Bogotá.
Urrego Ramos aseguraba que la cinta iba en contra del buen nombre e intimidad de su hijo. Nieto Roa alegó que la película estaba inspirada en hechos reales, pero no en la historia del joven. “Ramos pensaba que la película era la biografía de Sergio Urrego. Pero hicimos una película basada en distintas historias similares que se dan en Colombia y en el mundo entero”, contó Nieto Roa.
El cineasta ganó la tutela. “Para mí ver la película final es muy emocionante. Me parece increíble que exista esa película, no me parece que fui yo quien estuvo detrás. Es mágica, es una gran historia. Me conmovió”.
“Me parece que esta película es una historia que refleja algo de nuestra situación social. Algo que tiene que ver con el tratamiento que le damos a gente de diversidad sexual diferente, como es la comunidad LGBTI. Creo que es importante verla porque nos hace conscientes de situaciones que nos rodean, pero que no hacemos nada al respecto”, puntualizó Nieto.
En la premier , Nieto estuvo atento a cada detalle, interpretación y sonido. Al finalizar, se escuchó un suspiro, un alivio, un sollozo, un vuelo de mariposa.